Empresas que no dejan ver el bosque

by Julen

img_1296Hay quien me dice que mi visión de la «empresa» es muy limitada, que caben marcos más amplios, que no todo el monte es orégano, que dentro de esos límites se pueden y deben mejorar muchas cosas. Claro que mi vida profesional ha transcurrido durante doce años allá dentro y todavía hoy vive condicionada en gran parte por esto que llamamos «empresa». Cada cual habla desde sus experiencias y la forma en que las va interpretando.

Ya he escrito muchas veces por aquí sobre si hoy en día las empresas hacen falta o no. Sigo pensando en el derrumbado criterio de los costes de transacción de Ronald Coase. Por eso, para no repetirme, me remito, entre otros, al artículo ¿Necesitamos empresas? Pero, a lo que íbamos. Yo voy a seguir metiéndole caña a la idea actual de empresa, de esas que suponen más del 90% de lo existente, porque creo en otros modelos de organización.

Amalio A. Rey manejaba de forma muy inteligente la idea de empresa como «buffer de seguridad». Claro que cuando se lo preguntas a los ex de Altos Hornos de Vizcaya o a la gente que trabaja en automoción hoy en día, el supuesto buffer está en cuestión. La «seguridad» de la nómina mensual es ahora una ilusión. Y cuando deja de ser realidad, el panorama es dantesco porque las personas se han hecho empresa-dependientes y han perdido buena parte de su capacidad original de «buscarse la vida».

Una empresa con máquinas consigue otra ilusión percibida: como hay máquinas a las que alimentar hay trabajo. La máquina necesita materia prima y mientas haya piezas que fabricar, el binomio máquina-empresa proporciona cobijo al humano, que vive no ya esclavo de la propiedad sino del proceso de trabajo. Esta idea de «dar de comer» a la máquina es una perversión en sí misma por cuanto remite la seguridad a un factor ajeno a la propia persona. Sobre la empresa como organizacional maquinal, podéis leer Guías para la transformación (pdf descargable), el libro de Maite Darceles. Ella lo explica mejor y con más detalle.

En la empresa industrial parece que los árboles no dejan ver el bosque. Hace falta inversión para que nuestra mano de obra tenga ocupación y consiga su ración de seguridad. Ese trabajo físico que desprende olor a taladrina garantiza que hace falta la «entidad» empresa. ¿Cómo las personas van a fabricar si no hay un inversor capitalista o un grupo de cooperativistas que decidan que allí se puede ganar dinero? Además, la máquina genera dependencia: hay máquina luego hay trabajo. No hay máquinas, pues no hay trabajo. ¿Dónde queda el trabajo con nuestro cerebro y con nuestro corazón? ¿No hay trabajo si no hay máquinas? ¿Sólo hay trabajo «de verdad» si hay máquinas de por medio?

Por otra parte, en las empresas siempre hay que hablar de los sistemas de gestión. ¿Quién y cómo se decide? Comienza el tortuoso viaje para hacer posible lo imposible de explicar. Las personas son segmentadas según jerarquías, sean organizativas y falsamente aplanadas, o sean retributivas y salvajemente agrandadas. La cuestión es que se separa el pensar del hacer. La complejidad en la toma de decisiones y en la gestión en general requiere el desmenuzamiento humano: tú esto, tú esto otro, aquél tal cosa y así hasta donde haga falta. Luego, claro está, recuperar todo eso en la ventanilla única es imposible. La persona ya ha sido troceada y no hay cirujano que recomponga la fisiología al completo… y mucho menos el corazón.

No cabe duda de que seguimos que tener trabajando con lo que tenemos: empresas. Pero los condicionantes son demasiados. Por ejemplo, ¿cómo tratamos a las personas que se incorporan al mundo laboral? Se está produciendo, me temo, un choque generacional que produce un daño irreparable. No vamos a disponer de una segunda ocasión para causar la primera impresión: todo ese ejército de mileuristas es una bomba de relojería que va estallar en las manos de la empresa, de la empresa oficial tal como la concebimos. Nadie en su sano juicio querría algo así.

Así que la realidad de las empresas se define sobre todo por:

  • su pretendida unidad de funcionamiento: visión, misión, valores y objetivos
  • su perímetro de producto/mercado, que define en qué hay que andar metido y en qué no
  • su perímetro de seguridad física, mediante el que recibimos instrucciones de qué está permitido puertas adentro y qué hay que cuidarse compartir puertas afuera
  • su sistema de toma de decisiones falto de democracia, supeditado al objetivo final de ganar dinero
  • su necesidad de competir contra el vecino, que conduce a las prácticas que hagan falta (luego podemos ver las multas a diversas empresas, la producción en países del tercer mundo con personas mano de obra barata y todas esas menudencias que la comunicación corporativa se encarga de tapar)

Y dicho todo lo cual, las empresas siguen aquí. Desde hace muchos, muchos años. Son una institución de hondo calado social. Como el estado, el ejército o la religión. ¿Son el futuro? Si tuviera 20 años buscaría alternativas. Pero como tengo cuarenta y cuatro, pues también.

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22 comentarios

Kooperatibista 25/06/2009 - 15:56

Comparto los 5 puntos que comentas de las caracteristicas de las empresas. Si yo que trabajo en una supuesta kooperatiba lo veo reflejado, no quiero ni pensar lo que no habrá por ahí.

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Juan Bernardo montejb 25/06/2009 - 16:03

Apreciado Julen, suscribo en su integridad el presente bosque cruento en el que estamos sumidos. En mi caso tengo 54 años y te asuguro que, dentro de digamos 15 años, serán un mero recuerdo histórico, parecido al muro de Berlín, las trade gemelas, y así un largo etc. La dificultad a salvar es, que debemos de pensar y mirar cuanto vemos, como si fuera un spot de tv. Hay que mirar todo cuanto se necesita y hay detrás de un simple spot de 30″. El spot sólo es lo que quieren que veamos, quien detenta la capacidad de divulgar…. Saludos para todos…

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Iñaki 25/06/2009 - 16:55

«las personas se han hecho empresa-dependientes y han perdido buena parte de su capacidad original de “buscarse la vida”»

Hace unas semanas hablaba del tema con un amigo granadino que está viviendo en Euskadi y comentaba que le sorprendía que por lo general «aquí» la gente se queda pasmada ante el despido, mientras que en Granada la gente está tan habituada a los vaivenes laborales que si les echaban enseguida encontraban algo en el «taller del primo», o arrancaban con algún negocio, o… vamos, que se buscaban la vida sin demasiados traumas.

