La artesanía huye del gran mercado

by Julen

FajaGrande2

Nota aclaratoria.- Antes de nada, indicar que este artículo y otros que espero escribir pretende contribuir a desarrollar las ideas en torno a la consultoría artesana. Todo partió, como ya sabéis de la Cumbre de Segovia, asunto en el que estamos enredadas unas cuantas personas en plena discusión a día de hoy. Allá vamos.

Hay espacios donde es mejor no entrar. Se rigen por reglas -escritas y no escritas- que no convienen al artesano. Allí no somos competitivos. Así que sabiendo de mercados mucho más apetecibles, es mejor dedicarse a las distancias cortas. Pero eso, claro, tiene que ver con una importantísima gestión de relaciones. Granovetter definió la importancia del lazo débil y no podemos no sumarnos a esa oportunidad, pero dejemos estar a los lazos débiles como tales. El tiempo dirán si mutan esa condición.

Nuestra única fortaleza competitiva es nuestra reputación. No puedes no ser tú cuando trabajas. Es muy difícil eludir responsabilidades, para lo bueno y para lo malo. La relación causa-efecto es más controlable. Algo inusual en los tiempos que corren. Nuestra consultoría vive de imperfecciones y amores. Los clientes son colegas y con casi todos ellos podríamos trabajar sin necesidad de que nos pagaran. Y, sí, soy de los que creo que conviene hacerlo. Aunque en muchos casos no sabrás si estás trabajando, aprendiendo o divagando.

Yo sé que no debo tener muchos clientes. Ni debo ni puedo. Tengo la gran suerte de que me lo paso bien trabajando. Me han engañado, me he engañado, soy un ingenuo, un iluso. Si quieres, un gilipollas que mete horas. Vale, sólo voy a pasar por aquí una vez; así que déjame disfrutarlo. Y sí, hay quien me dice que a ver si no trabajo, que vaya vacaciones, que qué envidia. Pues hazte artesano, joder. Perdón, perdón. ¿Por qué no lo intentas? Cada vez hay más posibilidades y no sólo surgen en trabajos de pájaros y flores como la consultoría. Cada vez resulta más fácil.

Con Amalio estuve charlando en mi último de día de Transandalus allá en Málaga sobre los límites de aceptación de miembros en una supuesta red de consultores artesanos. Yo prefiero bajar cualquier barrera de entrada y luego el tiempo, los clientes y nuestros amores y odios irán colocando a cada cual en su lugar. El «sello» de artesano lo va a poner ese mundo que nos rodea. Así que no pasa nada por aceptar pulpo como animal de compañía. Me pasa lo mismo con la idea de Aprendices: ¿quién soy yo para decirle a alguien que quiera serlo que no, que no puede? Pues nadie, no soy nadie.

Creo que no queda más remedio, insisto, que manejar las distancias cortas. Por defecto, no me interesa un concurso público. La producción del artesano es contenida, por mucha diarrea mental de que pueda uno presumir. Cada vez que decimos no, crecemos como profesionales. Nuestra asertividad a la hora de rechazar es la prueba de que estamos haciendo bien las cosas. Eso sí, hay muchas formas de «rechazar». Puede convertirse en «desviar» hacia otras personas o incluso «aportar ideas» por si pueden ser útiles.

Estamos creando nichos de mercado diminutos pero de alta rentabilidad y que no son «caracterizables» como tales. Mi ¿mercado? está compuesto por un conjunto variable de clientes, proveedores, colegas, gente de la universidad y aprendizas/ces. Imposible de derribar por cualquier otra empresa de consultoría. Una amalgama extraña y única que genera seguridad e incertidumbre. ¿Te gusta la artesanía?

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17 comentarios

mkl 31/08/2009 - 07:50

Me gusta, me gusta 🙂 . Y coincido contigo completamente. Este va a ser un punto de debate muy interesante. Poco que añdir, quizá que no sólo las horas pueden llegar a ser gratuitas, el conocimiento también lo es y, éste, en su totalidad.

