Transparencia, ¿otro argumento de El Gatopardo?

by Julen

Sé que exagero, como tantas otras veces. Hoy toca de nuevo sesión de pesimismo realista. Pero es que creo que la fiebre del cambio arrastra en su interior los anticuerpos del inmovilismo. Gran parte de los cambios a los que asistimos son fuegos artificiales. Convenientemente retransmitidos por la televisión o por Internet, que mola más, se sobredimensionan para que parezcan algo. Luego, levantas la tapa y no hay casi nada. De nuevo el gatopardismo.

Creo que es lo que comienza a pasar con la transparencia y la apertura. Hagamos un simple ejercicio: ¿qué sucede cuando dejas en lugar público más y más contenidos? Bravo, bravo. Estás con Obama, estás con Tapscott, estás con los negocios y el primer mundo. Más y más contenidos son nuevas posibilidades de que ciudadanía y empresa consumamos más. Más y más. No hay límite. Nos lo tragamos todo; sólo hay que saber buscar. Yo mismo lo digo en mis cursos.

Pero los contenidos empiezan a ser sólo de dos tipos: secretos o susceptibles de generar negocio suficiente para que dejen de serlo. Creo que la clave está en el negocio. Google es el paradigma: necesita más y más contenidos; si se detiene se muere. Google es referente de éxito, pero ¿cuál es la base de su negocio? El gigantismo, el volumen, así de claro. Volumen, volumen y más volumen. A quintales yottabytes. Más madera, que el fuego no se apague. Su publicidad sólo funciona con la estadística de los números exacerbados.

Así que la transparencia es un medio para un fin: negocio. ¡Qué mal pensado soy! Todo el día a vueltas pensando que los beneficios de las grandes empresas son lo que mueve la economía. Cuando todo el mundo sabe que Obama es Premio Nobel de la Paz, al igual de Henry Kissinger. Da igual que Estados Unidos disponga de un espectacular negocio para la guerra. Como dicen en el SIPRI, en esto de las armas cuesta generar transparencia:

Only a few governments provide comprehensive information about their national arms industry on a regular basis and in a format that is comprehensible to the general public. Valid information provided on a voluntary basis directly by the arms industry—either by single companies or by arms industry associations—is even more limited.

El mundo lo mueven los grandes hombres americanos. Leía hace poco que California gasta más en cárceles que en educación. Bueno, supongo que las cárceles y la seguridad son más negocio, tampoco le vamos a dar más vueltas. A lo mejor llega el momento en que no es así. Por cierto, ¿nadie ha pensado en la explotación comercial de la transparencia en las cárceles? Hummmm, ¿nadie apuesta por un reality de verdad, crudo e impactante?

Gran Hermano no es peor que el Open Goverment. Ambos basan su éxito en abrir cierta información. Gran Hermano movido por audiencias y por estupendos profesionales que analizan la conducta humana y la transforman en consumo para la gente de a pie. Un experimento impresionante: realidad y ficción transparentes. Por su parte, los gobiernos abiertos también basan su éxito en abrir cierta información. Habrá otra que quedará en cocina, por motivos de seguridad nacional, por motivos de vergüenza o por motivos de interés. Porque según «interesa» se da información al pueblo a través de los medios de comunicación de masas. Deia lo hace para poner a caldo a Patxi López de la misma forma que quienes mandan en EITB hacen resurgir al rey de las cenizas del ocultamiento de datos.

El problema de fondo es la desconfianza. No puedes fiarte de nadie. Tienes que llevar los ojos bien abiertos. Lessig ya ha renunciado a pedir libertad. Leed Código 2.0. La reinterpreta ahora y nos dice que Internet va a ser un espacio reguladísimo donde lo importante es que sepamos que nos vigilan. No que nos vigilen, sino que sepamos que nos vigilan. Y claro, si el panorama está así, poco queda por patalear.

Por eso cada vez más asistiremos a actos de gatopardismo. Nosotros tenemos en marcha una investigación sobre casos de «empresas abiertas». Dios santo, ¿qué vamos a investigar? ¿Somos parte del espectáculo?

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11 comentarios

Amalio A. Rey 05/01/2010 - 11:05

Julen:
Tiene bastante lógica lo que dices. Me apunto al pensamiento crítico, a practicar la observación proactiva. Pero, voy a hacerte un poco de sano contrapunto, dentro del «juego de la exageración» que estas proponiendo:

1) Hay contenidos que son y seguirán siendo secretos. La transparencia no puede ser absoluta, sería una locura, no vas por ahí contando lo que haces con tu pareja. Pero esa parte enorme que no es «secreto» incluye una porción significativa de información que genera confianza, predisposición positiva, complicidad, respeto y muchas otras cualidades que están bien, y de las que yo no haría una lectura necesariamente manipuladora. Por lo tanto, existe un «tercer tipo» de contenidos que se transparentan por una mezcla compleja de motivaciones que van desde la ética, la cultura de empresa y también, la generación de negocio pero «a largo plazo», basado en la confianza, y eso no me parece mal, es un WIN-WIN que le viene bien a todo el mundo. Si por ese camino la transparencia ayuda al «negocio» no lo veo mal, siempre que no la contamine. Haria una fuerte distinción entre la transparencia como negocio en sí misma (p.ej. lo que sugieres de las carceles, o el mismo GH), y la que contribuye a medio y largo plazo a generar negocio de un modo genuino, que también existe como opción.

