Inhumanos

by Julen

¿Qué o quién pierde la condición humana? El sistema, enorme, abarcaba un territorio cuyos límites no son comprensibles. Dentro de él: la lógica de la ilógica, a veces comprensible, a veces no. Lo peor para diluir la condición humana. Nada es predecible, ¿para qué pensar? La escala lo confunde todo y lo aleatorio es el alimento del espíritu. Nada humano ya.

El sistema se vuelve omnipresente. Se haga lo que se haga el razonamiento asciende hasta el punto en que torna incomprensible. Previa discusión, con argumentos que juegan a enredarse en un circo mediático. Luces de neón y atención contenida, el discurso avanza para acabar despojado de cualquier traza distinguible.

Allí revolotea la antes llamada especie humana. Insectos que se mueven al azar apenas impulsados por su fuerza interior. La energía del sistema desplaza de lugar cada elemento sin apenas tener en cuenta voluntades individuales. Una gran nube que muta su gris según convenga proyecta una sombra, claro está, apenas perceptible. Sutileza e ilusión en un sistema cuyo combustible eterno son las cenizas del incendio pretérito.

No hay línea de horizonte. El fin es otra percepción falsa. La humanidad hace tiempo que dejó de jugar con los límites. Tanto conflicto territorial devino en su eliminación ficticia. Despojada de los límites, la coalescencia hizo el resto. Humanos y más humanos, seres agrupados con otros seres, tamaño desbocado. La coalescencia inmunizó a la especie. Eliminó capacidades superfluas y dejo la esencia de lo artificial. Así fue como se dio paso a la era de la inhumanidad.

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La foto en Flickr es LadyPain.

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