Así que tal vez se trate también de cultura local…

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Amalio A. Rey 25/06/2009 - 17:42

Gracias, Julen, por la alusión. Tu visión de la empresa es muy limitada, es cierto, pero igual que la mía, la de Pedro, María y José… Todas nuestras visiones son “limitadas” por necesidad. Concedo un enorme valor a las vivencias propias y desde ahí hay que opinar. Sabes que éste es un tema que sigo de cerca, así que me gustaría aportar algunas ideas a tu post:
1) La ley de Coase ha sido siempre un estupendo recurso (académico-didáctico) para explicar la existencia de las empresas. Al mundo universitario le gusta en particular porque es elegante y sencilla. Pero, amigo Julen, ambos sabemos que las empresas de 2009 no son como las de Coase. Las empresas de esta generación no se explican con una “ley-solo-de-costes” y el mundo de hoy es muchísimo más complejo de lo que era aquel. Coase reduce todo a los costes, pero poco dice del riesgo, las marcas, la imagen, el sentido (orgánico) de pertenencia, ni incluso, las particularidades de la producción.
2) Julen, nunca ha habido un “buffer” universal y contra-todo-riesgo. Siempre ha estado “en cuestión” porque el riesgo forma parte de la vida misma. Revisa otras épocas de crisis, y verás que incluso el “buffer” funcionaba peor. Pero lo que para mí es innegable (igual que tu, hablo siempre desde mi experiencia), es que mucha gente “se apunta a las empresas” para reducir incertidumbre personal, para “traspasar” relativamente el riego a quien paga las nominas. ¡¡Por supuesto que el riesgo no se reduce a cero… pero que de la facturación se encargue otro es una bendición para creer que estas protegido o por lo menos, para reducir estrés!! Factores como el estrés no pueden ser explicados por modelos de la época de Coase, pero sí que deben ser integrados en cualquier explicación de 2009. ¿Y por que tú crees que tan poca gente quiere ser “empresario”…? La “seguridad” de la nomina mensual sigue siendo una ilusión para mucha gente, y eso les ayuda a vivir. Esa ilusión no es tan descabellada tampoco, por lo menos para el 80% que sigue teniendo empleo.
3) Otro aspecto a considerar para que existan empresas es el factor-imagen, la reputación y seguridad legal que da una marca-empresa (lo siento, suena a rancio, pero sigue siendo así). ¿Cómo te la agencias tú, por tu cuenta, sin la marca-paraguas que te ofrece la empresa? ¿Vas a facturar? Bueno, Julen Iturbe con toda seguridad sí, porque es una marca en sí mismo (y créeme que lo digo con elogio incluido porque te admiro mucho), ¿pero cuántos son como tú? ¿cuántos pueden ir así por libre?
4) Siento reconocer esto porque va contra mi espíritu libre, pero creo que siempre habrá personas “empresa-dependientes” como los seguirá habiendo futbol-dependientes, amante-dependientes o familia-dependientes. Es cuestión de personalidades, incluso. A unos les va “buscarse la vida” (porque les mola la adrenalina de la autorrealización laboral) pero (muchos) otros eligen que la vida laboral se la gestione otro porque ese tipo de estrés no les va.
5) Pero la razón principal por la que pongo en duda el modelo de “buscarse la vida” como solución universal, es porque NO sirve para todos los trabajos, ni procesos productivos. Es una visión muy digital, que se niega a reconocer que el mundo es mayoritariamente analógico. No todos los trabajos se pueden gestionar por redes de individuos-que-van-a-su-bola. Son muchos los ámbitos laborales (¡¡y pensemos en los industriales, que requieren una enorme sincronización!!) que no funcionarían con el “búscate la vida” porque siguen necesitando una cohesión orgánica para ser viables. Eso no lo debemos olvidar.
6) El modelo de “búscate la vida” es, paradójicamente, muy capitalista, muy de mercado. Tendríamos que hablar también de eso. Tiene su lado malo, no lo olvidemos. Es posible que un profesional liberal sepa gestionarlo bien, pero en muchas otras profesiones el pertenecer orgánicamente a “algo” equilibra mucho. Sé que me vas a decir que ahora los individuos disponen de herramientas para no sentirse solos, y pueden apoyarse en redes, para compensar esa posible sensación de aislamiento, pero eso que es cierto (casi) siempre en el ámbito personal, no funciona para muchísimos trabajos donde el “búscate la vida” (entendido como yo-soy-mi-“empresa”) te condenaría a quedarte fuera del mercado.
7) Estoy de acuerdo en varias de las características negativas que describes de la empresa. Pero el problema no es el repositorio, el continente, sino el contenido que vuelca allí la sociedad misma. Por decirlo más claro: si quieres prescindir de la “empresa”, tendrás que empezar cuestionándote la sociedad misma, la que configura su contenido. Si te atreves con la mayor, entonces la figura jurídica es lo de menos.
8) Por cierto, el factor crisis no vale aquí, porque distorsiona todo. No me vale verlo todo a través del prisma de ahora. Hay que sustraerse un poco de esa mirada fatalista para juzgar a la empresa española de 2009. No me extraña que sea precisamente con esta movida que el debate resurja con tanta fuerza.
9) Lo siento, pero conozco varias “empresas” que se guían por parámetros más complejos y flexibles que los que enumeras al final, y cada vez son más. El continente se llama “empresa” pero el contenido es distinto al que tú describes. Son las “empresas sociales” y constituyen una alternativa.
Dicho todo esto, sigue “metiendo caña” a las empresas, y explorando alternativas. Yo me apunto. Pero opino humildemente que la discusión de empresa-si-empresa-no nos pierde del camino que a, mi juicio, marca dos únicas opciones: 1) O te cuestionas la Sociedad que envuelve a la empresa, y de la que es hija-dependiente, 2) O dotas de nuevos contenidos a la empresa, llámese como se llame.
Terminando de escribir no se que coñ… hacer con esto tan largo porque es un “post” en sí mismo. Podría llevarlo a mi blog, y enlazarlo desde aquí, pero de los dos defectos, prefiero más el de huésped-charlatán que el de huésped-que-trinca-amigos-pa’-llevarse-a-su-casa.

