No-empresas o empresas de usar y tirar

by Julen

Sergio Monge ha escrito un artículo donde recoge aquella idea radical de destruir empresas. La relaciona con quién debe innovar y conforma un triángulo entre las grandes empresas, las start ups y otro modelo «sin empresas» del cual me hace defensor. Al margen de que la entremezcla de sabores de esos tres ámbitos se va a seguir en escena, sí me gustaría añadir algunas nuevas ideas sobre esto de las no-empresas.

¿De dónde sale el concepto de no-empresa? En nuestra investigación en curso sobre la empresa abierta, encontramos actitudes de: ¿una empresa?, pero ¿para qué? Si en el para qué es el hecho económico el que satura el horizonte, entonces está claro. Si, en cambio, la empresa fuera un mecanismo a través del cual un grupo de personas se organiza para conseguir resultados, entonces comienzan los matices. O sea, que si el asunto es «ganando dinero» no hay color, ¿o no? ¿Se puede ganar dinero y no montar una empresa? Pues va a ser que sí.

¿Ganar dinero? He aquí un factor que condiciona y limita el enfoque. En realidad creo que es mucho más potente considerar las recompensas (no sólo la pasta) que uno obtiene a cambio. Porque hay gente más y menos sensible a la pasta. Por supuesto que el estándar de empresario (si existe) es más sensible a estas cosas. Dinerito, dinerito, qué fácil es acostumbrarse a ganarlo. Me diréis que para eso arriesga. Pues vale, será por eso. Pero dinerito, dinerito… y así nos va.

La empresa puede ser una losa. Es algo parecido a lo que sucede con algunas parejas. Han consolidado una relación que funciona. Y no, no están casados ni son pareja de hecho. Entonces alguien aparece en la escena: puede ser la familia, el estado, una percepción de inseguridad, un antojo, un calentón. Motivos variados que apuntan al mismo fin: ¿por qué no formalizar más aún la relación? Ya, pero, ¿qué aporta? Y aquí se listan las ventajas, que digo yo que habrá, porque mucha gente entra en el redil.

Sí, la empresa puede ayudar a formalizar la relación o puede ahogarla. Empresas estupendas al nacer se convierten en burocracia con el paso del tiempo. Este es el escenario. Peeeeero, peeeeero… es que, además, hoy en día un elemento modifica la escena: el acceso de cada vez más personas a mejores prestaciones de las tecnologías de información y comunicación. Porque la empresa la justificábamos en buena parte debido a los costes de transacción (Ronald Coase), pero cuando estos decrecen radicalmente, entonces ya hay una razón menos para formalizar nuestra relación como santa madre empresa.

Sin embargo, el sistema económico necesita un CIF. Ah, ¿era eso? ¿Y no ha CIFs de usar y tirar? Total, si es algo instrumental, ¿para qué hacerlo tan serio? Hagamos empresas de usar y tirar.

O sea, que las personas cualificadas, trabajando con su conocimiento (ese que seguiría siendo suyo aunque estuvieran en la empresa) y manejando competencias digitales pueden ahora no usar empresas. Pues es una posibilidad. Minoritaria, alternativa, antisistema, de cuatro chalados, molesta. Ponle los calificativos que quieras. Pero es una posibilidad.

¿Y la pasta?, ¿de dónde viene la pasta? De los proyectos, de las actividades concretas, de lo que haces. Hay que llegar a acuerdos. Las necesidades de las personas pueden ser diferentes. Un proyecto, una distribución de dinero. Hoy por ti, mañana por mí: negociación para llegar a un acuerdo y a otra cosa mariposa. Vida líquida, a Bauman nos acogemos.

Sergio hablaba de innovar a cuenta del típico artículo de Jose del Moral replicando a Pedro Luis Uriarte. A mí, la verdad, lo de innovar, pues vale, llevamos tres años con el mantra a cuestas. Dicen que ahora la palabra de moda es internacionalizar. Pues vale. En realidad prefiero hablar del fondo de la cuestión: cómo se organizan las personas para hacer cosas. Cosas que satisfagan sus expectativas, que las hagan mejores personas, que las comprometan. Bufff, qué duro es pensar que esto es lo que estén haciendo hoy en día la mayor parte de las empresas, ¿no?

