Bien, la primera cuestión es evidente: ¿qué cosa es la empresa tradicional? Bueno, permitidme unas pocas viñetas para describirla:
- Nace bajo el criterio de «juntos explotamos lo que sabemos para ganar dinero«.
- Se define en tanto una cuenta de resultados que obliga a establecer objetivos -cualitativos y cuantitativos- para alcanzar las ansias de éxito.
- Dispone de un equipo directivo y un gerente (habitualmente varón de raza blanca, caucásico, mayor de 40 años y con claras filias por el estilo John Wayne).
- Dispone de un mercado con clientes a quienes hay que convencer todo el rato con la oferta irrechazable.
- Y más y más y más… bueno, ¿queda clara la idea de empresa tradicional? Me alegro.
Y entonces, Internet, ¿qué cosa es para la empresa tradicional? Pues en gran número de casos un actor nuevo que aparece en escena, que cobra demasiado protagonismo y que además se salta el guión cuando le da la puta gana. Vamos, un tipo caprichoso que habla de nuevas reglas y que concita un interés incomprensible en las nuevas generaciones. Y no tanto porque hablen del fenómeno sino porque lo hacen real en el día a día.
Pero ¿qué hay de los negocios y las empresas en que se basan? Pues que la mayor parte de ellos necesitan previsión, control y un régimen de explotación donde se puedan establecer relaciones causa-efecto medianamente dignas. Y, claro, Internet destruye ese escenario.
¿Por qué una persona o una empresa debe «exhibirse» en Internet? No hay respuesta clara. Entonces, ¿cómo vas a convencer a un equipo directivo de algo que ni sabes explicar? ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? Y si no hay razones claras, ante la duda, no. Ya lo siento. O me das razones o sales por la puerta de inmediato.
Pero todo es más simple de lo que parece. Internet se muestra como red distribuida y sin gerente ni equipo directivo. Lo cual no quiere decir que no haya intentos de regular. Porque otra cosa no, pero regulable, vaya si lo es. Y si no, castigado a leer de nuevo El Código 2.0 de Lawrence Lessig. Es decir, que si la empresa es gestionable; Internet no lo es tanto. Lo mismo pasa con el conocimiento: como es de las personas parece imposible de gestionar.
¿Soy pesimista? Tú me dices. Pero yo veo lo siguiente: Internet es una amenaza para la mayor parte de nuestras empresas. Las reglas, caso de que las haya, son confusas. Se percibe un revuelo difícil de manejar. No hay a quién preguntar y si lo encuentras, resulta que la respuesta se queda obsoleta enseguida.
¿Qué hacer? Lo más complicado del asunto es que, encima, lo peor parece que sea «no hacer».
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La imagen en Flickr es de Verino77.
7 comentarios
Mientras se plantee la disyuntiva entre empresa «tradicional» y «de Internet» en términos sarcástico-despectivos (por ambos lados) seguiremos estancados en la disyuntiva amenaza/oportunidad.
La diferencia entre empresa tradicional y moderna existe, pero no coincide con la diferencia en empresa offline y online, ni entre empresa bien gestionada o mal gestionada o entre empresa que aprovecha oportunidades y empresa que se enroca. Ni siquiera creo que coincidan en un porcentaje significativo estadísticamente.
Por otra parte, los de Internet seguimos siendo minoría. Y lo seguiremos siendo mientras no seamos más listos y nos olvidemos de que querer que los demás hagan las cosas «a nuestra manera» (aunque nos respalde la lógica y los números) no es la manera de modernizar el mundo.
Internet no es una amenaza. Lo desconocido, los mensajes confusos, aprovechados y deliberadamente poco argumentados si. Y en eso estamos cayendo buena parte del sector.
@Daniel, desde luego que no cabe una distinción simplista entre «empresa tradicional» y «empresa en internet», pero lo que trato de reflejar en el post es una realidad a la que me enfrento día sí y día también. Es constatar un hecho. En cualquier caso, sí creo que lo importante, con o sin internet, es la gestión. Gracias por tu punto de vista crítico.
Esto es como cuando hay que desarrollar una nueva aplicación y se plantea si actualizar la que ya tenemos de antes, o hacer una completamente nueva («start from scratch»), esta disyuntiva se suele resolver básicamente utilizando los indicadores de dinero y tiempo, y a veces de personas. Si lo analizamos desde el punto de vista del dinero, la empresa tradicional no quiere arriesgarse a perder su posición ventajosa con nuevas reglas de juego, le conviene que las cosas no cambien «demasiado», mientras que las nuevas empresas pueden aprovechar las oportunidades que les ofrece Internet, sin esperar a que, o bien las tradicionales se reposicionen antes que ellas, o bien «dirijan» la trayectoria de Internet a otra zona que proteja mejor sus intereses (y peores para las emergentes).
Es tiempo de crisis, tiempo propicio para cambios, tiempo de emprender nuevas empresas o reestructurar y adaptar las existentes, con nuevos modelos de gestión (incluida la autogestión) y nuevos modelos negocio que ofrece Internet, que sean compatibles con otros modelos ya existentes, creando un habitat económico donde tengan cabida todos ellos 🙂
El comentario de Daniel es muy acertado, sin que contradiga a Julen, sino completandolo. Creia que los promotores de lo digital se habian quitado las orejeras que les llevaron al auge y caida a comienzos de la decada 2000, pero parece que no es así. Si todavia se discute :Internet como amenaza de la empresa trad. , es que no se ha avanzado, y toda la culpa no la tienen los empresarios. Internet cambia muchas cosas pero ni mucho menos todas. No sois especiales, el trato es el mismo que para cualquier otro proyecto, hay que entender la sicologia y motivación empresarial y plantearles la propuesta de valor adecuada, hay que darles lo que quieren. Y estan en lo cierto, no se equivocan al pedirlo, lo que hay que hacer es … darselo.
Si explicas un poco mas que es lo que falla, igual podemos ayudar.
este trabajo me parece interesante al respecto
http://www.slideshare.net/ProfesorHariSeldon/estrategias-en-internet-a-piscitelli
Me acabas de dar OTRA DE LAS RAZONES por las cuales cuesta tanto avanzar – y convencer – hacia el terreno 2.0. Una pregunta más que tendré que intentar de responder para poder seguir caminando.
Gracias Julen.
Julen,
análisis muy crítico pero creo que también muy acertado sobre la realidad que vives-vivimos en el día a día. Recuerdo una frase tuya que no has utilizado aquí pero que se adecua perfectamente: «el suelo se está moviendo». Creo que no debe haber una visión pro o anti internet porque sí, sino una visión real de dónde están hoy en día las personas, tus clientes. A partir de ahí, actuar en consecuencia.
Puede que después de un análisis de la situación ves que no es el momento en el que tu empresa pueda sacar rendimiento a una particiapción activa de la red, pero hay multitud de herramientas que no debes desaprovechar y te pueden ayudar a mejorar internamente (delicious, slideshare, comunidades sociales internas tipo elgg, sistemas de monitorización y escucha activa tipo yahoo pipes, linkedin-xing, twitter…). Eso también es internet. Y hay que aprovecharse de que estén y no tengan un coste desorbitado. Porque aquí entraríamos en otro de los mitos: «en internet todo es gratis». Pero ésa es otra discusión de otro día.
Como siempre, un placer poder leerte