2) Tenemos que apreciar los avances, que están siendo significativos. Me preocupa que ahora, cuando ya se revela mucho de lo que antes se ocultaba, entonces dediquemos tantas energías a desconfiar de ese nuevo material, en lugar de aprovecharlo. La lectura critica es imprescindible, pero no creo que la transparencia sea tan manipulable.

3) Lo de la transparencia no es una opcion, ni una alternativa, sino en el peor de los casos un «mal necesario». Es algo inevitable. La tecnología, y la consciencia de las cosas que se pueden hacer con ella, han destapado para siempre la caja de los truenos. Unas organizaciones se apuntaran a la transparencia como mal necesario, y otras como oportunidad, pero insisto, es un fenomeno que no es tan manipulable.

4) Un apunte mas: la desconfianza crónica genera entropia, y un guevo… de desgaste. Está bien que intentemos reducir el coste de que nos mientan, pero no ignoremos tampoco el enorme coste que implica desconfiar de todo, de no fiarte de nadie. Esto tambien hay que meterlo en la formula para calibrar cómo vamos por la vida. De hecho, la cultura 2.0 se basa precisamente en la confianza, que es una cualidad que tenemos que cultivar para que todo esto tenga sentido.

Por terminar este largo comentario (lo siento por la extensión), escribi hace un tiempo un articulo sobre este tema que resume lo que pienso al respecto. Por no meter un enlace directo, si a alguien le interesa puede buscarlo en Google poniendo mi nombre y la palabra «Transparencia».

El problema de fondo es la desconfianza. No puedes fiarte de nadie. Tienes que llevar los ojos bien abiertos.

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Amalio A. Rey 05/01/2010 - 11:09

Perdona, Julen, la frase final de mi comentario anterior era un corte-y-pega de tu post, que se quedó ahí perdida. Olvídate de ella…

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idoia llano 05/01/2010 - 11:27

Hola Julen : Ayer comentaba con @jifamiliar sobre este asunto de la liberación de datos y el método Lampedusa que él citaba en un buen post suyo http://19ideasy500dudas.blogspot.com/2009/12/la-escuela-asimov-de-gobierno-abierto.html.
Por mi parte creo que efectivamente se van a crear nuevas servidumbres. Pocos son los llamados al tratamiento de datos liberados y pocos serán, me temo, los elegidos.

1 En principio creo que la propia «cosa pública» debería de esforzarse por hacer mejor lo público, más amigable y más accesible. Y además convertir el gobierno abierto en democracia en colaboración haciendo el debate visible y extensible

2. No está mal que algunos interpreten esos datos liberados (que ojo evidentemente no serán todos) como les venga en gana siempre que sepamos que es eso, una interpretación parcial y muchas veces interesada

3. Que creo que beneficiará en principio a unos pocos ( creo que ya se les está llamando infomediadores) pero puede que con el tiempo y la práctica beneficie a todos/as. Es cuestión de esperanza!

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José Ignacio Familiar 05/01/2010 - 11:35

La verdad es que Amalio me ha quitado prácticamente todos los argumentos de la boca (del teclado en este caso). Sólo comentar que no siendo el mismo mensaje, me suena la temática y la metáfora http://tinyurl.com/yc5lxns.

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Julen 13/01/2010 - 07:50

@Amalio, discrepo en eso de que la transparencia no sea tan manipulable. Creo que nunca como ahora lo es. ¿Por qué? Porque ha sido absorbida por el «poder». Y entonces ya podemos pensar que va a ser «utilizada», para lo bueno y para lo malo.
@Idoia, me alegro de tu optimismo. Ánimo 😉
@José Ignacio, ya he leído tu artículo. Pues sí, transformar, lo que se dice transformar… a lo mejor no se transforma nada. ¿Más de lo mismo?, ¿el mismo perro con distinto collar? Lamentablemente los políticos de la Administración nos lo enseñan día sí y día también.

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[…] compartir algún proyecto medianamente digno de opencourseware en su universidad? El tiempo pasa y el gatopardo sigue donde estaba. Aunque todo cambie. Aunque el MIT Opencourseware tenga la documentación de 2000 cursos accesible […]

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[…] Transparencia: ¿otro argumento de El Gatopardo? […]

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Maris 30/06/2013 - 10:18

Tanta razón… El único intento de verdad de cambiar las cosas que he sentido en un año fue en Donostia. En unas jornadas en las que caí sin querer eraldalab.net . Había algo ahí que no se explicar, para todo lo demás El Gatopardo.

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