Porque una mierda de artesano escriba un artículo en un blog no va a pasar nada. Las grandes empresas seguirán existiendo; muchas startups querrán hacer a pequeña escala lo que hacen las grandes empresas. No cambian el modelo. Lo asumen y lo reinterpretan a otra escala. De esto tengo que hablar algún día. Creo que hay muchas cosas para cambiar en torno a la efervescencia de las startups como modelo de éxito futurible. Demasiada presencia del dinero, demasiada ambición; modelo americano que mola más. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy que me compre Google.

Aquí de lo que hablamos es de una vía alternativa y minoritaria. Pero tremendamente apetecible. Primero las personas; luego ya se verá cómo nos organizamos. ¿Empresas tradicionales? No son la única opción.

Artículos relacionados

17 comentarios

Alejandro Carballo 09/01/2010 - 14:06

Creo que lo que dices de las no-empresas es algo que se dá mucho en la práctica, pero que no es muy mencionado por temas legales por un lado y por otro porque está cómo bien dices un tanto en contra del sistema..

Por otro lado, en casi cualquier curso de emprendedores está el rollo de «constituirse cómo empresa» cómo tema central porque los que dan esos cursillos generalmente tienen la cabeza atiborrada de librillos de administración. Despues hay todo un sistema y una cultura que te impulsa en esa dirección

Si embargo, si le preguntas a algunos emprendedores que tuvieron éxito en sus comienzos, muchos te dirán algo parecido a lo que dices tú, el cómo sigues luego que te empieza a ir bien, es algo que creo va de acuerdo a a cada situación.

Creo que este post a algunos les parecerá utópico, sin embargo a mi me parece tremendamente práctico.

Un saludo

Responder
jose del moral 09/01/2010 - 14:47

Las empresas no son más que un recurso jurídico para permitir operar en el mercado a un conjunto de personas que ofrecen sus servicios con un nombre conjunto y común, facilitando así las cosas a sus posibles clientes. Sí estoy contigo en que después la empresa puede tener una estructura más o menos abierta, en la medida en que sus miembros tengan una dependencia jerárquica o sean simples profesionales que mantienen su independencia.

Obviamente, el segundo sistema (profesionales agrupados que mantienen su independencia) es el ideal: los profesionales sólo cobran si hay ingresos. La desventaja para ellos es que, en esas condiciones, la empresa no les garantiza ningún ingreso fijo ni mensual ni en caso de que las cosas vayan mal. Vamos, que no hay seguridad. Y siento mucho decirte que la mayor parte de la gente no está dispuesta a trabajar en esas condiciones. Quizás los consultores seáis distintos, pero busca por ejemplo programadores que acepten una relación «laboral» de ese tipo.

Déjame decirte que me sorprende cómo desprecias el dinero, cuando es la causa esencial por la que existe una empresa: hay un trabajo que hacer pero sólo en la medida en que sirve para ganar un dinero que después se reparta entre trabajadores y socios. Por supuesto que hay otras recompensas, pero si falla la básica (el dinero), me temo que la empresa no tiene sentido.

Responder
Jon S. 09/01/2010 - 16:14

Kaixo Julen,
Trabajar en una empresa «grande», lo relacionamos con estabilidad económica, algo que nuestra cultura nos ha eneñado desde pequeños que es positivo. Desde hace un año más o menos, hemos visto que las cosas están cambiando, sí, hablo de la crisis y despidos, EREs… la crisis puede que se acabe, pero también puede que no. O por la excesiva competencia (lo que llamamos los chinos) las empresas se acaben vendiendose, disolviéndose o internacionalizándose.
PERO, visto lo visto el panorama que hay y la incertidumbre que nos queda por delante (pensábamos que ibamos a empezar trabajando y jubilarnos en la misma empresa hasta que apareció esta crisis), quizás algún loco de la vida que no esté casado pero tenga pareja y 3 hijos, al que las señoras de cafetería le dedican mucho tiempo en sus conversaciones (por hacer el matiz, simplemente), decida emprender y tomar las riendas de su vida para trabajar así.
Más que un tema de gestión empresarial, creo que es un tema de gestión de la vida de uno mismo. Y seguirá habiendo muchas personas que pretendan encontrar trabajo en una empresa y que les hagan fijos cuanto antes para hipotecarse, tener hijos e ir a eskiar todos los fines de semana. Claro que, la cultura empresarial y social, salvo excepciones, van de la mano.
Es como lo veo yo, desde mi huequito de la ignorancia 😉