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Francisco Páez 31/08/2009 - 08:11

A mi también me gusta. Encuentro muchas cosas conocidas en estos razonamientos. Es muy agradable saber que no solo le suceden a uno. Este párrafo es mi preferido:

«Mi ¿mercado? está compuesto por un conjunto variable de clientes, proveedores, colegas, gente de la universidad y aprendizas/ces. Imposible de derribar por cualquier otra empresa de consultoría. Una amalgama extraña y única que genera seguridad e incertidumbre. ¿Te gusta la artesanía?»

Me encanta la artesanía. Y compartida, todavía más.

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aitormanah 31/08/2009 - 09:51

Reconozco que estoy prácticamente de acuerdo con lo que comentas. Nosotros también apostamos por huir del gran mercado. Huimos de la churrería (con todos mis respetos a los churreros). De poner la boquilla de forma de estrella y darle a la manivela. Pero a veces, nos ocurre, que jugando en la orilla, nos pilla la gran ola y nos deja los ojos llenos de arena… En fín. Creo que todavía somos esos «aprendices» de los que hablas.
Ondo segi ta animo!

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Aitor Bediaga 31/08/2009 - 11:14

Lo artesano me gusta y tiene sus cosas buenas como las acabas de comentar. Pero a mi me inquieta no el ver a los artesanos hacer sus tareas de forma artesana, sino a un conjunto de artesanos trabajando en red con un mismo objetivo, en un mismo proyecto. Para proyectos grandes creo que es imprescindible el montar «UTA»s (unión temporal de artesanos) para dar respuesta a dichas soluciones, si no el artesano «solo» (que a veces no es poco) puede abarcar proyectos pequeños, muy puntuales. ¿no os parece? Es posible una unión de este tipo? No estoy hablando de uniones tipo «consorcios» como por ejemplo Artesano+universidad+centrotecnológico estoy hablando de uniones temporales de artesano+artesano+artesano…

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David 31/08/2009 - 14:36

Me ha gustado mucho tu post Julen… la de veces que nos repetimos esas cosas, sobre todo al principio, cuando realmente la artesanía indiana no daba… pero fue dando, la red nos fue alimentando de a pocos, pudimos hacer cositas que queríamos hacer… Es como ese hexagrama del iching: «triunfo de lo pequeño» que comienza diciendo «Exito. La perseverancia llega lejos…»

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cumClavis 31/08/2009 - 14:58

¡¡Me gusta!! y más todavía con los colores y dimensiones que le has dado en el post. Joder! Me has inflamado. … Me sumo totalmente a cada una de tus palabras pues es la vía que estoy siguiendo y la que me apetece realmente: cansado ya de estar harto, ya me cansé.
Cierto que el tema sobre el que gira el post va a ser un tema de debate interesante [otra vez].

Gracias por la energía 😉

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Amalio A. Rey 31/08/2009 - 15:24

Compañero de Taller:
Suscribo la idea, de la A a la Z, de que es mejor dedicarse a las distancias cortas. Es el espacio donde se mueve más cómodo el artesano, y donde su arte es mejor valorado. Ya lo he aprendido. Si metemos en la coctelera dos ingredientes: «gestión de relaciones» y «trabajo en red», es posible el escenario ideal (u óptimo, como quieras llamarle) de trabajar-siempre-para-gente-de-confianza, con filosofia P2P y sensibilidad artesana. Nada de concursos con grandes ofertas que se dilucidan en despachos o por dedocracia. Sabes que acabo de pasar por eso, y muy desencanta’o.
1) «No puedes no ser tú cuando trabajas» = ¡¡bravo, maestro!!…
2) «Cada vez que decimos que no, crecemos como profesionales» = Ala… otra muy buena, también la suscribo (¿costes de oportunidad? ¿estrategia? ¿ideas claras?)
Estoy de acuerdo en bajar las barreras a la entrada, para que cada cual encuentre su lugar. Nuestra conversación en Málaga coincidió en eso. Solo añadiría que, si cuento una historia que puede animar a la gente que se apunte (si le da la gana, claro), me gusta contarla bien primero …

