El dilema del éxito: la reputación empresarial

by Julen

cafeteraAyer en la EOI surgió la discusión acerca de los factores de éxito en la actual economía. Pero de inmediato nos paramos con la pregunta anterior: ¿qué es éxito empresarial? No hay respuesta única. Tras darle unas cuantas vueltas, mi única certeza es que el éxito es contingente. Necesita referencias para tomar sentido: un espacio de tiempo, una geografía, un sector, unas personas. Éxito para ti puede no serlo para mí. Éxito hoy puede no serlo mañana.

Pero la sociedad necesita estándares, varas de medir que permitan comparar. Sin embargo, si empresas son personas entonces tenemos que aceptar la complejidad de comparar personas. ¿Comparamos resultados y también comparamos esfuerzos? ¿A un alumno le medimos por su nota del examen o también por su actitud ante el aprendizaje? Eterno dilema.

Lo que sí me queda claro es que ciertas medidas de éxito empresarial navegan en aguas cercanas al fracaso social. Si mido la productividad por lo que obtengo dividido entre el número de personas empleadas para conseguirlo, entonces es fácil pensar que «a menos personas más productividad». Ya he escuchado más de una vez el éxito de realizar una operación con ¡¡1,8 operarios!! Espectacular éxito de eficiencia. Sobre para la 0,8 persona que necesitas.

La variable tiempo es otra a considerar porque éxito de aquí a un año o dos puede ser sonoro fracaso a diez o veinte. La empresa que mira obsesivamente su cuenta de resultados vive en un corto plazo evidente. Y, claro, las empresas viven de ganar dinero, de generar riqueza, de acumular éxitos socialmente reconocidos. ¿Mejores resultados económicos suponen reconocimiento social? Creo que hay un punto a partir del cual el resultado empieza a volverse en contra de la empresa. Mucho dinero de por medio supone enemistad de buena parte de la población. Ricos cada vez más ricos supone desigualdad galopante. Pero para eso las grandes corporaciones llevan a cabo actividades de filantropía milimetrada. Faltaría más.

Me parece que también hoy asistimos a un cambio en el sentido de las medidas empresariales. McKinsey acaba de publicar Rebuilding corporate reputations. La sociedad no se fía de las medidas utilizadas hasta la fecha. Cómo va a a hacerlo con la que está cayendo (el subrayado es mío):

According to the 2009 Edelman Trust Barometer, those executives are reading the public mind correctly: 62 percent of respondents, across 20 countries, say that they “trust corporations less now than they did a year ago.

Algo ha cambiado: podemos saber más de las empresas.  «People have unprecedented access to information now and may therefore concern themselves with a surprisingly wide array of issues, potentially providing the impetus for regulatory or legislative action.» Esto es un factor que desestabiliza, pero que tiene que otorgar reputación a quienes hacen las cosas bien. No puede ser que las empresas sigan prefiriendo asumir el riesgo del coste de multas millonarias frente a hacer, de verdad, las cosas bien.

Es bien sencillo: por la razón que sea, la ciudadanía rasa no se fía de sus empresas. Ni de las existosas de hoy. ¿A alguien le extraña?

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2 comentarios

josempelaez 03/06/2009 - 08:24

No son la falsedad, incoherencia o manipulación las razones principales por las que la ciudadanía rasa no se fía de sus empresas?

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Julen 03/06/2009 - 09:09

Pues va a ser que sí 😉

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