Nigüelas – Capileira (4)

by Julen

img_1699Trabajo acumulado para la tarde en Nigüelas: tres crónicas tres de la ganadería de los Iturbe. Buff, no sé si no me ha llevado más tiempo escribir todos los relatos que dar pedales. Entre la propia crónica, las fotos, pegarme con una conexión lenta y repasar correo pendiente, me han dado las tantas. Hay que ver lo que cansa esto del internés.

Rutina de cada día: a las seis arriba. Preparatorios para la marcha, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa: mochila de agua, riñonera, bolsa de viaje. Lo reconozco: soy un obseso de aprovechar el espacio al máximo para cargar lo mínimo posible. Algún día ya explicaré mi sistema para hacer rutas con lo imprescindible encima. Cada kilo pesa lo suyo cuando vas dando pedales. Así que las cuestas son menos cuestas si no llevas lastre adicional.

El alojamiento rural está a las afueras del pueblo, por lo que hay viaje de aproximación. Al pasar por la plaza veo un par de bares abiertos (siete de la mañana, atención al dato) y decido parar a repostar combustible, porque apenas si había desayunado. Como tenía información de primera mano de que venía un cuestón tremendo a la salida de Nigüelas, no ha habido más que doparse a conciencia. Han caido un par de maritoñis y media tostada con aceite a la salud de Iván. Lo de las maritoñis es de escándalo: dopaje autóctono indetectable en los mejores laboratorios. Impresionantes.

Pues sí que había cuesta. De ahí las ventajas de los dulces de la zona. Seguro que saben de estas cuestas y tienen algo adicional para sobrellevarlas. Subimos poco a poco la primera cuesta del día. Suave suave, plato pequeño, piñón grande… y más grande porque no hay. Arriba las vistas empiezan a recompensar. Me cruzo con un par de bambis y otros parientes suyos pero con cuernos, cuyo nombre técnico desconozco.

img_1710La pista deja hacer kilómetros llaneando hasta desembocar en el segundo cuestón del día: la subida hasta las Casas de El Tello. Vamos subiendo hacia el cielo, dejando el mundanal ruido allá abajo, nubes incluidas. Un senderito precioso nos deja en las casas. ¿Qué hacen en ese lugar? Ni idea. Abandonadas, por supuesto.

Hay que cruzar el río Lanjarón por un puente muy coqueto y escondido. Me pierdo un par de veces bajando por senderos imposibles. Hasta que caigo en la cuenta de que tiene que ser más fácil. Siguiendo marcas de GR llego al final al puente. Era más fácil de lo previsto, aunque algo distinto a las indicaciones del rutómetro oficial de la Transandalus. Ya comentaré para actualizarlo.

Otra subidita hasta el área recreativa de Puente Palo. Ya estamos a más de 1.700 metros de altitud. Después de un tramo algo más cabroncete se llega a otro pistón ancho que conduce sin problemas hasta la civilización. Desde esa área recreativa, bajadón inmenso. Tan inmenso, que me paso el desvío del GR que había que tomar. La emoción de la velocidad, lo reconozco. Así que derechos a la carretera que me llevará a Pampaneira, otra vez subiendo.

Parada técnica en Pampaneira. Pregunto en un par de hostales por descuentos para los ruteros de la TA. Pero, amigo, esto es pueblo turístico. Otra perspectiva de la vida. En un pueblecito perdido quizá haya más posibilidades para «animar» a promocionar la ruta, pero cuando topas con una zona ya bien trabajada por el turismo, el asunto es bien diferente. Ná de ná. Eso sí, en el Hostal Alfonso, el dueño, un tipo bajito y regordete, me dice que la vida está mu achuchá y que ya es bastante oferta sus 40 euros por habitación doble con desayuno. Pues quizá va a ser que sí.