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josempelaez 25/06/2009 - 18:39

He venido desde el Reader con una frase en el ‘copy’: la misma que ha reproducido Iñaki.

Mi experiencia ha estado centrada en empresas de servicios no industriales, y una de mis conclusiones es que los jóvenes de 20 años también llegan a ellas con unas expectativas de seguridad y ‘carrera’ que no se van a cumplir, y no porque en ellas no haya máquinas.

Considero que las alternativas a la «institución empresa» que ha dominado en los últimos 60 años han de enmarcarse en un contexto educativo y social «extraperimetral».

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guiller 25/06/2009 - 19:07

Sigo con atención tu descomunal pelea contra la institución «empresa» (no estoy seguro si tu pelea es contra la empresa, o en general contra cualquier tipo de Institución – ya citas al final de tu post la lista de sospechosos habituales…)

yin-yang. Lo cierto es que sin Revolucionarios no hubiésemos conseguido avanzar hasta donde hemos llegado. Tiendo a pensar que sin Instituciones tampoco. Una pena que las dos no puedan estar del mismo lado en esta batalla, porque tener una Institución Revolucionaria sería bastante divertido – o un Revolucionario Institucional, vamos.

By the way, te doy un dólar de plata si adivinas de cuál de los dos lados estoy yo ; )

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Sin Oficina 25/06/2009 - 21:28

Pues en esto de desmontar los modelos de empresa y crear nuevos andamos mas de uno y por lo que veo en cuanto a la edad, estamos parecida.

Creo como dice Julen que los de menos de 30 son la generación del botón de la azafata. Que necesito dinero, me meto en la empresa y a final de mes toco el boton y viene la azafata con la nómina. Que tengo un problema toco el boton y que venga alguien a arreglarlo.

Yo como me inicie en Iberia con eso de los vuelos, pues no había huevos de llamar a la azafata porque te soplaba un par de bofetadas por pesado.

Bromas aparte, no creo que lo que haya que romper sea la empresa, sino la forma que tiene de relacionarse esta, tanto entre los actores que la componen como con los externos. Quizas hacia el concepto de liquidez de Zygmunt Bauman, pues igual si.

En fin, como yo decidi no tener oficina para cambiar mi forma de relacionarme igual es que estas cosas de empresa cerrada no las entiendo chico que le vamos a hacer

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Juan Bernardo montejb 25/06/2009 - 22:47

Buen debate Julen y compañía. Entiendo que la experiencia es sólo un hecho puntual que es válido como referencia. He sido empleado sin y con cargo y responsabilidad con empleados bajo mi responsabilidad, en empresas de servicios e industria, y también, he disfrutado durante muchos años de empresa propia al inicio con 3-4 empleados y al final con más de 135 empleados durante más de 7 años. Pienso que las empresas son un ente abstracto sin valor propio, es decir, son sólo aire. Lo esencial son las personas que forman una empresa, el espíritu y la idiosincrasia del empresario aglutinador de voluntades y los colaboradores directos y empleados que forman una empresa. He conocido muy buenos ejecutivos y dirigentes en bastantes empresas, si bien, ser un buen empresario es otra cuestión muy especial, independiente de que tenga éxito o no. Multitud de ejemplos hay de cuanto expongo; una oficina de un banco, el ambulatorio médico, y así cuanto queramos no son nada, lo esencial son las personas que nos atienden y en quien confiamos, desde nuestros hijos al maestro de la escuela al médico de familia. Personas con nombres, apellidos y familia como nosotros, que confiamos o nos repelen, disponiendo de la alternativa de optar a cambiar de médico o de oficina bancaria, tienda de frutas, etc. Las personas son lo importante, que estén bajo una bandera o marca puede influir relativamente, si el servicio y la atención personal que recibimos nos merecen confianza. Posiblemente en el futuro, la organización social sea casi horizontal y llegue al punto de la individualidad personalizada con el apoyo de grupo para las cuestiones que se requieran, de hecho, en los últimos años la especialización del comercio, incluso de las secciones de las grandes superficies y otros sectores suponen todo un indicio del camino.

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Alberto 26/06/2009 - 03:47

En mi pais, cada cinco años o menos hay una crisis importante, por lo que no hemos ido a aconstumbrando a ella. Vacas flacas y vacas gordas. A veces, vacas ni tan gordas ni tan flacas. En ese ir y venir eterno, de décadas, he estado como empleado, luego como libre y ahora, como semi empleado o semi libre. Creo que es estaus ambiguo lo da los 52 años que llevo encima.

Uno se puede sentir 50% seguro y dejar el resto para crecer y ayudar a las empresas en el camino artesano, concepto que he asimilado como propio. Al final, lego de leer los ires y venir de Julen & CO, me queda una sensación de que lo viejo y lo nuevo son válidos, puesto todo tiene «Un depende». Depende del momento, de la crisis, de la empresa, del mercado y de nuestra edad.

Yo creo que las empresas deben tener un norte, y hacer sus estrategias, valores y objetivos. También creo en la responsabilidad social y en el cogobierno empresarial, también en la demanda y en el mercado, creo en la humanidad del sistema y en la visión holística.
Porque todo no se trata de describir lo malo de un modelo, sino poder modelar una mejor. Quizá este foro sirva para ello.