Responder
Agustí Brañas 09/01/2010 - 19:02

Arratsaldeon Julen,

Me ha interesado y atraído, una vez más, lo que escribes. En particular, esta excelente entrada. Para comentarla, permíteme que me base en dos entradas que publiqué en mi blog de http://www.habilidadesdirectivas20.wordpress.com.

La primera, la titulé «Conjugando el verbo hacer» en la que, para resumir, el mensaje es «Haciendo hacemos». El siguiente mensaje era «Uno de nuestros cometidos, como directiv@s, es lograr los objetivos.

Nuestra responsabilidad, como personas, es CUIDAR, con ASERTIVIDAD, a quien es el sujeto de la acción: La PERSONA». Os facilito el enlace por si queréis ampliar http://wp.me/pAr0p-4E.

La segunda, ¿Qué es una empresa? Una amalgama de emociones, planteaba una nueva definición del término empresa bajo el nuevo entorno 2.0. El cambio estriba en la introducción de las personas en la misma, y la eliminación de fines lucrativos por el de garantizar su supervivencia a largo plazo» Os facilito el enlace http://bit.ly/7BsLf0.

La de «Haciendo hacemos» nace al hilo de algunos comentarios que suscitó la de la empresa en la línea de «Romanticismo». Para llevar a cambio el cambio que planteas será necesario un largo camino. ¿Lo andamos juntos? Hay más viajer@s ya en el medio de transporte.

Saludos,
Agustí Brañas

Responder
Maki 09/01/2010 - 19:10

Siempre recordaré el día que nos explicaron en la faculdad que el objetivo de la empresa era «maximizar el valor del accionista», me quedé a cuadros. Ya así de fácil? Creo el problema es el contrato social que supone una S.A. hay conflicto de base un conflicto de intereses inherente a ella, un bug en el codigo fuente.

La industrialización exigia grandes capitales para llevar a cabo empresa, trenes, siderurgicas, infraestructuras pero tiene lógica en el mundo actual ? Se crean ahora grandes empresas? Es necesario juntar tanto capital monetario? La personas, la vida… Si cambiamos esto por «maximizar la utilidad de las personas»

Se me ocurre el ejemplo de Telefónica y Teketen, como ejemplo de vieja lógica industrial aplicada a nuevos proyectos «post industriales»

Responder
Joan Gou 09/01/2010 - 19:22

Jaixo Julen,
existe un modelo que cuadra mas con tu vision de la openbussines, o empresa abierta que en norteamerica denominan, LAT´S (living a part togheder) a aquellos que lo practican.
Es un modelo que los que ya llevan a cuestas algun divorcio aceptan como mal menor al principio, mas adelante ven las ventajas que ello conlleva, es un cambio de paradigma forzado si gusta, pero cambio en definitiva, equiparable a la innovacion en una empresa.
La diferencia entre empresarios y emprendedores, debera ser motivo de reflexion en tu espacio ya que la mayoria confunde los terminos, los empresarios administran o hunden empresas, prevaleciendo la perpetuacion en los cargos mientras la cuenta de resultados lo permita y el consejo de administracion este satisfecho con los dividendos.
los emprendedores, crean, levantan y se van, ¿cuantos conoceis de estos?.
Un cordial saludo desde la Costa Brava

Responder
Iván 10/01/2010 - 07:39

Me ha gustado el enfoque de Jon,entre la empresa y la vida personal al uso,creo que estamos en una época de cambio brutal,y quizá las empresas sin cintura pues están a un paso de que se les rompa la misma
el otro día hablaba con un colega aqui,sobre un área de negocio de una empresa que ambos conocemos,me dijo que es totalmente impersonal,frio,distante,etc,me dio mucho que pensar,es decir,frio frio
es como que el sistema impone unos standards que hay que hacer y pasar por el aro,pero creo que se puede ir contracorriente en muchas cosas,aunque al hacerlo se pueden recibir hostias de todos lados
un abrazo
Iván

