La relatividad del open goverment y el open business

by Julen

He estado leyendo un par de artículos que me han resultado muy interesantes: The Meaning of Open, de Jonathan Rosenberg, Senior Vice President de Product Management en Google, y Against Transparency, de Lawrence Lessig. Todo ello aderezado con algunas ideas que se me cruzan desde la postmodernidad, como las reflexiones de Jeremy Rifkin en La era del acceso o de Christian Salmon en Storytelling (podéis leer una reseña del libro en el blog de Manuel Gross). Se agita bien y… prudencia. Vigila a quienes te vigilan.

La primera cuestión tiene que ver reconocer el momento actual. ¿Vivimos en una sociedad por defecto abierta y transparente o más bien al contrario? Si lo circunscribimos a las empresas: son abierta o más bien cerradas. Respuesta obvia: cerradas, cerradas a cal y canto. Es el estándar: ocultamos y protegemos la mayor parte de lo que sabemos. Las empresas son universos cerrados a través de sus intranets o como quieran llamar hoy en día a sus cárceles de información.

¿Y la sociedad? ¿Es transparente y abierta? Una pregunta anterior: ¿qué representaría el poder en la sociedad actual? Ah… quizá las grandes empresas multinacionales que comercializan la cultura, el entretenimiento y, en definitiva, nuestras vidas. Pues si esta sociedad la vemos a través de marcas y grandes empresas, entonces la sociedad tampoco es abierta ni transparente. Aunque vivimos una película que parece muy real, pero es película. Esto explica buena parte del problema.

Dicho lo anterior, ¿de qué se trata cuando hablamos de empresas abiertas o de gobiernos abiertos? Bueno, americano que mola más: ¿de qué se trata cuando se habla del open goverment? Quizá sea una moda, otra delicada forma de asumir un estilo de vida que genera actividad económica. Más apertura, más posibilidades de hacer negocios. Ocultos bajo la alfombra, los datos no consiguen explotar su capacidad de impulso económico. Así que manos a la obra. Open Business, más business; Open Goverment, más business. Sí, business es el común denominador.

Conviene pararse a pensar hasta qué punto vivimos en El Show de Truman, qué parte de la realidad permanece real y qué otra parte es… ¿más real aún? Naomi Klein y Jeremy Rifkin explican cómo funcionan los nuevos espacios privados que han fagocitado parte de la vida pública en los iuesei: esas urbanizaciones con restricción de acceso pero donde la vida es comercializable al 100%. No, no se refieren a los centros comerciales, sino a las urbanizaciones privadas en las que viven buena parte de los americanos del norte.

Abierto y transparente, siempre que lo admita un centro comercial. Así que hemos de abrazarlo porque es bueno para la recuperación económica, para los negocios. De forma colateral, pensemos en la ciudadanía. Sí, también es bueno para la ciudadanía. Pero primero para los negocios. En palabras de Lessig, recordad que esto ya lo hizo el actor y presidente Ronald Reagan:

Without a doubt, the vast majority of these transparency projects make sense. In particular, management transparency, which is designed to make the performance of government agencies more measurable, will radically improve how government works. And making government data available for others to build upon has historically produced enormous value–from weather data, which produces more than $800 billion in economic value to the United States, to GPS data, liberated originally by Ronald Reagan, which now allows cell phones to instantly report (among other essential facts) whether Peets or Starbucks is closer.

Y en palabras de Rosenberg -Google omnipresente- más claro aún. No hay problema para que el negocio se extienda a comerciar con nuestro genoma:

Open systems have the potential to spawn industries. They harness the intellect of the general population and spur businesses to compete, innovate, and win based on the merits of their products and not just the brilliance of their business tactics. The race to map the human genome is one example.

Abrir negocios y Administración es una tendencia. Pero necesitamos ciudadanía capaz de digerirlo. Necesitamos clientes, usuarios y proveedores capaces de digerirlo. Y no todo se puede transparentar; no todo se debe transparentar. Necesitamos pensamiento lógico. ¿Abierto por defecto? Depende del contexto. No hay miedo porque pasamos mucho más tiempo en la Cerrazón S.A. Sin embargo esto no debe ocultar que la Apertura S.A. necesita reflexión y prudencia.

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13 comentarios

Alorza 29/12/2009 - 09:52

Julen, creo que mezclas un poco «open government» y «open data» (no me extraña: últimamente hablan de «open data government»).

Open government / Gobierno abierto es un modelo que se está formulando en torno a tres valores: transparencia, participación y colaboración (algunos cambiamos este último por «delegación»).

Open data hace referencia a algo más concreto: la apertura de la información pública para su reutilización. Aquí tenemos la Ley 37/2007, que se orienta a generar valor económico a partir de esos datos.

Hoy mismo, espero que el Consejo de Gobierno vasco apruebe un acuerdo para comenzar a abrir nuestros datos con una óptica más amplia, buscando la eficiencia, la interoperabilidad, la transparencia… y también la creación de riqueza a partir de los datos públicos.

Por cierto, no termino de pillar el punto al artículo. ¿Te parece mal que los datos públicos puedan reutilizarse para hacer negocio?

