Lágrima

by Julen

miedoApresada en la mejilla, se resiste a rodar ladera abajo. Procede de las profundidades de la sinrazón donde los hechos suceden. Sin más, suceden. Un recorrido lento después de la explosión inicial. La lágrima sufre fuera de su hogar natural, indecisa sobre cuál es el mejor de los caminos. No hay vuelta atrás. Los poros son enormes montañas en las que queda encajada de por vida. Condenada a morir.

Es una lágrima espesa y turbia, concentrada en una implosión humilde y triste. Fue engendrada tras una simple conversación, un estímulo insignificante de horribles consecuencias. Las palabras martillearon el cerebro y se extendieron por todo el cuerpo. Desasosiego interior, inquietud. El corazón no tardó en darse en cuenta de aquel caos viral. Todo un festival psicosomático. Riadas de descontrol que terminaron en el punto lacrimal. Allí hubo concentración de angustia y explotó en silencio.

La lágrima resplandeció en aquel otoño. La lujuria de colores se topó con una vecina ajena al espectáculo. Un otoño mustio que rodaría ladera abajo en busca del final. El ocre de los rayos del sol del atardecer no aportaría nunca más compañía útil. Demasiada simbología y con demasiada coherencia. Una señal tras otra, la lágrima cayó en la cuenta de la razón. Nunca antes la había experimentado. Pero siempre supo que un día se encontraría cara a cara con el abismo.

Es la lágrima de la muerte anunciada.

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5 comentarios

amalgamadeletras 07/06/2009 - 09:03

Ostras Julen, espero que sólo se trate de una incursión literaria en tu blog. Mi deseo de que todo vaya bien, si tiene relación con la vida real.
Un abrazo

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Julen 07/06/2009 - 09:06

No, no. Es sólo literatura. Disculpas. Que nadie vea fantasmas.
Perdón, no quería alarmar a nadie.

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Odilas 07/06/2009 - 09:19

alarmas…porque es casi imposible escribir esto sin haber muerto alguna vez.
Larga vida y feliz domingo.

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arati 07/06/2009 - 10:42

Estremecedor. Felicidades, y no dejes de dar salida a esta otra faceta.

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Julio Pérez-Tomé Román 07/06/2009 - 18:19

Además de literatura creo que podemos arrimar el texto a la innovación: emoción. Cuando se llega a algo nuevo explotan los sentimientos. Pero también llegamos a un destino. El llamado «don de lágrimas» se presenta cuando el ciclo se tiende a cerrar. El proceso y la vivencia de esos momentos encajan bien con el texto. Hay que someterlo a una relectura.

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