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Nacho Muñoz 31/08/2009 - 18:12

Sólo dejo por aquí este pequeño ruido para añadir que de los maestros, más que comentar, lo más sensato es aprender, así que mejor no sigo.
Bueno sí, añadir que si no existieras, habría que inventarte.
Gracias por esta anotación tan directa y sensata 🙂

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Ricardo_AMASTE 31/08/2009 - 19:54

No se si alguien recuerda al Señor Lobo en Pulp Fiction… pues eso.
Por eso me quedo con lo que planeta Aitor, que aunque creo que ya se hace, quizá podría hacerse mucho mejor.

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Julen 01/09/2009 - 07:05

@mkl, @cumClavis, @Amalio, @Nacho, gracias por continuar la conversación. ¿Tendría esto la implicación de que nuestros proyectos deben navegar por aguas alternativas al mercado que existe y crear, por tanto, uno diferente?, ¿o se trata, simplemente, de quedarse en cierto hueco de mercado que ya existe?
@aitormanah, aquí quien no se sienta aprendiz es posible que lleve un problema bien gordo consigo.
@Aitor, @Ricardo, ya hablaremos, pero me da un poco de miedo lo que planteáis. Esa «temporalidad» de hacer/deshacer pegada al proyecto tiene sus matizaciones.

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Amalio A. Rey 01/09/2009 - 08:08

No se por que aprecio aquí dos perspectivas diferentes, incluso leyendo los comentarios.
Una visión menos incendiaria, y más optimista-constructiva hacia la empresa, por parte de emprendedores-críticos que actualmente gestionan una empresa, con ilusión, y todavía creen que pueden beneficiarse de las maneras artesanas, cambiando o mejorando muchas cosas, pero sin tener que cerrar el chiringuito. Otra postura más excéptica y rupturista, que sin pretender ser excluyente (al menos en su intención), a mi a veces me da la impresión que termina siéndolo. Parece decir «rompamos con todo, todo es una mierda…».
Mi meta seguirá siendo, como ya sabes, la busqueda de la «EMPRESA artesana en red», hasta que la realidad me demuestre que no es posible. Sigo creyendo que es posible una empresa artesana, con un Taller permanente y orgánicamente unido, y que se complemente de las habilidades de otros artesanos «autónomos», siguiendo los preceptos de la innovación abierta.
El hartazgo a mí todavía no me ha llegado, la verdad. Sigo viendo en la empresa un recipiente donde probar nuevos materiales, sobre todo si tengo poder de cambiarla como es mi caso. El modelo de los «autonomos en red» es una opción más, y que entra en el menu de posibilidades. Me parece genial que se tenga en cuenta.
En cuanto a tu pregunta, Julen… pienso que hay necesidades «latentes» y «percibidas» de servicios artesanos. Si empezamos por las segundas, con clientes que pueden verbalizar esa necesidad, es lo mejor… por tanto ahí se trata de aprovechar nichos de mercado que ya existen. En cuanto a las necesidades o demandas «latentes», toca mucha búsqueda y pedagogía para conseguir abrir esos nuevos mercados y demostrar que la necesidad existe. Tendremos que aprovechar y crear a la vez, como casi todo en la vida…jjj

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Julen 02/09/2009 - 06:37

@Amalio, lo optimista o pesimista se mueve en márgenes variables. A mí particularmente me ilusiona encontrar alternativas de trabajo conjunto entre personas en un marco diferente al de la empresa actual. Lo cual no obvia para seguir haciendo cosas «dentro» de sus límites.

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Carme 05/09/2009 - 22:21

Qué bonito te ha quedado! Así no hay forma de responder otra cosa que «sí», a ver si no 😉

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[…] Ideas genéricas sobre cómo entiendo esto de la consultoría artesana se pueden encontrar en: la artesanía huye del gran mercado, consultoría artesana, ¿empresa social?, marketing (inexistente) de la consultoría artesana, […]

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El i-ching del artesano 31/10/2016 - 22:14

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