La humildad ausente en los megaproyectos de participación al uso

by Julen

Alberto Bokos me dejaba dos interesantes comentarios en 12 ideas sobre participación, un artículo que publiqué hace unos días. Terminaba Alberto el segundo de ellos de esta forma:

(…) no participo de la idea de que la comunicación consiste en “poner maquillaje” a las cosas. A veces simplemente es contar, pero contarlo bien, que se entienda (profundamente,  de verdad), que permita expresarse y generar relaciones, buenas relaciones. Me apunto al “los mercados son conversaciones”. Y la palabra “expresarse” unida a “formas” da “formas de expresión”, y aquí se abre un territorio muy estimulante y diverso.

La reflexión tiene que ver con el «envoltorio» y el «mensaje», con la «forma» y el «fondo». Mi artículo argumentaba, entre otras cosas, la importancia de que para conseguir que la gente participe conviene no disponer espacios con excesiva fuerza mediática. Lo explicaba así en el punto 5 de los que publiqué:

Un espacio de participación debe ser humilde desde quien lo concibe. Cuanto más oropel y grandilocuencia en quien lo presenta, más provoca el desánimo. Lo institucional y las grandes palabras vacían la bolsa de la participación. Las personas entran mejor en lugares donde ven a sus “iguales” y no a “superiores”.

Saco esto del armario porque creo que tenemos que cambiar el modelo de la participación centralizada que se propone día sí y día también. Me parece que Alberto Bokos habla bien. Pero la realidad, me temo, es otra. La contradicción en las formas es más que evidente. Cada vez que nace un proyecto de participación enseguida consigue adjetivos como «emblemático» y «referente». Enseguida quiere convertirse en piedra angular. Se destinan medios y se diseña al final como se haría en el siglo XX: un lugar y una apuesta para que los líderes del país nos abrumen con su presencia. En cierta forma es Irekia, en cierta forma es Zure Herrian en Gipuzkoa. Como lo fueron anteriores intentos institucionales.

Creo sinceramente que es mucho mejor fomentar las iniciativas de participación de base. Es decir, más que «montar un chiringuito» que acaba cargado de prejuicios políticos y de exagerada presencia de los «supuestos líderes», parece más lógico jugar a la participación distribuida. Y no digo nada nuevo. Proyectos como por ejemplo colaboraenred.com o ziudad.es tienen mucho más sentido. Pero, claro, no son proyectos «liderados por la Administración». Y creo que eso se lleva mal.

La participación ciudadana está mediatizada por la necesidad de «venta» permanente del producto. Hay que vender. Vender para conseguir votos. Es el sistema y no se puede salir de él. ¿Cuál es la vara de medir para los proyectos de participación ciudadana? Pues los votos que consigamos en las próximas elecciones. ¿Por qué si no tanta sobrerrepresentación de los líderes políticos? No pueden escapar al juego. Siguen siendo actores: sólo que ahora cambia el formato. Ahora hay que ser guay y colocarse delante de Youtube. Con el consabido apoyo del gabinete de prensa. Actúe señor mandamás, apréndase el guión. No se preocupe, nosotros le decimos cómo tiene que actuar. Está en buenas manos. En manos de quienes son expertas/os en comunicación.

La participación ciudadana no sucede en casa ajena. Suele acontecer en el barrio, en unidades de referencia más cercanas y amables. La gente no va a grandes casas a contar lo cotidiano. Eso sólo pasa cuando las cosas se ponen muy turbias. La participación es, en esencia, participación distribuida. La Administración se empeña en que suceda en campo ajeno. Y cuanto más carga la cosmética, menos funciona.

Creo que la Administración debe actuar como catalizador. Es un papel que requiere mucha energía. Requiere estar presente pero no llevar la voz cantante. Callarse y escuchar. Pero escuchar de forma activa. Cada vez que la Administración monta un chiringuito y despliega su fuerza mediática, cada vez que hace eso, es probable que se dé de bruces contra el suelo. Porque esos chiringuitos se alejan de la subsidiariedad.

Ya sé que en este mundo la humildad no vende. Lo pequeño sólo sirve como anécdota. Son los grandes números los que demuestran el poder. Sean votos o facturación: diferentes unidades de medida para el mismo guión. La ciudadanía se aleja del sistema y busca su solución. ¿Quién construye mejor la participación? ¿Quien la recibe o quien la produce? No hay otra salida. La Administración tiene que jugar un papel importantísimo: estar y apoyar pero sin competir por primeros planos.

Cuanta más fuerza mediática muestra quien lidera, menos participación se va a conseguir. Eso sí, para las fotos y los videos, perfecto. Señor presidente, ¡toma buena! Será que el objetivo, al final, es otro. Servicio público mediatizado por votos. Y de la misma forma que existe el capitalismo emocional, supongo que existirá la política emocional. Los votos ya no se compran con dinero, se compran con emociones en el teatro de la participación.