Responder
Ricardo_AMASTE 11/01/2010 - 00:50

La clasificación que plantea Sergio suena lógica con tres representantes estereotípicos, que nos ayudan a visualizar un esquema sencillo de entender (seguro que demasiado simple). P.L.Uriarte con las grandes empresas, J.A.delMoral con las pequeñas que aspiran a ser compradas y J.Iturbe con la no-empresa, la empresa abierta o lo que sea que es esa cosa que está surgiendo, pero que siempre ha estado ahí.
En esto, creo que lo de la innovación es lo de menos, sino que estamos más bien hablando de modelos socio-políticos, de para qué trabajamos cada cual, de sobre en qué mundo nos gustaría vivir, sobre qué tipo de personas queremos ser. Va mucho más allá de PIBs, CIFs, ámbitos de negocio, etc.
Supongo que hay que estar en la posición de que estas tres (y otras posibilidades) deben poder convivir, pero para eso hace falta que se den ciertas condiciones -sobre todo, que haya un desarrollo humano y una justicia social, que posibiliten vivir en LIBERTAD- que propicien esa convivencia y no que el pez grande se coma al pequeño, que el mundo se mueva según la fuerza del capital, etc (el liberalismo, que es el acuario en el que nadan las grandes empresas).
Por eso, más allá de la co-existencia de todas las alternativas posibles, lo que me interesa es dónde se sitúa cada cual y cómo contribuye a que aumenten las posibilidades de desarrollo del modelo con el que se sienta más identificado.
Personalmente, no me gustan las grandes empresas, formo parte de una pequeña empresa y quiero ser una no-empresa (más bien quiero ser algo donde la palabra-idea empresa no sea necesaria, sea desplazada). Y no me gusta que se promocione institucionalmente el modelo de vida-éxito empresarizante, que de modo colonizador ocupa-usurpa-privatiza casi la totalidad del espacio público.
Por otra parte, me gusta que se identifique ese modelo aspiracional difuso del que informalmente formo parte, con gente que desprecia el dinero, porque el desprecio del dinero es el desprecio por el capitalismo (como bien dice Mak, también despreciamos sus lenguaje violento).
Y creo que cuando se califica esa posibilidad de modelo emergente de utopía, en realidad lo que hay es cierto miedo (pánico, horror, vértigo, etc, según quién) a que pueda ser una realidad y pueda serlo YA, porque para muchos, eso supondría vivir con demasiada incertidumbre (ese miedo –legítimo, no digo que no-, sigue siendo la mejor arma de “su” sistema, por eso no paran de promocionarlo por todos “sus” medios).
Así, me levanto todos los días de la cama no para ir a “trabajar”, sino para cambiar el mundo (no me avergüenza decirlo) desde las grandes posibilidades de la micropolítica y desde el probablemente ingenuo compromiso personal articulado y desarticulado.
Lo bueno es que, aunque en franca minoría. cada vez somos más.
Somos virus microscópicos y mutamos con facilidad
Crecemos mucho más que “sus” cuentas de resultados.
Estamos organizad*s desorganizadamente.
Y tenemos prisa (yendo despacio) porque “no hay futuro”.

Responder
jose del moral 11/01/2010 - 03:02

@Ricardo Amaste – Joer, vaya discurso, Ricardo. Yo de mayor quiero ser como tú 😉
Ahora en serio, a mí me encantaría levantarme así todos los días (y creo que alguno lo consigo y todo), pero las nóminas me atenazan, sobre todo cuando se acerca el final del mes. Pero sí es cierto que tengo más días para levantarme como tú describes como emprendedor que cuando era empleado por cuenta ajena. A ver si un día montamos un partido político de ciber-anarquistas!!

Responder
Alejandro García García 11/01/2010 - 22:44

El tema de la innovación y su evolución me está recordando, para bien y para mal, a otras políticas prioritarias sobre competitividad (léase: Aseguramiento de la Calidad, excelencia en la Calidad, Implantación de las TIC en las empresas ERP-CRM y muchas más en menor medida).