Me encantó la frase de Amalio:
«Podría llevarlo a mi blog, y enlazarlo desde aquí, pero de los dos defectos, prefiero más el de huésped-charlatán que el de huésped-que-trinca-amigos-pa’-llevarse-a-su-casa.» Eso es un poco de cooperación, un poco de lo que es necesario en la empresas.
Saludos,
Alberto

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Alfonso Vázquez 26/06/2009 - 20:01

[Aviso a navegantes: Este comentario está escrito desde la confianza personal que Julen y yo tenemos, por lo que me puedo permitir ser polémico sin ningún rasgo de agresividad, sino con cariño]
Bueno, Julen, sigues insistiendo casi obcecadamente en tus tesis sobre la diabólica “empresa” en nuestras sociedades. Había decidido abandonar contigo el debate sobre el tema en estos medios, pero la generosa –y, en mi opinión, tan ponderada como acertada- respuesta de Amalio me ha animado –prometo que por última vez- a responderte.
Hay varios aspectos que quisiera criticar/resaltar, sin pretender ninguna totalidad:
1. Tu concepto de “empresa” es fuertemente reduccionista, limitándolo a lo que podemos llamar el modelo tradicional, o el modelo imperante al que se refiere Maite. Es decir, la empresa industrial/burocrática heredada, y, por supuesto, vigente, de principios del siglo XX. Pero la raíz de empresa es “emprender”, y estas formas de “emprendizaje” pueden adoptar unas u otras modalidades. Igual que yo, tú tienes una empresa (aunque seas tu solo y tus circunstancias…). Aunque luego volveré sobre ello, tu propuesta de abolir la empresa sólo se refiere a un “tipo” de empresa, supongo que no a la tuya ni a la mía…
2. Tu devoción por lo digital te lleva a situar la contradicción entre lo “actual” y lo “virtual”; dotado lo segundo de un carácter mágico, trazas una trayectoria de desarrollo lineal entre ambos conceptos. Supongo que a ti, como a tantos de nosotros, tu cultura judeo-cristiana te traiciona. En una similitud entre lo “terrenal” (lo actual, donde entre el 90 y el 99% de los pobres humanos sufrimos las humillaciones de este mundo con resignación) y lo “celestial” (que los pocos elegidos ya vivencian en este pobre mundo), supones que el curso lógico de la historia es que los “actuales” migren hacia los “digitales” y todo resuelto. El problema es que la remitencia entre actual y virtual es siempre continua (lo ha sido siempre, incluso cuando no existía el milagro de las redes internaúticas…), por lo que situar las contradicciones del Sistema ahí es una ingenuidad.
3. Tu exaltación del “búsquese usted mismo la vida”, como dice Amalio, es la esencia del tratamiento del trabajo –y de la persona- en el capitalismo desde sus orígenes: No contiene paradoja alguna en sí misma; ya no hay esclavos, ni siervos de la gleba, ahora usted es libre para elegir quién le contrata, o si desea ser contratado, o si prefiere no trabajar, o si prefiere trabajar por su cuenta… Y sobreviva como pueda! Lo que creéis haber descubierto no es más que el origen de la lógica capitalista en formas tecnológicamente muy diferentes, mucho más avanzadas.
Por supuesto, respeto profundamente que cada cual se sitúe en el plano que más le conviene y en el que más cómodo se siente, y reconozco lo “divertido” y lo “potente” de lo digital. Pero ya otra cosa es cuando hablamos de transformar la empresa, de transformar la sociedad… Ahí tengo que sacar mi rinconcito militante. Lo “virtual” ha sido siempre parte del sistema imperante, y las contradicciones con lo “actual” se han establecido mucho más agudamente en épocas anteriores a las nuestras que ahora. La base de la lógica capitalista no es la “empresa”, sino una “forma-trabajo” (el “trabajo abstracto”), una forma-tiempo (el “tiempo abstracto”), y una forma-riqueza (su identificación con el valor de cambio), que nos convierte a todos, digitales y actuales, en MERCANCÍAS. Pero… ¡ya hablaremos del gobierno!
Perdón por el rollo y feliz fin de semana.

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Julen 27/06/2009 - 09:51

@kooperatibista, pues piensa mal y acertarás 😉

@Juan Bernardo montejb, yo a veces también lo veo así: arqueología empresarial. En el futuro (espero) será diferente. De lo que dices de las personas, si al final son lo importante, quitemos «hierro» a la palabra «empresa». Hay otras formas de hacer las cosas. En ellas hurgamos.

@Iñaki, la dependencia no es buena, hay que andarse con cuidado porque las empresas generaron «seguridad» pero hoy ya no pueden mantener sus promesas.

@Amalio A. Rey, todo un detalle que te prodigues tanto por aquí para dejar tus argumentaciones. Hay cosas con las que estoy de acuerdo y cosas con las discrepo. Cada cual aplicamos nuestros filtros y yo veo lo que veo y lo interpreto. Vamos por cada uno de los puntos que comentas.
1- Coase nos sigue sirviendo porque alimenta un fantasma: tiene sentido juntar las cosas bajo un CIF porque resulta más económico. Al margen del resto de los elementos que citas, esa es una cuestión hondamente arraigada: pero no es cierta, no lo es en una buena parte de los casos. Es importante para que la gente se dé cuenta de que las transacciones son vitales, pero que no tienen por qué llevarse a cabo necesariamente desde un paraguas común.
2- Respecto a la generación de stress por inseguridad, no me queda muy clara la opción. La incertidumbre va en aumento: ¿no sería mejor que trabajemos en ser más resilientes y no tanto en generar seguridad externa cada vez más ficticia?
3- Respecto a la imagen, desde luego que no veo la marca «personal» a secas, aunque es evidente que cada cual somos lo que hacemos y nos evalúan a cada momento. No podemos escapar de ahí. Pero me interesa mucho más la imagen de mi red. No me mires a mí, mira a mi red. Quita «empresa» y pon «red». ¿No es la dimensión social algo que nos viene de serie? Trabajemos con ella. Mostrémonos como seres sociales, no como seres individuales. La imagen es la de mi red.
4- Que haya gente dependiente no quiere decir que ante las circunstancias del mundo del siglo XXI no debamos trabajar para dotar de autonomía y capacidades a esas personas. Las empresas muchas veces las limitan, no las desarrollan. ¿Por qué hay tanta gente con estupendos proyectos personales y con hobbies enriquecedores y son ceros a la izquierda en las empresas?
5- El mundo analógico desaparece, Amalio. Igual que lo hace el mundo digital. Se funden. Se funden en una dimensión compleja. ¿Hay que usar Linkedin? No, hay que desarrollar relaciones. Linkedin es la herramienta digital, pero el fondo es lo que importa: la conexión. Eso sucede en el mundo, analógico y digital. Una persona bien conectada ejerce sus competencias sociales. De eso hablo. No debemos mirar lo digital como «ese otro mundo». Ese mundo está aquí, fundido con el que conocimos.
6- Insisto que «búscate la vida» no equivale para nada a «hazlo tú solo». «Búscate la vida» es: tú puedes, tienes capacidad, encuentra tu inteligencia y úsala. Nunca antes como ahora pudiste aprovecharla.
7- Yo quiero prescindir de un tipo de empresa. Eso es evidente. Pero no digo que mi opción sea la que todo el mundo debe elegir. Sería una locura. Eso sí, digo que hay otros modelos que ahora son posibles y quizá no debamos llamarlos «empresas».
8- Jajajaja, has quedado con tu punto ocho como «emoticono». La crisis ayuda a completar enfoque. Tampoco nos debería valer ver sólo a las empresas ganando más y más pasta, ¿no? Pues entonces ahora tenemos el contrapunto que hacía falta: cuando las cosas van mal, ¿qué hacen las empresas con sus personas?
9- Hablas de las empresas sociales. ¿Qué son?, ¿puedes describirlas? A lo mejor hasta hablamos de cosas muy parecidas. ¿Cómo tratan el lucro?, ¿cómo la democracia en la toma de decisiones? Empresa, según la RAE = Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos. Pues se me queda muy corta.
Seguimos hablando, Amalio. Un placer. Hay que afilar la punta de los argumentos 😉

