En los últimos días el asunto de la construcción de identidad ha sido un tema recurrente en mi agenda. En un caso (Innobasque) ha tenido que ver con la identidad asociada a un territorio. En otro tiene que ver con la estupenda conferencia de Juan Freire sobre la identidad digital. Un tercero viene de mis últimas lecturas de Zygmunt Bauman y Ulrich Beck. Y, por fin, un cuarto ha tenido que ver con la relectura de algunas cosas de Juan Varela.
Con esta amalgama de entradas de información, me ha surgido una inquietud: ¿necesitamos construir una identidad defensiva? No es ya tanto que nuestros actos y omisiones definan nuestra identidad. La cuestión es que esa identidad está siendo definida desde la minería de datos en Internet, día sí y día también, por un monstruo llamado Google y bajo el paradigma de la transparencia. Y en tanto que es imposible (o casi) de controlar, puede generar ansiedad en un buen número de personas. El asunto pinta complicado.
La impostura, los fakes, jugar a engañar o el anonimato complican la percepción. Nuestra identidad se vuelve líquida y despegada de nuestro ser. Los actos digitales extienden una sombra suficientemente alargada para que sea recompuesta por la minería de datos. Y en buena parte lo es fuera de nuestro control. ¿Soy quien dice la red que soy? Sí y no. Y, además, hay que considerar la evolución cronológica de la identidad en Internet. El tiempo te recrea a cada instante y te devuelve a una lista donde ocupas un lugar en un ranking.
FriendFeed o Ping.fm son el pegamento que reconstruye nuestra fragmentación. Google es el gran intermediario. ¿Qué hacer?, ¿sonreír y dejar que seamos pasto de la reconstrucción de quiénes somos en Internet a partir de esas herramientas?, ¿renegar de su poder? No sé si va a llegar el momento en que nos tengamos que defender de la información que fluye desbocada por la red. No lo tengo nada claro. Tengo que darle vueltas. De todas formas, aunque hay algunas cosas de las que discrepo, os recomiendo vivamente la conferencia de Juan Freire (algo más de una hora). Es un estupendo punto de partida.
La foto es de tonymadrid en Flickr.
3 comentarios
Hola Julen,
Al hilo de tu post sobre la identidad digital te (os) aconsejo echar un vistazo al trabajo del Alejandro Piscitelli, persona fantástica que tuve la suerte de conocer en Agora Talentia en Pamplona en febrero; investiga sobre Facebook http://www.proyectofacebook.com.ar/ con sus estudiantes y sus amigos este cuadrimestre y acaba de publicar el libro «los Nativos digitales» http://www.filosofitis.com.ar/2009/02/27/la-inconclusion-de-nativos-digitales/
Sdos
Hola Julen, ¿qué son esas cosas de las que discrepas?. Sería interesante conocerlas, creo que hay mucha gente que ve ciertos aspectos negativos en eso de gestionar nuestra reputación en internet.
Pedro Máiquez
@Katixa, gracias por la referencia.
@Pedro, la cuestión es que en un mundo cada vez más transparente y líquido, hay que ser consciente de la repercusión de nuestros actos. No es fácil moverse sabiendo que las cámaras podrían fijar los focos en ti. Ahí es necesario aprender a actuar de una forma inteligente. Es riesgo y oportunidad al mismo tiempo.