Pereza

by Julen

perezaGigante, enorme, difusa, la pereza avanza lenta pero constante en su ansia por colonizar el carácter. En ocasiones, hábil, se disfraza de sensación placentera. Parar, detenerse, dejarlo para luego. Porque no, no pasará nada. Nunca pasa nada, nada es lo bastante urgente. Puede esperar, allá, sentada, puede esperar. Esa tarea deberá contener su rabia.

Se pega a la mirada y rebaja la tensión del cuerpo. Lo coloca casi en stand by. Una minúscula luz roja indica que hay actividad. Pero el cerebro se esconde y las neuronas se hunden en profundas simas. Allí no llega la claridad del mundo hiperactivo. Es la respuesta a la paradoja de lo nunca conseguido pero en constante búsqueda. Es la pereza de renegar de hacer para sólo ser.

Pero el tiempo lo complicó todo y la fundió con la culpabilidad. Ahora caminan juntas en estrecha simbiosis. Mutuos beneficios que devienen en trastornos para las muchas almas frenéticas que produce el siglo XXI. Ya nada puede esperar, no es lugar para charlar y disfrutar de un tiempo que dejó de ser nuestro. La espera hace ya mucho tiempo que desespera.

Se pega a mi ser como una lapa hasta que la concha desaparece y entonces ella y yo somos lo mismo. Vagamos por la ladera sombría hasta que luce de nuevo el sol.

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3 comentarios

Tona Pou 13/09/2009 - 10:15

Tal y como lo dices parece hasta bonito… Por una de esas cosas que tiene la vida, no debes saber tú cómo hacer para que luzca el sol así como rápido?
Y, a malas, cómo la separamos de la culpabilidad para, al menos, disfrutar de ella?

🙁

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Rafael Javier Rodriguez Sanchez 14/09/2009 - 23:56

Y no es pereza el concepto creo……….por lo poco que te he leído y lo que mencionas en el post, es más bien «hartazgo» de la búsqueda constante de actitudes globales que no entren en el campo de lo mercantilizable , y no localizar más

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Rafael Javier Rodriguez Sanchez 15/09/2009 - 00:03

Se me fue el dedo……….Continúo :

Y no es pereza el concepto creo……….por lo poco que te he leído y lo que mencionas en el post, es más bien “hartazgo” de la búsqueda constante de actitudes globales que no entren en el campo de lo mercantilizable , y no localizar más que pequeños reductos en ese entorno. Poniéndome en posición de abogado del diablo, ¿buscador? ¿No será que no queremos aceptar lo que es? ¿No hay un concepto de excesivo narcisismo en ello?

No sé si me equivoco. Si es así, vayan aquí mis disculpas.

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