@josempelaez, «extraperimetral» bufff…. vamos a tener que explicarlo, ¿no?

@guiller, tú estás en el lado izquierdo de la ría jajajaja y eso ya dice mucho. La pelea ayuda a pulir argumentos, nos sirve para pensar y llegar a alternativas. Si algo no gusta tampoco nos vale con darle caña todo el tiempo. Así que buscamos otras opciones. ¿Instituciones? Las ha habido, las hay y las seguirá habiendo. Así que no pasa nada porque la ciudadanía rasa chinche un poco, ¿no?

@sin oficina, pues somos dos «sin oficina» jejeje

@Alberto, tus 52 años son todo un aval. ¿No ves que hay alternativas a lo que hemos venido conociendo como «institución empresa»?

@Alfonso, voy a escribir otro artículo con todo esto. Tú mismo si quieres o no quieres entrar al trapo. Pero respecto a lo que dices:
1- Mi concepto de empresa hace alusión a lo que veo en un altísimos porcentaje de casos. Por supuesto. De eso hablo, de la realidad.
2- Ya se lo decía a Amalio: lo virtual ha desaparecido. No tiene sentido confrontarlo a lo actual, real o como quieras llamarlo. No puedes no ser virtual, no puedes no ser digital. Si eres ciudadano, estás en el tomate, compañero. Así que aquí te niego la mayor: no coloques ahí ningún centro de discusión. Es la vida misma. Si no, habla con tus hijas para ver si desarrollan relaciones sociales en Tuenti. ¿Es digital? Es la vida misma.
¿Somos mercancías? Las empresas nos pesan y deciden cuánto valemos. Con un par de kilos de cerebro, tres cuartos de capacidad visual, algo de oreja y una buena dosis de obediencia usted vale…. su suelo. Queda alquilado. Pase y póngase cómodo. Demasiado frecuente.
Lo mismo, Alfonso. Pásalo bien, que hace buen día. Nos vemos.

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Jesús Fernández 27/06/2009 - 13:03

Como a Iñaki y a josempelaez, la frase «las personas se han hecho empresa-dependientes y han perdido buena parte de su capacidad original de ‘buscarse la vida'» ya me invitaba desde el principio… en mi caso a llegar a este fondo de entrada, donde se ponen los comentarios.

Como verás en lo que sigue, Julen, coincido en varios puntos con Amalio… con algunos matices. Varias cosas:

1 – Muchas personas QUIEREN ser empresa-dependientes. No se sienten competentes para ‘buscarse la vida’. Cierto es que hemos ido creando una sociedad en la que los mecanismos de aprendizaje formales nos han ayudado a la mayoría a ser así… y cierto que esa sociedad nos ha convertido en seres menos independientes y por ello algo menos libres… y a lo mejor menos felices. Pero también tiene efectos positivos: nuestra duración y calidad de vida actuales son consecuencia directa del modelo empresa: no de individuos con ideas e iniciativas brillantes sino de empresas que las socializaron a través del mercado. La existencia socializada de la red también la han hecho posible las empresas, aunque su explosión y su deriva se produzca desde el uso.

2 – Muchas personas… no es que no se sientan competentes para ‘buscarse la vida’. Es que NO LO SON. No todos tienen «19 años» en esta sociedad. Muchos, por la razón que sea incluida la anterior, no tienen ya capacidad o ganas de un cambio de tal calibre, por mucho que les demostremos que es posible o incluso deseable.

3 – El futuro también existe para esas personas y es un futuro en el que aún estarán durante muchos años.

4 – La idea de la «organización maquinal» está anclada en el pasado, en el siglo pasado como muy cerca. Hace ya muchos años que el trabajo de producción fabril, con máquinas, es muy minoritario frente al trabajo de servicios (interno y externo a la empresa), de ocio y de comercio. Claro que si consideramos que este portátil desde el que escribo o mi iPhone son una máquina (que lo son)… entonces la «organización maquinal» está más viva y embebida en nuestras células que nunca, ¿no?

5 – Las grandes infraestructuras tienen difícil encaje en el modelo de no-empresa… y son las que van a permitir que los modelos de no-empresa sean viables. A mi modo de ver, obviarlo es vivir en el limbo.

6 – La parte que nos queda de «organización maquinal» clásica… ¿no es, por lo tanto, también socialmente necesaria?

7 – Si la respuesta es no… ¿qué hacemos con ella?

8 – Si la respuesta es sí… ¿qué hacemos con ella?

9 – La especialización y la visión sistémica son difíciles de encontrar juntas. Es verdad, troceamos a las personas, ya desde la educación, y no hay cirujanos para recomponer corazones (aunque a algunos, la experiencia les regenera algunas fibras… es lo que tiene esta maravilla de ser humano). Pero hacen falta especialistas, nadie lo duda… y las decisiones trascendentales para el futuro de un colectivo, tenga la forma de gestión que tenga, se deberían tomar desde una visión holística de las cosas, creo. ¿Cómo lo compaginamos sin modelos de toma de decisiones? ¿Por crowdsourcing? (me permito la maldad) ¿Todo el mundo puede, quiere y sabe hacer de todo? ¿Sólo hay una forma de entender la democracia en una organización de creación de valor?

