10 días en una isla para querer ir a otra

by Julen

BiscoitosMañana marcharemos para Flores, otra isla aún más perdida en el Atlántico… junto a otra que parece el fin del mundo conocido: Corvo, un pedazo de tierra habitado por 425 personas. Una isla como Terceira, ni pequeña ni grande, da para que veas a las mismas personas en varias ocasiones. Por supuesto en Praia da Vitoria es evidente: nos encontramos con Madalena en la playa y luego la vimos al atardecer del día siguiente en su sillita. No tendrá más de 2 años.

La isla a pie es otro asunto. El tamaño se agranda sobremanera. La orografía contribuye a que las distancias sean más largas que la simple línea recta. Además, los caminos se retuercen entre la laurisilva y bordean los muretes de piedra siguiendo lógicas extrañas. Pero a pie la isla adquiere aspecto más humano.

Es evidente que en una isla ni grande ni pequeña vas a topar con el mar a menudo. Puede esconderse tras esa loma verde allá a lo lejos o salpicarte por culpa de una ola arrebatada que se enfadó con la costa. Aquí el litoral reparte exabruptos y se encabrita a través del malpaís que bajó algún día hasta la orilla del mar. Tuvo que ser espectacular cuando sucedió. Hoy sólo nos queda recrearlo con la imaginación a partir de las extrañas formas que se reparten aquí y allá. Como sucede en Biscoitos.

Ponta do Queimado6Cuando han transcurrido unos cuantos días la isla te devuelve paisajes conocidos. Así que para descubrir una imagen diferente hay que abrir bien los ojos y rebuscar en el mapa. En realidad a los ojos del turista queda mucha isla escondida. Es esa parte que surge tras una segunda o tercera visita. Ese rincón que siempre estuvo ahí pero que se negó a captar a tu atención en veces anteriores. Volver a una isla es un placer para el matiz.

Terceira es de momento isla de primer contacto. No es como El Hierro, referencia de isla querida y blanco de comparaciones. Siempre hay un rincón en cualquier isla que está allá en El Hierro. La única razón por la cual todos los rincones están allí: hemos vuelto en muchas más ocasiones. Y eso da juego a los ojos. Es estar aquí y querer volver allí. Será en noviembre.

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6 comentarios

Jorge 19/08/2009 - 20:41

Hola Julen, espero que tengas un muy buen viaje. Por la foto, parece ser un lugar interesante.

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Carme 22/08/2009 - 10:23

¡Menudo verano, Julen!
Menudo el que estáis pasando y nos estáis regalando.
Vaya descubrimiento este del «modo relajado» 🙂
Abrazos

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Ivan 24/08/2009 - 08:31

Buen lugar, Julen,tengo ganas de ir,hay por ahi la misma comida que la de sus primos de lusitania?
bacalhau ao bras? espetadas de vitela ? porco a alentejano? saudade 🙂
otro mundo las ciudades de china alejadas del plan de la ruta de los turistas,mezcla entre gran hermano,con capitalismo salvaje con toque comunista,tela
los crios y las tias se hacen fotos o me dicen,hello antes de reirse de mi jejeje
salu2
Ivan

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Julen 28/08/2009 - 10:12

@Jorge, gracias.
@Carme, sí, ha cundido lo suyo. Ya estoy en mi despachito. En breve te comentaré un asuntillo. A ver si concretamos tu participación en una jornada aquí. Todavía tengo que preparar bastantes cosas, pero ya te iré contando.
@Iván, disfruta, disfruta, que esto va deprisa.

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Carme 31/08/2009 - 06:15

Fantástico, Julen. Lo hablamos cuando quieras.

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Consultoría artesana en red » Santa María, Azores 15/08/2011 - 17:47

[…] de que no, de que este lugar bien pudiera encontrarse en cualquier otro sitio. Estés en Flores, Terceira o Pico; da lo mismo. Estás en un lugar que se empeña en esconderse a […]

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