Interpretando el silencio en Internet

by Julen

No quiero pensar que mi paso por el Centro de Interpretación del Misticismo este domingo pasado en Ávila marque un antes y un después. No os preocupéis, no es grave. Pero sí que me ha dado que pensar en cuanto a la presencia en Internet. Ayer cuando volvía de Madrid, tras una reunión con Natalia, María y David para documentar el caso de la Sociedad de las Indias Electrónicas como representativo del sector de la economía abierta, me dio tiempo a escribir algunas cosas en el cuaderno. Sí, en el cuaderno, ese que no conoces porque no forma parte de lo digital compartido.

Supongo que hoy Internet penaliza el silencio. No hablas, estás muerto. No tanto porque no hables, sino porque los demás van a seguir hablando de ti. Así que sólo habrá una versión: la de los demás. Bueno, pudiera ser. Pero también pudiera ser que eso no importara tanto. Todo depende de la relevancia que quieras asignar a tu reputación.

El silencio comunica. Eso lo aprendí estudiando psicología. Allá por los 80, cuando uno hacía la carrera sin un ordenador de por medio. Qué cosas. Sí, el silencio comunica. Dice cosas de nosotras como personas. De hecho «hacer» no implica necesariamente narrar lo que haces. Es más, en muchas ocasiones, narrar desvirtúa porque introduce en la explicación del acto nuestros prejuicios. Un mundo como el que manejamos se lleva mal con el gran silencio. Pero atrae, vaya si atrae.

No digo nada nuevo si reconozco que la espiral de ruido en Internet es frenética. Parecemos correr desbocados en una huida hacia delante. Quien grita más concita más atención. Hay que buscar la frase perfecta que quepa en 140 caracteres. Las luces de neón inundan toda la escena: hay tantas que el silencio capta atención. Me permito dejar un hueco a la paradoja: en un mundo infoxicado el silencio atrae. Lo mismo que la publicidad del sitio donde nunca pasa nada o el gran silencio de los cartujos.

Claro que fíjate quién lo dice: este tipo que dispara diarrea mental en forma de posts día sí y día también. No me hagáis caso. Mi silencio se pierde en el furor de la batalla mediática. Es sólo un anhelo: perseguir aquello que no tienes porque sabes que es la única forma de tenerlo presente. Pero reconozco que dan ganas de callar, de dejar pasar el tiempo y hacer mutis. La escena no me necesita. El mundo va a seguir girando y no precisamente a menos velocidad. No hago falta.

No hay alternativa. El silencio pierde la batalla global, pero se maneja bien en la guerrilla de lo pequeño. Ando despendolado tratando de componer el conjunto con piezas que no encajan. El silencio es resistencia activa en la jauria de Internet.

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7 comentarios

Antonio Lafuente 23/03/2010 - 09:06

Buenos días Julen. Te entiendo: no todos los días se puede ser genial, pero eso de que «La escena no me necesita. El mundo va a seguir girando y no precisamente a menos velocidad. No hago falta.» es dicutible. Genéricamente, es verdad porque todos somos prescindibles. Pero es completamente erróneo que puedas llear a barruntar que hemos dejado de leerte y de confiar en tí, en tu critero, en tu olfato, en tu generosidad.
Así que no: puedes cansarte, pero mientras no lo hagas y nos abandones (cosa que entendemos, aunque lamentaríamos), te estoy muy agradecido por tu voluntad de aportar sentido, es decir de pararte ante el mundo y elegir una instantánea o, en otros térmnos, de pararlo un poquito y compartirlo. Gracias y un abrazote.

Otra cosa más: la semana que viene son las vacaciones (puede que también para tí) y me voy a tomar un vinito a tu salud (en Lisboa).

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Mikel Iridoi "himikel" 23/03/2010 - 11:13

Me ha dejado un rato pensativo…
El silencio entre las personas también comunica, en un diálogo las pausas dicen mucho, todo depende de lo que espere el sujeto receptor. A mi como receptor, sólo me queda agradecerte tus contribuciones y respetar tus comunicaciones y tus silencios. Pero como interlocutor te animaría que sigas dialogando 😉

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deiane 23/03/2010 - 16:03

Julen, y… ¿por qué no te callas?

No, no es una petición, ni una insinuación a que tu presencia verbal incomode. Todo lo contrario!

Es una pregunta para pensar. Hablar no es inocente. Cuando hablamos busacamos algo más que comunicar nuestros pensamientos. Si dejo de hablar, ¿a qué renuncio?

Te invito a que escribas un post al respecto!

Muxu bat

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robertoC 23/03/2010 - 17:35

Yo no tengo tan claro que el silencio, en internet, comunique. En psicología, si, pero porque el silencio absoluto creo que no existe. Estamos comunicando continuamente, incluso en silencio: con nuestros gestos, nuestras miradas, nuestros movimientos. Pero si en internet no hablamos, ¿cómo captará el otro esos gestos, miradas y movimientos? Eso si, también admito que estoy ahora mismo en cura de «desinfoxicación» en la red 2.0. Y, fíjate, no se me ha ocurrido mejor idea para desinfoxicarme que hacerme otro blog. Qué paradoja 🙂

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Moli 23/03/2010 - 22:15

Yo creo Julen q el silencio no es nada, igual q la palabra si nos deja tal cual estábamos. Tb me agobia cada día más el bullicio hueco y brillantina de internet . Lo q no dejaré son los encuentros con la gente q quiero, esa q ocupa un rincón especial y único, uno a uno, en mis silencios. abrazo.

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Iñaki Murua 24/03/2010 - 22:36

Hay días en los que el silencio también desafina (no es una frase mía, sino de un fado)

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urbegi 25/03/2010 - 09:02

El silencio es un espacio de intimidad, algo que no cabe en la red. A veces el exceso comunicativo es una traba para la interacción. Siempre he sido más partidario de callar que de hablar más de la cuenta, en el caso de tener que elegir, claro.

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