———–

La foto en Flickr es de nachX.

Artículos relacionados

11 comentarios

Alorza 15/02/2010 - 08:00

Julen, estoy muy de acuerdo con la idea de humildad y de salir del palacio público a colaborar con la conversación de la gente. Ahora bien, es una idea que debe calar no sólo entre los que tú llamas «mandamases», sino también entre los ciudadanos de a pie, que a día de hoy exigen gestos de gran liderazgo para dormir tranquilos por las noches.

Fíjate que, en el caso de Irekia, la parte más participativa se ha querido llevar a una plataforma neutra, con esa idea de humildad, de ser un mero canal entre las iniciativas de participación de base.

Responder
m@k el buscaimposibles 15/02/2010 - 08:44

Alberto,¿neutra Innobasque?Ya,…
Julen: lo de que los mercados son conversaciones tiene como cara B la «economía de la atención»,o sea,que hay que competir por llevarse al ascua la sardina del voluntarismo de la gente.Y para eso o montas tinglados partidistas o te anuncias mucho,aparte de la falsedad de que participar con el poderoso es más eficaz (¿quién no ha soñado alguna vez con ser lobby?).
Por otro lado,en biología los catalizadores no emplean grandes cantidades de energía,al contrario:muchos funcionan «sólo» por tener la forma geométrica adecuada para la reacción concreta para la que los haya preparado la evolución.Siguiendo la metáfora,la administración y los gobiernos varios podrían catalizar la participación a un coste menor que los intentos de capitalización y centralización que vemos alrededor.Pero como tú dices,eso no da votos.

Responder
Amalio A. Rey 15/02/2010 - 10:32

Me parece muy interesante lo que estais discutiendo: La viabilidad de la conversación humilde en los proyectos participativos que no nacen de forma espontanea, que no responden al modelo emergente. Prefiero seguir a la escucha, os sigo con atención, me parece un tema capital. De momento el post me viene genial para argumentar una propuesta «distribuida» y «de catalización» que estoy defendiendo como alternativa a una concentrada y mediatica que defiende algún mandamas.

Responder
Jesús Fernández 15/02/2010 - 10:58

Coincido en alguna parte con cada uno de los comentarios.

En la participación que describes amable, Julen, desde iniciativas de base, no se puede perder de vista que llamaríamos a la puerta de «élites silenciosas» (entendidas no como calladas, sino como que no hacen mucho ruido al moverse…).

Eso no da votos porque son (¿somos?) un nicho escaso.

Hay una gran parte de la sociedad que huye de la participación de fondo, comprometida; que, quizá como señala Alorza, necesita saber que «alguien se ocupa» para dormir cada noche un poco más tranquila.

La participación de base requiere en la base de voluntad, pero también de competencia y, siempre, de humildad. No es sencilla y no todo el mundo la quiere. No nos escondamos detrás de que el poder no la permite, aun siendo cierto, porque ocultaríamos comportamientos individuales poco gratificantes.

Me ha gustado mucho el concepto de «catalizador» para la administración, pero coincido con m@k en que no basta con estar: también hay que ser.

No cualquier cosa sirve como catalizador: solo la introducción o la presencia del elemento adecuado en el momento adecuado facilita que la reacción se produzca en la forma deseada. ¿Se llamará esto, aunque nos repela la manida palabra… liderazgo? Liderazgo político, me refiero… del bueno.

¿Será por eso que no es tan fácil? ¿Será por eso por lo que no acabamos de encontrarlo?

Responder
idoia llano 15/02/2010 - 11:07

Me ha gustado mucho la idea de que no entramos donde vemos superiores y sí donde nuestros iguales. La verdad es que los megaproyectos te hacen sentir invisible. Es más en Irekia , que hemos introducido nuestra idea hay una señora que me escribe una y otra vez que debe de ser de Innobasque (este extremo lo desconozco porque no se identeifica así que hablo gratuitamente pero lo parece porque escribe con acrónimos desde Zamudio. Ni siquiera sé por qué pienso que es de Innobasque), comentando que por qué pedimos una plataforma para la colaboración ciudadana construida por nosotros para hablar de lo local si tenemos Irekia. No la he entendido bien del todo pero es la idea de la participación Mega-hipermercado que pretende lo que asusta. En esa idea, la ciudadanía se vuelve invisible:-)
Gracias Julen.