Y 10 – La «vida digital» y la «vida real» no son diferentes. Las dos son «reales» y son una sola, en eso coincido… y es importante esta idea. El problema es que para muchos difiere el tiempo verbal de esa frase: para nosotros ya es presente, para otros forma parte de su pasado natural, para algunos es su futuro y para bastantes ya no llegará a ocurrir. Todo esto se entremezcla en forma compleja con las distintas formas de creación de valor… y hay que digerirlo.

Gran debate. Eso sí, esta vez he optado por la vía de Amalio para alargarme aquí, pero sigo sin estar seguro de si no hubiera sido mejor llevarlo a un post donde profundizar algo más… y enlazarlo, que se supone es la clave. Tiendo a pensar que la frase final de Amalio, la incomodidad ética que le supone tomar prestado a Julen para «lo suyo» (que reconozco), no es sino un resquicio de nuestra mente tallada en el pasado. 😉

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josempelaez 27/06/2009 - 20:06

Julen, tus referencias al perímetro me hicieron pensar en las ciudadelas de las viejas villas y en sus extramuros.

Como creo que también apunta Amalio en su #7, considero que lo que ocurre en la gran mayoría de las empresas —eso que no nos gusta a muchos de los que leemos y escribimos por este barrio—, está muy determinado por lo que creen y esperan los que se incorporan desde las otras facetas de la sociedad: familias, sistema educativo, otras instituciones y empresas…

Jesús, estoy contigo en lo de los resquicios del pasado. Además, ¿va a importarle a un convencido de que hay que compartir, como es el caso de Julen, el que escribamos en nuestros cuadernos sobre estos debates y, por lo tanto, podamos eventualmente compartir alguna «visita»? 😉

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Carme 28/06/2009 - 00:47

El futuro se abrirá paso con o sin el término «empresa» entre sus protagonistas más activos. A mí también me parece tremendamente difícil la transformación de grandes entidades exclusivamente «desde dentro».

Últimamente, sin embargo, me asalta la idea de una posibilidad: en el caso desgraciadamente habitual de empresas que necesitan la ayuda del estado para poder sobrevivir, se podría poner como requisito la apertura, humanizándolas, socializándolas. Sólo en este hipotético caso podría resistir el término «empresa» las transformaciones de la sociedad post-industrial hacia el futuro.

Por el momento, no parece darse este caso. Entonces, si el futuro se construye con protagonistas nacidos ex-novo, no creo que el término «empresa» se adapte y nos inventaremos uno nuevo que no tenga nada que ver con las empresas tradicionales que deberán aceptar las consecuencias de haber decidido continuar con su marcado enfoque a la cuenta de resultados, distinto del enfoque de las realidades que nos permitirán construir el futuro. Esta es mi opinión.

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Ivan 28/06/2009 - 06:54

Chapeau por el post Julen
debo empezar a digerir todas estas informaciones y lecturas que lanzas.
el tema de las generaciones es obvio,una bomba de relojeria en efecto,la juventud no encuentra estimulos,ni referencias,recuerdo en el MBA a Larranaga que nos decia que era muy alarmante que el 80% de universitarios buscaran ser funcionarios como 1 alternativa laboral

yo fui mil eurista y fui becario en Asturias de la administracion a nivel agroalimentario,sin cobrar nada por hacer mi proyecto,el problema no fue ese,sino en muchas cosas las formas con las que veia en el dia a dia,mas que aprender que hacer,aprendi que NO SE DEBE HACER,experiencias al fin y al cabo,pero todo basado en el ordeno y mando,asi que en cierta manera he despreciado siempre a un cierto tipo de jefes y jerarquias,que se basan en la edad y en el dinero,que no en la inteligencia ni el entido comun,y mucho menos en el corazon o las emociones

a ver si empiezo a entender un poco lo de alternativas a las empreas establecidas como al uso
abrazos
Ivan

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Juan Bernardo montejb 28/06/2009 - 12:34

Hola a todos, muy buenos espadas y florines que espero no decaigan..;))
Veamos, si la inteligencia y el conocimiento lo permitiera, proyectando dentro de 20 años el presente debate y la situación actual, simplemente, nos partiríamos de risa. Sin duda, las palabras y conceptos de empresa, trabajador, parado, jubilado, crisis, etc. entre otro centenar al uso de mal llamadas palabras, no sólo están caducadas desde hace así como 20 años, ahora se están carcomiendo a toda velocidad por el virus del progreso que no terminamos de alumbrar y ver. Efectivamente, tendremos que aprender a diseñar relacionarnos de otras formas, en que las personas seamos lo esencial y no las cosas, que solo deben de servir para mejorar nuestra calidad de bienestar, promoviendo relacionarnos, agregando y complementando nuestro conocimiento con el de los demás. Cómo lo nombremos o nominemos, más adelante se verá, lo esencial entiendo es, configurar las bases flexibles y adaptables en el tiempo evitando la caducidad sobrevenida o del azar por ser unos ceporros inconscientes. Así pues, más madera para quién quiera..;))) Obviamente sin acritud.
Gracias y Saludos para todos…

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Amalio A. Rey 28/06/2009 - 14:45

Julen:
Hago contrapunto a tu respuesta, siguiendo tu numeracion:

2- Es mejor, por supuesto, trabajar en ser mas resilientes. Coincidimos en la solución optima, pero no lo plantees como un lo-uno-o-lo-otro. La resiliencia deberia ser una prioridad educativa en los tiempos que corren, pero la gente siempre tendrá una determinada «tolerancia al cambio» o «margen de flexibilidad». Hay que mejorarla, pero no a costa de cambiar un estrés por otro. A algunos les gusta, y les gustará siempre el cambio, pero otros apreciarán siempre más la estabilidad, lo predecible. Eso es humano, y lo será siempre. Por cierto, la «seguridad externa» siempre ha sido «ficticia», y no me creo que ahora sintamos mas inseguridad que antes… Ahí rescato la mirada en perspectiva de Jesus que nos recuerda que el mundo de hoy es mejor, ¿o es que tú crees que la gente en 1920, por poner un año, tenía o sentía más seguridad que ahora? ¿estamos más inseguros hoy? No lo creo, aunque esa es otra discusión.