Se empieza por las grandes y se continua con las pequeñas. Y con el tiempo las nuevas empresas y startups ya nacen con la etiqueta. Evolución que probablemente no tenga más lógica que la que comenta Pedro Luis sobre las perspectivas del retorno. Ande o no ande, caballo grande.

Pero no sólo es un tema de tamaño. También lo es de sectores. No dudo que habrá sectores que nadarán en las calles 4 y 5 de la carrera de la innovación.

Las únicas diferencias que veo respecto a otras “urgencias competitivas”, que ya hemos pasado en otras etapas, es que:

– con la innovación la dimensión es más grande debido fundamentalmente a la crisis.
– y que ahora por lo menos se plantean debates como éste, que es de agradecer.

Asi que entiendo perfectamente a José A. Del Moral y sobre todo a Julen con la preocupación sobre “cómo se organizan las personas para hacer las cosas” y el concepto no-empresa. Se afirma que las empresas seguirán existiendo pero también es cierto afirmar que las empresas, como hoy se entienden, desaparecerán. ¿cuándo? No lo sé, pero viniendo como vienen los tiempos y las nuevas las aportaciones de la generaciones nuevas nunca hemos estado tan cerca de un cambio o punto de inflexión…….No hace muchos años se pensaba que hacer la mili era beneficioso para la formación y construcción de la juventud, hoy….

Responder
Julen 13/01/2010 - 07:38

Gracias a todas/os por las contribuciones. Voy a darle una vuelta de rosca con vuestras aportaciones.
@Jose, el dinero es un peligroso compañero de viaje porque, cuando menos te das cuenta, lo ocupa todo y nos hace esclavos en forma de consumidores compulsivos. Alejarse algo del dinero no viene mal. En eso, estoy con @Ricardo y con @Jon, yo no voy a un modelo de empresa, voy a un modelo social mucho más amplio.
Quizá haya que diferenciar, como dice @Joan, entre empresarios y emprendedores. Aunque esta segunda figura creo que está pervertida en la mayor parte de las ocasiones. Puede ser que, siguiendo a @Maki las pequeñas empresas acaban con lo peor de los modelos de las grandes.
@Agustí, no estoy muy de acuerdo con tus planteamientos. Yo creo que hay asuntos de fondo que conviene revisar, como la misma «clase directiva» que parece haberse despegado de la ciudadanía rasa en la mayor parte de las ocasiones. Pero seguiremos discutiendo, seguro.
@Alejandro, yo soy de los que ya no hizo la mili, lo siento 😉
@Iván, a ver si no te perviertes, ahora que has vuelto al primer mundo, jeje.

Responder
jose del moral 13/01/2010 - 10:50

@Julen – Más que de dinero, prefiero hablar de rentabilidad. Una empresa tiene que optimizar su rentabilidad. En las empresas más pequeñas y que empiezan, esa rentabilidad tiene que ver mucho con el dinero, porque si no, simple y llanamente no sobrevivirían. Cuando una empresa crece y se estabiliza (a partir de los 3 años, sobre todo), puede empezar a pensar en otras rentabilidades, una vez el tema económico está más garantizado. Pirámide de Maslow en toda regla, pero llevada a las empresas.

Responder
Ricardo_AMASTE 13/01/2010 - 17:31

Las experiencias está claro que son individuales y no pueden trasladarse a lo general, pero AMASTÉ somos lo que somos, porque desde el principio invertimos la famosa pirámide. Nos esforzamos en mantener, buscar, redefinir nuestros valores, en hacer los proyectos que queriamos hacer, aprender a trabajar de distintas maneras, hacer red, permitirnos el «lujo» de «perder el tiempo» en lo que de verdad nos importa y no en ganar dinero. Siempre hemos perdido dinero, muchas veces hemos estado a punto de desaparecer, pero hemos sobrevivido, hemos conseguido establecer un «algo» reconocible que finalmente nos está haciendo rentables también económicamente, desde nuestra propia singularidad, desde la diversidad. Si hubiesemos estado pensando en la rentabilidad económica, probablemente habríamos ganado dinero, pero quizá no hubiesemos hecho las cosas de las que nos sentimos más orgullosos y que nos han traido hasta aquí, nos han hecho cruzarnos con grandes amig^s y compañer*s de viaje, etc. Y esa no es una posición elitista o de alguien que parte de una posición acomodada que se lo pueda permitir. Tengo un amigo indigente, que de las muchas cosas importantes que me ha enseñado, es que su idealismo no se compra, que prefiere seguir durmiendo en la calle a ceder ciertas cosas. Él tiene su pirámide de Maslow muy clara y no es como la que a mi me la enseñaron en el master de marketing.

