En el área de Emprendizaje de Innobasque han puesto en marcha un grupo de trabajo sobre «empresa social». Interesante campo de trabajo. No sé muy bien si el fondo de la cuestión es reconocer que hay empresas «asociales» o que sencillamente hay ciertas empresas que ponen más énfasis en lo «social». O sea, que existen empresas más sociales que otras. ¿O hay que pensar que la mayor parte de las empresas no son sociales? ¿Acaso pueden no serlo?
Creo que cualquier empresa que se precie de serlo dirá de sí misma que es «social». Eso sí, hay toda una «economía social», que se define de esta forma (wikipedia dixit):
La economía social designa a una parte de la realidad social diferenciada tanto del ámbito de la economía estatal del sector público como de la economía privada de naturaleza capitalista.
La concreción científica, con criterios precisos de delimitación, de este ámbito o sector institucional, sigue alimentando en la actualidad interesantes debates, tanto en la comunidad académica como fuera de ésta.
Más, a este debate actual sobre la delimitación del «territorio economía social» se suman otros dos:
- por un lado, esa misma locución ha sido y sigue siendo utilizada en las ciencias sociales con otro significado, el de un enfoque metodológico;
- por otro lado, otras locuciones refieren a realidades sociales afines o próximas, con mayor o menor nivel de aceptación según los países y los campos científicos, casos de las locuciones economía solidaria, sector no lucrativo, sector voluntario, tercer sector, tercer sector social, sector solidario o iniciativa social.
Terreno fangoso con límites móviles. No es fácil saber dónde pisas. En Obea hablamos mucho de «empresa con propósito» y, de hecho, en nuestro modelo de empresa abierta manejamos una diapositiva en la que tratamos de mostrar cómo los modelos que quieren maximizar el lucro y los que no lo buscan se están fusionando en territorios comunes. La realidad es que en el mismo terreno compiten feroces empresas ávidas de demostrar su eficiencia con enormes resultados y otro tipo de organizaciones mucho más conectadas con las personas que ¿trabajan? en ellas. David suele manejar dos autores fundamentales para estas cosas: Kenneth W. Thomas especialmente su libro «La motivación Intrinseca en el trabajo» y Richard Leider con su libro «The era of Purpose».
He visto información de una red en marcha: Redbas, con blog incipiente y web en construcción (aunque, según me cuenta Anaïs, parece que está parada desde hace cerca de un año). No obstante, parece que quienes emprenden con preocupación social desarrollan un sentido claro de comunidad.
RebBas nace como punto de encuentro entre emprendedores y personas ahorradoras que actúan como microinversores en proyectos de transformación de su entorno cercano.
Para liarlo un poco más, es curioso que el área de Transformación Empresarial de Innobasque se denomine precisamente así: «transformación empresarial». Todo el mundo quiere «transformar», más allá de innovar. Quizá por aquello de que la innovación ya había muerto a 31 de diciembre de 2008. En fin, una línea de trabajo interesante la de la empresa social. Puede ser que estemos revoloteando en torno a lo que es y no es una empresa. Ejercicio sano, en todo caso. Desde Obea vamos a organizar un taller allá por noviembre (aún por confirmar fechas y programa) para estrujar los nuevos modelos frente a los tradicionales. ¿Se unen en algo punto? Seguiremos informando…
7 comentarios
Si consideramos el modelo del difunto Juan Antonio Pérez López sobre motivación personal (extrínseca, intrínseca y trascendente), ¿no podríamos aplicarlo a las organizaciones que muchos llamamos empresas? (que tendrían cantidades distintas de estos ingredientes en su propósito).
Kaixo Julen
Personalmente pienso que una empresa social puede o no estar directamente relacionada con una actividad puramente social.
Por ejemplo:
# D.Light Design: elaboran lámparas, radios y generadores que funcionan con energías renovables a precios asequibles
Una empresa social a mi entender y siguiendo la definición de Yunnus es aquella en la que prima el impacto social positivo (integración, mejoras calidad de vida, medio ambiente, tecnologías que permitan todo lo anterior….) sobre el beneficio económico, independientemente de su actividad (lógicamente no puede ser cualquier actividad si de esta se espera un impacto social positivo, difícilmente la industria armamentística podrá ser una empresa social )
Y esto es lo que preocupa al i-Talde a la hora de definir: cuales son los límites que definen a una empresa social. Por esa razón hemos abierto un debate en FacebooK: http://www.facebook.com/group.php?gid=43751673912&ref=ts#/topic.php?uid=43751673912&topic=9338
Para intentar contrastar con más personas su percepción de lo que es una empresa social.
Por cierto gracias por todas las referencias :), nos vendrán muy bien para ir generando más conocimiento en la wiki del Área de Emprendizaje en torno al emprendizaje social:
http://ekintzailetza-aurreratua.innobasque.wikispaces.net/Documentaci%C3%B3n+EK7-Emprendizaje+Social
Como sabes si el tema te gusta estaremos encantados de que formes parte del i-Talde.
Un saludo,
Diana.
Hola Julen:
Me interesa mucho este tema de la empresa social; me inquieta la necesidad que tenemos de cuestionarnos muchas cosas en torno a las organizaciones y a las personas, pero, trabajando y conociendo el entorno social, me da miedo ver la brecha que en ocasiones se abre entre el apellido «social» y la realidad interna y externa de algunas organizaciones.
Si organizáis algo sobre este tema (charlas, encuentros, cursos,…) , me gustaría conocerlo.
Un saludo
Bienvenidos a este espacio de los que ya sabíamos que «otro modo de hacer empresa es posible». Llevamos más de 40 años en la economía social, como empresas sociales, nacimos de organizaciones sociales, emprendemos desde una perspectiva social y no consideramos que sea muy innovador algo que en Euskadi sucede desde hace tanto tiempo….. Eso sí, nos estamos divirtiendo mucho con la redefición de lo que se considera empleo protegido, nunca jamás los colectivos en riesgo de exclusión recibirán las ayudas y facilidades que se han dado a la banca, la automoción, construcción, etc. Ah, se me olvidaba, lo que si puede ser digno de estudio es el hecho de que las empresas sociales vivimos mejor las crisis porque nos importan más las personas que el capital y los resultados puramente económicos. Aunque me temo, que esto tampoco es muy innovador en Euskadi, las cooperativas de Mondragón llevan unos cuantos años también sabiendo lo que es economía social….. y las sales, etc. En fin, que me alegro de que estemos redescubriendonos a nosotros mismos….
Así es Txema, muchas veces la respuesta esta en frente, y sin embargo hace falta un colapso financiero, una crisis energética y alimentaría, cuestionarse los modelos de distribución de conocimiento………… todo eso junto hace falta para empezar a pensar en un cambio de modelo que muchos habías puesto en práctica con éxito hace mucho tiempo. Por eso hay que aprovechar el tirón e intentar ahora que las personas nos cuestionamos las cosas transmitir el mensaje para catalizar ese cambio.
Un saludo,
Diana.
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