3- La «imagen de tu red» se conforma por la suma de la imagen de sus miembros más la del resultado conjunto (suponiendo que hay sinergias, que muchas veces no se consiguen). En un entorno ideal, las «redes» conducen a resultados maravillosos, pero conozco más redes que funcionan mal que las que funcionan bien. Me refiero a resultados, a los resultados que consiguen. ¿»mostremonos como seres sociales, no como seres individuales»? Planteado así no me gusta. En todo caso, como seres sociales E individuales, porque entonces se me empieza a parecer a algo que ya conozco y no me gusta. Las redes sociales se construyen, como bien tu sabes, desde la perspectiva individual, desde la satisfacción personal (+ mucha generosidad) pero ahí está el problema. Eso está muy documentado. Para que la «red» (participación libre) sea mejor que la «empresa» (funcionamiento organico), se tienen que conjuntar demasiados factores. No es tan fácil como lo planteas. Empezando porque «los buenos» quieren juntarse solo con los buenos (perdona las etiquetas), pues si el bueno se junta con el malo, tambien se comparte la imagen (por esa regla de tres que cite antes de que «la imagen de la red es la suma de la imagen de las partes más algo mas». Si somos coherentes, tenemos que reconocer que el bosque no esconde a los arboles. En segundo lugar, las redes se tienen que formar por «complementarios» para que haya sinergias. Asi que ademas de que el bueno solo quiere juntarse con el bueno, tambien tiene que ser un complementario. En fin, no sigo… pero la idea legítima de construir «imagen de red» (para, en terminos pragmaticos, facturar mejor que un individuo aislado) implica un camino muchísimo mas largo e incierto que construir «imagen de empresa». Sé que me vas a decir que de eso se trata, de un camino largo, de un reto, pero está bien que reconozcamos esas realidades en la formula. Por cierto, antes que se me olvide… si «quitas empresa y pones red» ¿que consigues realmente de nuevo? Bueno, si la «empresa» es «maquinal» lo veo claro. Pero si la «empresa» es «participativa o social», ¿que es lo que cambia? Si se consigue más libertad, más autorrealización, tambien cabe la posibilidad de que la «imagen de red» se vuelva incoherente. La «cohesión tensa» que hace una red optima es de las cosas más complejas y menos replicables que he visto. Depende de las personas, de nombres y apellidos. Y siento ser tan exceptico.

4- «Que haya gente dependiente no quiere decir que ante las circunstancias del mundo del siglo XXI no debamos trabajar para dotar de autonomía y capacidades a esas personas» = ¡¡de acuerdo!! No podemos renunciar, tenemos que trabajar a tope en ello, pero reconociendo con honestidad intelectual los mimbres que tenemos. Si no, es quimera, mera utopía. En cuanto a tu pregunta, te diré lo que pienso: Citándote, la «gente con estupendos proyectos personales que se sienten ceros a la izquierda en las empresas» ¡¡se va, se pira…!! ¡¡o arma el lío!! Y si no se va, entonces algo no me cuadra… o no son tan «estupendos» esos proyectos, o tienen un miedo horroroso al riesgo, no?? Es mejor que éste de arriba me siga pagando la nomina, no?? A esta gente yo les diría: Oye, tienes tres opciones: a) Trágate el sapo, y busca la felicidad fuera del trabajo (OJO, es una opcion que hay que respetar), b) Arma el lío, arriesgate dentro, impulsando tus ideas, c) ¡¡vete!! si tambien quieres felicidad en el trabajo, pero ya sabes, hay una jungla fuera que tendras que domesticar…. Si es tan estupendo, no se conformará NUNCA con la primera opción, ah… espera, la hipoteca… pero… ¿no quedamos que afuera, por tu cuenta, te puede ir mejor?

5- «El mundo analógico desaparece, igual que lo hace el mundo digital. Se funden. No debemos mirar lo digital como “ese otro mundo” = Estamos tambien de acuerdo, pero todo es cuestión de matizar. Lo digital es transversal para conexionar y crear relaciones, pero despues esas relaciones se concretan y tangilizan en espacios de colaboración reales, o digamos mejor, productivos. Esos «espacios productivos» en la mayoría de los casos se conforman por «átomos» y no por «bits». Y yo lo que digo es que los bits admiten muchisimo mejor las redes descentralizadas que los átomos. Los átomos (la producción de productos tangibles, vaya) exigen más sincronización, convergencia física, mutua dependencia, ¡¡disciplina!!, estructura, planificación y demás términos que en el mundo digital están superados. Estando de acuerdo con tu reflexión, permíteme insistir en la perspectiva a menudo exagerada (y desinformada, que no es tu caso) con que el «mundo digital», que se mueve en la fabricación de info-productos, pretende dar recetas al mayoritario mundo «de-las-cosas-tangibles». Por seguir con la metáfora de Negroponte, el juego para en-redar que te dan los bits no te lo dan los átomos, asi que tenemos que ser muy modestos con las recetas.

6- No me gusta la frase «búscate la vida» porque refuerza la idea de individualismo. Las palabras tienen una jurisprudencia, sabes. De todos modos, me gusta bastante la distinción que has hecho, y creo que es esencial = “Búscate la vida” no equivale para nada a “hazlo tú solo” = Tú puedes, tienes capacidad, encuentra tu inteligencia y úsala. Visto así, lo suscribo.

7- Ambos queremos prescindir de un tipo de empresa. Yo, en cambio, pienso que ese nuevo modelo se puede llamar «empresa» con un apellido que la singularice. Es más, creo que es bueno que se llame «empresa» pa’ que no nos vean como extraterrestres, y consigamos contagiar el espíritu.

