El sábado pasado estuve un rato charlando con Ricardo_AMASTE. Repasamos intereses comunes en torno a las dinámicas de lo pequeño. Una lógica continuación microbiótica tras los días que pasamos en Sevilla en el festival de ZEMOS98. Ahora que Ricardo anda con una pata colaborando en el proyecto BoluetaBarri, hablamos de la forma en que acercar la empresa abierta allí para impulsar la idea de que lo pequeño es hermoso (y más cuando se hace en compañía).
Cada día que pasa me convenzo más de que somos las personas quienes tenemos que jugar la baza de huir de la oferta-trampa de la empresa mastodóntica. Por supuesto que esto no tiene nada que ver con que vayamos cada uno a nuestra bola. No es eso. Necesitamos colaborar entre humanos, más y más. Pero mejor dejando a un lado estrategias ganadoras, dinámicas hipercompetitivas y mundos artificialmente acelerados.
Eso sí, siendo pequeño hay que ser consciente de la escena global en que nos encontramos. ¿Cómo es este mercado en que me muevo?, ¿de dónde viene la competitividad?, ¿quiénes cortan el bacalao?, ¿qué tipo de alianzas necesito para ser operativo?, ¿dónde parece que soy mejor aceptado? Hay que pensar en el conjunto para actuar desde lo pequeño.
Cuando vas deprisa con la bici hay que anticipar. La vista debe ir unos cuantos metros más allá que tu rueda delantera. Hay que prever. Tenemos que saber cómo es este terreno que pisamos y cómo se sobrevive en él. Hay reglas que se nos imponen. El sistema lo es (casi) todo. No hay forma alternativa que no sea fagocitada por el sistema. Hay que ser inteligente. Es el reto básico: un reto a nuestra inteligencia.
Hay que crear el caldo de cultivo para que las dinámicas emergentes realmente sucedan. Por ejemplo, ¿por qué no aliarnos con algunas «grandes entidades» en las que veamos personas con las que se puede hacer química? ¿Acaso sólo nosotros los microbios llevamos la verdad grabada en nuestra frente? Nooooo, esto es más relativo; el mundo se mueve y casi siempre sale mal en la foto.
El mundo se mueve por el poder, por la ambición, por ganar, por quedar por delante del vecino. Pues vale. No seré yo quien me ponga a sermonear para que se bajen del burro. Eso sí, me conviene entender parte de sus dinámicas porque voy a tener que jugar con(tra) ellas. Depende, todo depende.
En fin, creo que no he dicho nada concreto en este artículo. Hacer, en serio, hago todos los días. Luego otra cosa distinta es explicar cómo hago o cómo quiero hacer las cosas. Espero haberme explicado un poco. Por cierto, muy interesante la conversación en el blog de Amalio y también los dos últimos artículos de Odilas: Imagina una [no] empresa de consultores y P2P: Complejidad, confianza, economía y cambio. Creo que este artículo les debe una buena parte de la reflexión, ¿verdad? Nos leemos 😉
5 comentarios
Gracias, Julen, por citar la nutriente conversacion que estamos teniendo sobre comunidades y redes. Tenemos que seguir aprendiendo y participando. Me ha gustado mucho este post, y no precisamente porque me hayas citado. Es que matizas de un modo tan sensible e inclusivo que te vuelve un microbio enorme. Nos leemos…
Desde luego comparto contigo que hacer que una empresa crezca es un objetivo, pero transformarla en un mastodonte en los 5 continentes no es un fin.
También sé lo difícil que es por una pequeña empresa tratar con multinacionales, si no tienes un servicio/producto único en tu nicho.
En internet, veo cada ves más empresas de menos de 10 empleados (es cierto de habla inglesa) tipo SaaS (Software como servicio alojado) con una presencia global (en personas no filiales) y cifras de facturación a 7 digitos y tasa de crecimiento a 3 digitos.
La facturación/empleado es una métrica muy útil
Interesantes reflexiones, que comparto, ya que hacer las cosas bien nunca ha sido cuestión de tamaños….. por lo que añadiría que aunque seas grande, no pierdas de vista nunca las capacidades que desarrolla el pequeño, precisamente por su tamaño…. al buque le cuesta más cambiar el rumbo o salirse de la ruta prefijada, que al pirata en su lancha…..
Para que nos vamos a engañar. A mi lo grande me genera desconfianza. Siempre me parece demasiado grande. Un royo muy de hombres, empeñados en más y más. Luego claro, siempre hay matices, dicen, se supone. Hay grandes y grandes. No lo se. Una cosa grande necesita muchos recursos para mantenerse, se mueve con torpeza y eso no sólo le afecta a esa “cosa grande”, sino que genera daños colaterales. Cuando eres muchos, disminuye el roce, la intensidad, hay menos tiempo de media. Prefiero much*s pequeños que poc*s grandes. Puedo jugar a aceptar su reglas, si ell*s también juegan a aceptar las mías, si no me obligan a ir a su ritmo, si no se empeñan en que cumpla sus normas, si no, si no… El mundo está hecho para que triunfen los grandes, quienes quieren crecer, competir, liderar, desarrollarse. Y eso tiene que cambiar. El problema también es cuando uno mismo, en su insignificancia, también se hace grande, como una especie de Hulk. Demasiada potencia, demasiadas oportunidades alrededor de una única persona. El centro de un microuniverso que busca nuevos líderes, nuevos modelos. No se… Sigo divagando. Quizá sea que no soy capaz de escapar de mi propio círculo vicioso. O quizá es que la fuerza centrífuga del puto remolino que genera lo grande cuando se hunde me arrastra. Quiere agarrarse a mi, como si fuese una pequeña ramita al alcance, su clavo ardiendo… Para dejarme atrapar, utilizan cantos de sirena “Tu eres parte de lo grande”, “No hay afuera”, “Dentro de lo grande habitan personas que piensan como tu”, “Desde dentro es la manera”… Estoy desorientado. Me siento como Gulliver, a veces un enano, a veces un gigante. Al final quizá todo es una cuestión del tiempo que tenemos. No tengo mucho tiempo, si lo dedico a comprender al grande, no puedo dedicarlo a otras cosas, que para mi son mucho más importantes. Tal vez sólo sea eso: hay que elegir, porque no se puede elegir todo. Y elijo lo micro. O de hacer esa elección, me gustaría ser capaz… Porque además, ya hay tanta gente interesada por lo grande, no?… Mañana tenemos reunión de AMASTÉ para hablar de todas estas cosas. Promete ser un día interesante.
[…] No por ser pequeño debes dejar de entender al grande […]