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Julen 29/12/2009 - 10:06

Estupenda la aclaración, Alberto. Tengo que «entrar» algo más en todo esto. Espero que 2010 pueda ser un año en que pueda hacerlo.
Respecto a la pregunta que haces, creo que el artículo de Lessig nos plantea una cuestión interesante de fondo: ¿qué sucede cuando colocamos más y más recursos a disposición de la iniciativa privada? Una cosa somos la ciudadanía y otras las empresas. ¿Por què comento esto? Porque si las empresas se lanzan en tromba a la explotación económica de los datos, pueden pasar cosas tan curiosas como las que están aconteciendo con las patentes en torno a las semillas y el genoma humano.
Supongo que la cuestión tendría que ver con cuál es la licencia que se obliga a cumplir a quienes reutilicen datos que proceden de lo público. ¿Quizá obligar a usar una licencia sin copyright? ¿Algo de esto está en marcha?

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himikel 29/12/2009 - 11:01

Coincido contigo Julen, en que hay una tendencia al aperturismo, y que existen muchos niveles de apertura, condicionados por el contexto. Pero si realmente queremos caminar hacia la transparencia, tenemos que plantearnos si cada información que guardamos oculta, no puede producir más valor siendo compartida, creo que hay mucho donde innovar todavía.
Creo que una de las claves ya está sobre la mesa, si la propia ciudadanía va solicitando y compartiendo sus conocimientos, las empresas y gobiernos se verán obligadas a compartir, si no quieren quedarse fuera de juego, y en este sentido, las redes sociales ya han comenzado su andadura…
Si os interesa el tema, la semana pasada publiqué un post: ¿Para cuándo el Gobierno 2.0?
Salu2 😉

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Alorza 29/12/2009 - 11:48

@Julen: quizá una forma de «entrar en todo esto» sea arrimarte al CitiLab de Cornella el 16 de enero, al GobCamp. Yo andaré por ahí 🙂

Respondiendo a tu pregunta, me parece positivo que ciudadanos y empresas hagan uso de los datos públicos para lo que deseen: controlar al Gobierno, crear valor social o hacer negocio. En cuanto a lo de «hacer negocio», no es sólo que a mí me lo parezca, sino que la Ley 37/2007 nos dice que es algo que debemos permitir e incluso fomentar. Por lo tanto, la licencia que aplicaremos a los datos será una que permita el uso comercial y la creación de obras derivadas.

Es discutible si se debería aplicar la cláusula «Share Alike». Me parece una cláusula ideológica, pero escasamente operativa. No veo al Gobierno persiguiendo incumplimientos de esa cláusula. Creo que se mejor dejar los datos bajo una cláusula del tipo CC-BY (o similar).

No veo, en este caso, ninguno de los peligros que citas. Si los datos son públicos, siempre podrás obtenerlos en el portal público, independientemente de que una empresa comercialice un mashup. Precisamente, el hacer públicos los datos despeja cualquier duda sobre el copyright y evita los excesos que señalas (genoma, semillas…)

Una aclaración: los datos públicos a abrir son aquellos que están en poder de la Administración y que no están sujeto a restricciones de privacidad (LOPD), seguridad o propiedad.

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Julen 29/12/2009 - 12:20

@himikel, por supuesto que queremos caminar hacia el aperturismo. La reflexión tiene que ver con las tácticas y con la forma en que conseguimos generar una sociedad más abierta, pero también donde se reduzcan diferencias y se incremente la justicia social. Complicado, desde luego.

@Alorza, pudiera ser que el problema es que la «no-ideología» es en el fondo ideología que ha sido capaz de convertirse en sistema. El capitalismo hace tiempo que es más cultural y emocional que industrial.
Por otra parte, es evidente que poner a disposición de la ciudadanía datos, sean los que sean, parece ser por lógica un camino adecuado. Eso sí, también sería interesante que supiéramos qué no se «abre». Lo digo en el sentido de que la Administración, por ejemplo, hace tiempo que reconoce que hay que «venderse» ante la ciudadanía. Los políticos que están detrás saben que sus elecciones requieren de grandes usos y abusos de los medios de comunicación. Una forma de eliminar desconfianza, cuando liberas contenido, es informar de lo que no liberas.
Por último, Alberto, tienes que tener en cuenta que la regulación a través del código (Lessig lo machaca por activa y por pasiva en Código 2.0) cada vez va a ser más posible. Es decir, que saber si la ley se cumple o no puede ser complicado, pero saber si el código se cumple o no cada vez va a ser más fácil. Lo digo en el sentido de que aplicar una licencia «ideológica» que «obliga» va a ser cada vez más fácil de exigir porque los medios para saber si se usa o no también lo van a ser.
De lo que me doy cuenta mientras escribo todo esto es de la complejidad que hay detrás de la apertura de datos. Quizá hoy es tanto o más interesante la apertura de la forma en que se deciden las cosas, de los sistemas de gestión. ¿Qué tal si proponéis por ahí subir a Internet algún que otro consejo de gobierno o similar? Ah… zzzzzzzz, ¿o no? 😉

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M@k, el Buscaimposibles 29/12/2009 - 23:30

Alberto: ¿Ideológico = malo?