Último tramo de subida hasta Capileira. Mi recuerdo de este pueblo nada tiene que ver con lo que es. Turismo y más turismo. Sobre todo, ingleses. En fin, supongo que es difícil mantener el equilibrio. ¿Cuántos hotelitos hay en el pueblo? Tardaríamos un buen rato en contarlos. Yo estoy en uno rural: La Atalaya. Sencillo y barato, con un tipo bien majo que me ha atendido y me ha explicado dónde estaba Guadalinfo, desde donde escribo esto. Ubuntu de por medio. Nos seguimos leyendo.

Ejem… me he tenido que ir al «bar de Internet» del pueblo para publicar el post porque la conexión en Guadalinfo está caída 🙁 Eso sí, conversación agradable sobre software libre con las chicas que llevan el centro, que resulta que también conocen la experiencia de Abla  🙂

Distancia: 52,7 km. Tiempo sobre la bici: 5h 48m. Desnivel acumulado: 1.810 m.

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8 comentarios

Aitor Bediaga 20/07/2009 - 20:33

jajaja me ha gustado eso de que la emoción de la bajada te «ha pasado factura». Seguro que ibas como un kamikaze! 🙂

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Ramon Sangüesa 20/07/2009 - 20:59

Hola Julen

Me encanta que hayas llegado a Sierra Nevada. Capileira me encanta!.

Un abrazo y mucha envidia!

Ramon

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Amalio A. Rey 21/07/2009 - 10:14

Julen:
Te sigo con muchisimo interés, compañero. He visto las fotos, y no son aburridas. Al verlas he sentido paz y una sensación muy agradable de soledad enriquecedora. También envidia sana.
Oye, cuando dices que no sabes si te ha lleva’o mas tiempo escribir estas cronicas que pedalear, queria contarte lo que a veces me ha pasa’o a mi en los viajes. Es una reflexión porque al leerlo, me he recordado inmediatamente de esa sensación.
Es posible que no sea yo un 2.0 de raza… pero a veces he dudado si es bueno «quitarme» tanto tiempo de desconectar. Lo mismo a ti esto se te da de forma mas natural que a mi, seguramente, porque pareces llevar el cronista en el ADN, pero yo soy mas irregular, y en los viajes disfruto mas desconectar, y lo que menos me apetece es ver una pantalla.
La sobre-exposición digital me mata. Y me mata más cuando la alternativa de la realidad es absorvente y evocadora. ¿como haces tú para combinar tan bien el «viajero-analógico-embriagado-de-emociones» con el «cronista-digital-que-para-serlo-necesita-de-una-pantalla»?
Tienes mucho mérito, Julen. Cuando grande, quiero ser como tu…

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Lula Towanda 21/07/2009 - 10:16

Recuerdo estos pueblos de una excursión que hice cuando trabajaba en Almería. Aquello me parecía Galicia, era impresionantemente verde.
Cuanto turismo hace la literatura, no sé ya tiene estatua Brenan.

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Ivan 21/07/2009 - 14:48

Animo Julen
puedes imaginarte ya la mierda de conexiones que tuve estos meses pasados en India,Nepal,Tailandia,Camboya…jejeje

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Ivan 21/07/2009 - 14:49

Aitor,Kamikazes pero con casco ;0

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Julen 21/07/2009 - 20:04

@Aitor, es que bajar bajar es tan fácil…
@Ramón, pues ya te voy a buscar algún otro pueblecito menos masificado. Las Alpujarras dan para mucho.
@Amalio, sarna con gusto no pica. A mí, sin más, me gusta escribir. Por cierto, el día 4 me acerco a primera hora a Málaga, ¿vale? Ya te llamo.
@Lula, el Brenan es como de la familia por aquí jeje
@Iván, sin conexión somos algo menos, ¿verdad?

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Café científico sobre empresa abierta en la Universidad Loyola Andalucía | Consultoría artesana en red 08/10/2013 - 06:07

[…] un paseíto hasta Nigüelas, territorio Transandalus, donde tenemos reunión de la asociación. ¡Qué recuerdos los de aquel falso llano saliendo del pueblo hacia las Alpujarras! Aprovecharé también para ver a Iván Marcos Peláez que aunque estos días está por Estámbul, […]

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