Responder
jose del moral 13/01/2010 - 18:08

@Ricardo – En mi empresa, mi principal responsabilidad como gerente es conseguir que la empresa que dirijo gane dinero, fundamentalmente para poder pagar los sueldos de todos. El día que hemos ganado suficiente dinero, hemos hecho otro tipo de cosas. Pero sólo después. ¡Ah! Obviamente no teníamos capital-riesgo.

Responder
Ricardo_AMASTE 13/01/2010 - 18:33

En AMASTÉ, mi papel como «gerente» es hacer los proyectos que queremos hacer aunque nadie esté dispuesto a pagarlos. Que nos nos desviemos del camino. No dejar de hacer las cosas porque no haya dinero (que los euros no nos marquen la agenda). No tenemos ni capital riesgo, ni capital (nuestra línea de crédito es de 18.000 €). Trabajamos desde la austeridad, desde el hacer con muy poco dinero. Trabajamos sin prisa, de modo muy artesano, desde la guerrilla, D.I.Y. Nosotros podemos hablar de todo el dinero que hemos perdido o que no hemos ganado. No se si suena pretencioso, ingenuo, estúpido, pero así lo hemos hecho y así lo volveriamos a hacer. Y además, creemos que eso, junto al trabajo de otra mucha gente (individual y colectivamente), además de para nosotros, genera «riqueza», «valor» para nuestro contexto.

Responder
Ricardo_AMASTE 13/01/2010 - 23:03

Y saliendo del discurso-dispositivo empresa tradicional. Hay un montón de gente que en todo tipo de organizaciones TRABAJAN de modo voluntario o sin que el dinero sea su prioridad principal. Por no decir todas las personas (principalmente mujeres), que SOSTIENEN nuestra sociedad a través de su TRABAJO en una economía reproductiva no monetarizada pero imprescindible (una economía de los cuidados).

GRACIAS a las chicas que me han hablado de todas estas cosas: de lo productivo y lo reproductivo, de la economía del iceberg, de los cuidados. Todo eso que desde las prácticas políticas y sociales feministas tienen tan claro y que es URGENTE que interioricemos, que implementemos.

Responder
Iván 14/01/2010 - 04:01

Me ha gustado lo de Amaste del Mendigo
al respecto

Saramago dice una cosa muy bonita
´´la persona más inteligente que he conocido en mi VIDA no sabe leer ni escribir´´

a veces con conceptos managmentianos que no humanos alguién se reiría,pero es muy real esa afrimación del Nobel Luso

recuerdo cuando la leí,y pensé,coño,que diga esto todo un Premio Nobel es la hostia,en mi caso he sentido cosas así en países en desarrollo
gente a la que le importa un pimiento cosas como Internet,o que ve el dinero como un medio para sobrevivir,para comprar comida y alguna cerveza,pero que el Tener no le ciega,que las sonrisas y la alegría por vivir se traslada en todas las reacciones diarias.

Salí el otro dia de cervezas con una amiga Tai que tiene as necesidades cubiertas y al que tiene algo de capital,pues el caso que me emocioné un huevo verla repartir dinero y comida de la calle entre mendigos,a darle dos euros a bailarinas y Dj de discoteca,ella me decia,hay que ayudar a la gente Iván,soy más afortunada que ellos,y Buda-por aqui le dan a Dios o a la Providencia por ese lado-

y al ver mi libro recuerdo con fotos,postales,con muchas cosas,ni sabia quién era Gandhi,ni donde estaba Katmandú ni Shanghai,pero ni falta que le hace….jajaja

ya estoy de vuelta en el mundo desarrollado,en Melbourne,todo limpio,perecto,gente educada,pero…..tras 10 meses de encuentros diarios con personas en calles de Asia aqui en 3 días las únicas personas que me han parado en la calle eran de una afamada ONG Global para intentar hacerme socio….

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.