9- Ya que me preguntas sobre las «empresas sociales» = a) Las personas en el centro, b) Un proyecto participativo, que genere sentido de pertenencia, c) Transparencia, incluyendo salarios, pérdidas y beneficios, d) Coherencia e integridad: pido lo que doy, hago lo que digo, e) Libertad con responsabilidad, f) No he pensado en una democracia = La reflexión es colectiva, totalmente participativa, pero las decisiones las toman quienes mas arriesgan, g) Como las decisiones se toman una vez que se ha transparentado lo que piensa la mayoría (hemos dicho que la reflexión es colectiva), entonces «el que mas arriesga» (el que ha puesto la pasta, por ejemplo) puede decidir otra cosa pero quedará claro que asume la responsabilidad de divergir. Si se equivoca una vez, no pasa nada, pero si se equivoca muchas veces… algo pasará, algo pasará… porque queda claro que no decide bien. Es lo bueno de la transparencia participativa. Lo mismo puede ocurrir al reves, porque si es un buen líder visionario, es posible que divergiendo de la mayoría no se equivoque, y eso va a reforzar su liderazgo, su voto ganará ponderación. , h) El liderazgo es meritocrático, con algunas matizaciones, i) Generosidad y sacrificio compartidos = si te va muy bien, comparte, recompensa… y si te va muy mal, nos apretamos todos, j) Si te va mal, aguanta… resiste… no seas frívolo y mandes gente a la calle a la primera cuando se han reducido los beneficios.. ¡¡que verguenza!!, j) la empresa como algo holistico e integrado a un entorno, a una sociedad, que tendrá que respetar y que pone los limites = una empresa con propósito.

En fin, Julen, y demas «tertulianos-en-red» que estais haciendo tan buenas aportaciones, me apunto a la idea de seguir construyendo ese modelo, llamese como se llame. El punto-9 de mis comentarios, donde respondo a tu pregunta de cómo pueden ser esas «empresas sociales» creo que merece que lo hurguemos mas. ¿por que no intentamos acercarnos mas a esa «arquitectura» poniendo piezas reales, tangibles, que nos ayuden a concretar más? Percibo que hay puntos convergentes entre todos nosotros, pero a mi me gustaria centranos en las soluciones…

Jesus, tu reflexión final me ha hecho pensar, pero sigo prefiriendo atenerme al espacio natural donde nació el debate, a menos que el propiciador opine lo contrario (con estos comentarios tan largos no me extrañaría, lo siento Julen).

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Julen 28/06/2009 - 19:16

Creo que es bueno que las conversaciones fluyan entre blogs y no solo dentro de uno, ¿no? En las blogosferas hay diversas formas de conversar y una de ellas es enlazar. Así que encantado de que desarrolléis en vuestros blogs ideas en torno a un nuevo modelo de empresa.

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Juan Bernardo montejb 30/06/2009 - 19:48

Amalio, te felicito por el currazo. Comparto la esencia de tu exposición y me parece excelente el punto 9 como referencia de partida y al que me referiré seguidamente. Sobre el punto f) posiblemente una propuesta sería retomar parecido, actualizado, los consejos de ancianos o sabios. Efectivamente las reflexiones y decisiones serían totalmente participativas. Entiendo 5 observaciones como siguen; 1) el riesgo seria para todos en proporción a su aportación, ya se dineraria o en ocupación dedicación, 2) la asunción de responsabilidad es individual y colectiva, con los derechos que procedan a disgregarse. 3) el líder y equipo directivo que ejecutan las decisiones, asumen su propia y exclusiva responsabilidad en el buen hacer del mandato colectivo y acción decidida por cuantos se acuerde decidan. 4) Quién elija libremente por iniciativa propia la ocupación que les gusta además de sentirse capacitado, podrá desempeñar y ejercer el liderazgo o cualquier cargo, asumiendo la responsabilidad personal implícita para sí mismo y la colectividad, promoviéndose para dicho desempeño, con la reflexión y acuerdo colectivo. 5) Posiblemente la meritocracia para el líder y ejecutivos directivos, sean motivaciones profesionales suficientes, que añadidas al privilegio de beneficiarse en adquirir en exclusiva del mayor conocimiento informal, enriqueciéndose intelectualmente por estar en mejor punto de observación en el desempeño de sus responsabilidades. Bien puede parecer que lograr y alcanzar una honesta y honrada posición por la dedicación y el empeño, añadiendo como aliciente, incentivo y motivación la propia superación, el pleno reconocimiento y la buena reputación pública por la excelente labor, la alta estimación y satisfacción de los clientes, proveedores, etc., supone intentar un modelo de organización armonizado y equitativo.
La recomendación de Julen, me parece bien, pero a ver cómo mejor se puede coordinar el debate. Mil gracias y Saludos para todos…

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Ivan 01/07/2009 - 10:47

sobre lo qu comenta Juan Bernando de sabios o ancianos
en Virgin Group ,la empresa marca creada por Richard Branson han creado una especie de club de sabios,a escala mundial,en el que esta Mandela ,de varios temas,sin afan de lucro,pero algo super interesante
a nivel empresarial os dejo la web los seniors de secot,interesante web y super logico que gente con tanta experience ayude a las nuevas generaciones de emprendedores y empresarios
http://www.secot.org/
salu2
Ivan

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Juan Bernardo montejb 07/07/2009 - 18:12

Ivan Gracias, tomo nota y lo veo. Sabía de otras iniciativas similares de algunos dirigentes y gobernantes como Obama. En todo caso, entiendo que el problema de fondo es que detrás del árbol no hay bosque ni nada que se parezca. Por ejemplo, Mercedes hace un comentario en mi blog entiendo acertado y en línea con cuanto pienso y coincido que transcribo seguido: Mercedes HVdP ha dejado un nuevo comentario en su entrada «Sobran empleados y oficinas bancarias?»:
Muy interesante, tanto el post como los comentarios de Jose María y tuyos, y muy de acuerdo contigo en que la banca debería ser un mecanismo de ayuda para inyectar liquidez directamente a quienes lo necesitamos. Creo que o se pone al servicio del crecimiento o se debería nacionalizar.
Asimismo, creo que hace falta un estudio de la estructura del mercado actual y conocer los ciclos de vida de los diferentes segmentos. Creo que nos estamos aferrando a mercados cuyos ciclos de vida están en declive (Ej: construcción y servicios adyacentes -colchones, muebles, etc) o a punto (como es el sector financiero -cuando un mercado crece con fusiones y adquisiciones es que está al final de su ciclo de vida -no sé qué pensaréis al respecto) y que estamos haciendo muy poco para desarrollar nuevos segmentos de mayor cualificación y valor añadido.
Gracias y saludos para todos…

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Entornos colaborativos y estructura | enredando+korapilatzen 12/07/2014 - 22:27

[…] y recuerdo alguna propuesta de “trabajo colaborativo extremo” como las que últimamente provoca Julen Iturbe en su excelente blog, sale desde mis entrañas esta necesidad de definición de lugares, roles, funciones,… Solo así, […]

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