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Alorza 29/12/2009 - 23:36

@Julen Creo que estoy más o menos de acuerdo, pero has hecho un buen batiburrillo.

La apertura de datos es eso, apertura de datos. Un proyecto con un alcance modesto, pero con un posible impacto muy alto. Me gusta tu idea de decir también «qué es lo que no se abre» y creo que va en la línea de cómo conjugo la transparencia = claridad x obscenidad

Claro que sería cojonudo abrir, no sólo el proceso de decisión, sino el proceso completo de elaboración y ejecución de políticas públicas y sabes que mi apuesta es hacia más delegación, mayor entrega de poder a la ciudadanía.

Otra cosa es cómo hacerlo de manera que sea atractivo para algunos. De hecho, todas las sesiones del Parlamento están en vídeo (con una cuota de share cercana al 0%) y las decisiones de ,os Consejos de Gobierno se cuelgan en la red (en este caso, sí se reciben unas cuantas visitas).

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Alorza 29/12/2009 - 23:39

@M@k No, no identifico «ideológico» con «malo», además de que estoy de acuerdo con Julen en que, en cierto sentido, nada puede ser «no ideológico». Simplemente, constato que no se trata de un requisito necesario, sino de un añadido voluntarista con el que se quiere empujar a ciertas conductas que creemos «las adecuadas». Creo que es mejor dejarlo en su estado más simple y que cada uno aplique sus propios valores.

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Julen 30/12/2009 - 07:34

@Alorza, no sé si has leído «Código 2.0» de Lessig. Es un buen tocho y, como siempre, mira mucho al modelo USA. Pero hace pensar. De ahí me vienen algunas reflexiones sobre la complejidad de lo abierto. No es simple, no. Sabes de sobra que estamos manejando modelos «abiertos», vosotros en la Administración y nosotros en la empresa, y eso nos sitúa en el mismo barrio. Pero hay mucho matiz que conviene tener en cuenta.

Yo llevo un tiempo con la mosca detrás de la oreja. Vale, que me he cascado un año leyendo a Bauman, Sennet, Deleuze, Verdú, Beck, Rifkin, Klein, Negri, Hardt & Cía, pero ¿acaso no es evidente que la Administración ha aceptado a saco el modelo de la eficiencia empresarial? Nadie parece criticarlo. Tapscott aparece como un nuevo ídolo: Naked Corporations for ever y capitalismo funky a tope. En el fondo, un modelo expansivo a lo bestia. Más y más. Datos para comerciar, información para generar nuevas oportunidades de negocio. Pues vale. No hace falta que gritéis.

La Administración se ha hecho hueca, en palabras de Naomi Klein. La empresa privada ha recibido más y más terreno porque la Administración se ha ahuecado. Pero las empresas miran a su última línea de la cuenta de resultados. Ese es su dios, lo disfracen como quieran. Por eso creo que la Administración tiene responsabilidad no tanto en que los datos estén disponibles para la ciudadanía, sino en cómo quiere que se utilicen… también por parte de las empresas. ¿Por qué no poner restricciones?

Alberto, necesitamos ideología, ahora más que nunca. Porque si no lo hacemos ahora, la banca gana, como lo ha hecho siempre. Nos demos cuenta o no. Queramos darnos cuenta o no.

Y sí, ya sé que estoy meando fuera del tiesto y que me he subido cuatro peldaños para arriba. Pero bueno, es mi blog, ¿no? Ánimo con el proyecto de abrir datos. A poco que se haga, mejorará lo presente.

@Mak, ya sabemos que eres un ideólogo… del Real Madrid jajajajaja

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Consultoría artesana en red » Balance de 6 años de consultoría artesana en red (VII) 25/09/2010 - 06:00

[…] Sí, porque ésta ha sido una de esas convicciones que he ido aquilatando con el paso de los años. No concibo trabajar en consultoría -léase con el “conocimiento”, que es lo mismo- si no es abriendo contenidos. Claro que no podemos abrir todos los contenidos porque nuestros clientes son lo que son y no nos sentimos capaces de “someterlos” a nuestra forma de trabajar. Pero siempre que podamos deberíamos tender a estándares abiertos. Eso sí, con ciertas precauciones. […]

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Consultoría artesana en red » La gamificación de la empresa 09/09/2011 - 06:50

[…] el fin porque esto no hace sino confirmar que la realidad y la ficción continúan fundiéndose: el show de Truman es norma en la sociedad del espectáculo. La “experiencia” de consumo es lo que cuenta. […]

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Consultoría artesana en red » Espectáculo global 27/11/2011 - 08:45

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Consultoría artesana en red » Menos mercado y más estado 27/11/2011 - 11:37

[…] soy! ¿Agendas ocultas? Que no, que no, que de esto no hay. El mundo es claro y transparente, luce gobiernos abiertos y tiene claro quiénes son los villanos. Eso sí, depende del momento. Primero dame petróleo, que […]

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