Open Goverment

by Julen

Este jueves participo -con el tiempo justo- con una pequeña ponencia en las Jornadas sobre Open Goverment y Administración Electrónica que organiza la comunidad de telecentros en su noveno encuentro. Las jornadas tienen lugar el 8 y 9 de octubre en Vitoria-Gasteiz y yo participaré el primer día en una mesa de trabajo junto a César Calderón.

No me tengo por ningún erudito en la cuestión. Mi campo de actividad profesional está más enfocado hacia la empresa, aunque también es cierto que hoy en día no puedes no interactuar con la Administración. Somos arte y parte. Somos ciudadanía y ahí nos las arreglamos, mejor o peor. Sigo hasta donde puedo lo que se va cociendo, que ya va siendo mucho, creo.

Por eso mi reflexión, si se me permite, eleva algo la mirada y coloca una voz crítica sobre el asunto a fin de contribuir, hasta donde sea posible, a mejorar las condiciones actuales. Manejaré estas ideas básicas:

  • No es sencillo delimitar qué es abierto y qué cerrado, qué esta dentro y qué fuera. Más bien parece un continuo en el que encontramos paradojas. Jugamos entre la realidad y la ficción.
  • Lo abierto plantea cuestiones delicadas, incluso de carácter ético. Podemos tomar el ejemplo del tráfico de órganos en Manila, un trabajo de Sally Gutiérrez que puede verse en la exposición Soft Power.
  • Abierto no quiere decir que no necesite regulación. Sin embargo, esa «regulación» no pueden llevarla a cabo, en gran medida, las instituciones actuales (Lawrence Lessig, en Código 2.0, hablando de la regulación del ciberespacio).
  • Cuidado con la idolatría hacia el modelo empresarial: ¿open goverment? Por qué no algo más sencillo, como la Administración Abierta. ¿Americano que mola más?
  • ¿Madurez de la ciudadanía? Una Administración abierta puede necesitar una ciudadanía madura, ¿o no? ¿Es al revés y la ciudadanía madura será la consecuencia de una Administración abierta?
  • Se observa una pérdida de confianza en las instituciones y, sin embargo, todas buscan trabajar con los mismos mecanismos del capitalismo emocional.
  • Si aceptamos la subsidiariedad hasta las últimas consecuencias debido a la capacidad actual de la persona para interactuar, ¿supone el declive de la democracia representativa?
  • Abierto, pero controlado: el miedo de la Administración a que se vean sus interioridades la pierde en demasiadas ocasiones.

Os dejo también la presentación que utilizaré:

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3 comentarios

Alaitz 06/10/2009 - 10:43

Julen, echo de menos el ingrediente que considero fundamental en todo proceso de apertura: la cesión/ descentralización del poder. Creo que es una condición indispensable, el meollo de la cuestión y que sin ello el cualquier modelo abierto no deja de ser una pantomima. La pregunta es si la clase política está dispuesta a ello…
En definitiva, aunque peque de simplista, creo que el open goverment no es más que pasar de la actual «democracia representativa» a una «democracia participativa», ¡casi nada!

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Paul 06/10/2009 - 21:26

No soy un experto en la materia, pero en relación a la madurez la participación ciudadana, bien planteada y desarrollada, ha demostrado que promueve la madurez y la responsabilidad de todos los ciudadanos. Por tanto, me inclino a pensar que una administración abierta y dispuesta a permitir la entrada de los ciudadanos contribuye a que éstos se desarrollen y adquieran nuevas habilidades que refuerzan su compromiso cívico.

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Julen 18/10/2009 - 06:37

@Alaitz, «ceder» poder… no sé, la subsidariedad debería dar poder a la base y los políticos sólo actuar por delegación. Si «ellos» tienen poder, jodidos vamos.

@Paul, gracias por tu optimismo 😉

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