Responder
alberto bokos 15/02/2010 - 11:36

Julen: gracias por rescatar el tema. Basicamente suscribo todo lo que dices. Sigo sin entender tus reparos a la especialización en comunicación. En general tiendo a fiarme de los profesionales, incluso de los médicos, y hasta de los psicólogos y los mécánicos, llegado el caso (y también en la fase preventiva y de mantenimiento). Y puedo comprender que las organizaciones hagan lo mismo con la comunicación o la publicidad (si es que fueran cosas muy diferentes).
En cualquier caso compartimos lo central, y como tu mismo expones me parece que la dificultad se centra no tanto en la forma expresiva, como en el exceso de presencia de la administración, o dicho de otra forma, en su rol. La propuesta de superación de Alorza, «no odies al gobierno, sé el gobierno» es muy provocadora, enfatiza el empoderamiento ciudadano por vía propia, sin pedir permiso. No sé como lo vera la otra parte… Al final el público, los públicos no somos tan fieles como se piensan los detentadores de la voluntad política, y eso puede tener sus ramalazos «capitalizadores»: «eso es mío y que se sepa, porque quiero rentabilizarlo». Y obviamente ese juego desmotiva la participación. Frente a ello tu propones algo que comparto plenamente, una participación pública que «Requiere estar presente pero no llevar la voz cantante. Callarse y escuchar. Pero escuchar de forma activa».
No me parece sencillo. Salvo que desarrollemos una profundización en la cultura institucional, que pasaría por el respeto y y la generosidad. Respeto al que gobierna, facilitando el desarrollo de sus decisiones, (dentro de la legítima lid política, evidentemente). Y generosidad. Que los gobiernos dejen hacer, suelten «poder», abran espacios y repartan juego y liderazgo con la sociedad («participación distribuída»). Y diversa, añado, cada cual que lo haga como quiera, sin apriorismos formales, con altavoz o en pantalones cortos, pero abriendo espacios, también formales. Creo que sería muy innovador, y hoy por hoy, poco confortable, pero enriquecedor, sin duda.
Con respecto a la cultura institucional, nuestro comportamiento está lleno de olvidos, malos gestos y vendettas. La pregunta que late se reproduce generación tras generación, «¿Es de los nuestros?». Parece que «los nuestros» son los que dicen que opinan como nosotros. Y cuesta reconocer al «otro». Cuando en realidad se trata tan solo de sumar, de «linkar». ¿Como juega en esto la batalla electoral? También hay mucho que innovar por ahí.

Responder
Juanjo Brizuela 15/02/2010 - 11:52

Mi reflexión va por otro lado: son malos tiempos para la «política» entendida como la manera traidicional de gestión de la «res pública»… por eso nacen estas plataformas ciudadanas porque ne definitiva no ven resueltas sus-nuestras necesidades e inquietudes ya que da la sensación de que los políticas van a su «guerra» olvidándose de los ciudadanos, salvo un año o seis meses antes de las elecciones.

De ahí que la gestión de lo público sea más un tema de portadas y de titulares de periódicos, radios, televisiones e incluso ahora de Internet. de ahí el papel de los gabinetes de prensa.

En cualqueir caso, me parece más interesante el modo, la forma, en los que la gente quiere particiapar, desde la comunicación: el tono, el hablar entre iguales, etc… basta de discursos grandilocuentes, basta de atriles, basta de otros detalles mediáticos que lo que hacen precisamente es ampliar la distancia desde el púlpito a los «feligreses públicos». El tono de comunicación y el fondo de la cuestión. EL hablar de tú a tú en un mundo donde la confianza y la transparencia se dan la mano. ¿Hummildad? No sé. Quizá recuperar el valor de lo «humano».

Responder
Mikel Iridoi "himikel" 15/02/2010 - 12:05

Yo también abogo por una participación distribuida.

Una reflexión…, ¿por qué no nos fijamos en nuestra fuente de vida y sabiduría? me refiero a nuestra madre naturaleza 😉 ¿existe en ella una única forma de vida? ¿los seres vivos participan de la misma manera?, quizás es hora de que observemos más nuestra madre tierra, que tiene millones de años de experiencia: Relaciones biológicas interespecíficas … ¿?
Salu2 😉

Responder
Moli 15/02/2010 - 13:27

Y todo esto se aprende en casa, en los centros educativos, en la calle ¿aceptamos el rebote a nuestra humildad o de muchas maneras seguimos el juego hasta siendo alternativos?Ceder el paso o correr, acaparar sillas o dejársela al último que llega,perder tiempo y dinero o dejar que otros cuiden a nuestros hijos como los gabinates hablan por los políticos… ejemplos tontos, pero que hacen personas y ciudadanía mientras hablamos de participación

Responder
M@k, el Buscaimposibles 16/02/2010 - 20:58

Jesús: Yo pensaba más en una administración facilitadora por espacios jurídicos. Lo del liderazgo me recuerda que los que participen se pueden erigir en élite, pero quizás haya formas blandas de liderazgo. Un problema es que aquí no hay un solo liderazgo y que todos los que hay están ligados a partidos políticos.

Por eso me gusta lo que ha introducido @himikel, ¿por qué no introducir «ecosistemas de participación»? Hala, a pensar 😛

Responder
Consultoría artesana en red » La participación debe manejar fechas de caducidad 31/05/2011 - 06:37

[…] La humildad ausente en los megaproyectos de participación al uso […]

Responder

Responder a Mikel Iridoi "himikel" Cancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.