11 cambios en el mundo laboral

by Julen

preguntasAllá va la primera. Aviso de que van a ser respuestas para 27 preguntas. Tengo la sana intención de ir desarrollando el guión que ha propuesto Borja Lastra. No hay prisa. Quien quiera sumarse a la conversación, perfecto. Quien quiera escuchar, estupendo. Y a quien no le interese, pues… a otra cosa, mariposa.

1. ¿Cuáles son, a tu juicio, los principales cambios que se están dando en la realidad que afectan al mundo del trabajo y a la gestión de las organizaciones?

Hago una lista para que pueda servir como guía, avisando antes que mi referencia, claro está, es esta zona del sur de Islandia en que habitamos. Allá va:

  1. La sociedad muta rápido y esto afecta a las empresas. La fragmentación es un hecho: personas rotas en mil pedazos con identidades complejas invadidas por una sociedad de consumo desbocada e hiperactiva. Ese contexto (nosotros) produce personas con actitudes diferentes a las de las personas que detentan el poder en las organizaciones. Es está produciendo un choque generacional.
  2. El mundo ha explotado en información mientras las empresas la racanean. Se produce un sinsentido: fuera de tu empresa es más fácil encontrar la materia prima (información) que necesitas que no dentro de ella.
  3. Las organizaciones empresariales están perdiendo la batalla de dar sentido a la vida de las personas. Su ambición las ha trastornado. Algunas lo han intentado pero resulta tan ridículo su planteamiento que da risa… o miedo. Las personas encontramos sentido (como no podía ser de otra manera) a la vida fuera del marco laboral.
  4. Las tecnologías de información y comunicación están empoderando (y generando brecha digital, en tremenda paradoja) a las personas por lo que no hacen tan necesaria la organización-empresa. Las personas pueden coordinarse de forma ágil, rápida y divertida, con mayor fluidez de lo que sucede en las empresas.
  5. Se ha producido una pérdida considerable de confianza entre las partes de la empresa. Jefes contra indios, gente de oficinas contra gente del taller, calidad contra comercial…
  6. La crisis hace descender el nivel de las aguas y aparece la peor de las miserias: se evidencia que las personas siguen siendo recursos. Es decir, se evidencia el discurso vacío e hipócrita que apelaba a que las personas eran el principal activo. En un modelo caduco son recursos de quita y pon supeditados a los vaivenes de mercado. Esto como tal no es un cambio, pero sí lo es la forma en que la crisis «transparenta» la verdad.
  7. La planificación, el orden y las relaciones lineales causa-efecto dijeron adiós a la gestión. Aquel mundo limpio y previsible ha dejado paso a grandes estruendos y sucesos imprevisibles. Este nuevo escenario, aunque cada vez más evidente, descoloca a quienes están en el poder de las empresas.
  8. Antes era necesario que una (mínima) parte de la empresa organizara la actividad para el resto. La gestión era cosa de una élite que había estudiado cómo hacer las cosas en las escuelas de negocios y salían preparadas para «mandar». Pero ahora las personas pueden autogestionar la mayor parte de sus necesidades o pueden coordinarse sin mayores problemas con otras para resolver problemas cotidianos. Una parte de la empresa empieza a no hacer falta (al menos, según para lo que fue diseñada). Subsidiariedad al viento.
  9. Se desplaza el factor de competitividad hacia el conocimiento, lo cual quiere decir que son las personas en tanto se relacionan y conversan quienes hacen competitivas a sus empresas. Las conexiones ganan peso frente al desarrollo endógeno de los nodos. Abona tus conversaciones porque son la clave de la eficiencia. Las personas podemos participar en redes articuladas con estructura de mundo pequeño: es una de las piedras angulares del edificio de la competitividad.
  10. Las empresas empiezan a ser vistas como «el enemigo» porque cohartan la libertad de las personas y las hacen dependientes de lo que les entregan: el dinero para vivir. Son fuente de riqueza y de malestar. Provocan comportamientos esquizofrénicos: las necesitas pero no te gustan. Esclavitud moderna suavemente trabajada a través de inteligentes mecanismos de persuación.
  11. Trabajo y no trabajo se están fundiendo con una lógica que desde dentro de las empresas no se acierta a comprender. Las empresas no encuentran las razones. Pero sucede cada día. Alguien contribuye con su saber hacer sin zanahora a cambio. Desconcertante.

Estos cambios están aconteciendo y se redefinen a cada instante. Necesitamos alertas para comprender qué está sucediendo, ahora que estamos en periodo de crisis. Se habla de una crisis global, de modelos de gestión, una crisis del cooperativismo. Una crisis del capitalismo. Es difícil interpretar la realidad porque las herramientas de predicción fallan día sí y día también. Pero es lo que hay. No te rindas, que queda mucho por hacer.

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15 comentarios

Anna 03/03/2009 - 07:22

Un análisis certero, Julen. Cada día la brecha es mayor: la facilidad para tejer redes al margen del marco de la empresa es leída por las personas en clave de oportunidad. La cuestión es saber cómo van a gestionar este hecho las organizaciones, para recuperar el conocimiento hacia adentro a la vez que permiten compartirlo hacia fuera. Muchas no encuentran los mecanismos adecuados, de manera que en vez de retener talento, más bien lo «secuestran» intentando poner puertas al campo. Una estrategia equivocada que genera un efecto no deseado: cada vez más las personas buscan escenarios alternativos más gratificantes. Y es en esas redes donde más dispuestas estan a avanzar sin zanahorias de las que se plantean en un marco laboral estándar, quizás porque es donde las gratificaciones no económicas adquieren toda su dimensión.

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Julen 03/03/2009 - 07:40

Yo desde luego que lo veo así, Anna, tal como tú comentas. Creo que de alguna forma la sociedad ha cambiado (en parte a peor, pero en parte también a mejor) y que ahora podemos conversar de forma más gratificante fuera de los perímetros de seguridad de las empresas. Y ellas siguen ahí, sin llegar a entenderlo del todo.

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Manuel Delgado 03/03/2009 - 08:03

No sé si somos del todo conscientes de la importancia que tiene el punto 5. Cada división, departamento, grupo de trabajo se convierte en «tu pequeño cortijo», que trabaja sólo para sus propios intereses y según sus propias normas, en constante enfrentamiento con el resto de unidades de la empresa (¡unidades!). Las empresas con 2.000 empleados son, en realidad, una suma de microempresas de no más de veinte trabajadores, en las que cada responsable rema en la dirección que le interesa a él.

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Anna 03/03/2009 - 22:52

La cuestión, Julen, es saber si el perímetro del que hablas marcará como zona de seguridad la que hay entre la frontera y laempresa o, al contrario, el espacio que queda fuera. Porque de esta percepción de «seguridad» que transmita trabajar en una organización o en otra dependerá la ubicación del conocimiento, de los proyectos compartidos, de las sinergias y de las coaliciones.

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Silvia_ncuentra 04/03/2009 - 14:02

Desde hace unos días oigo la expresión «participar, no pertenecer». Esto concuerda con lo que comentáis de que la empresa concibe a sus personas como propiedades, como recursos. Cuando de lo que se trata es de que participen, aporten, etc.
De todos modos, con un análisis tan certero, Julen, dejas poco lugar a la inventiva ajena!! 😉
Como comenta Anna, haces un análisis certero. Y descorazonador a la vez si nos paramos a pensar en la cantidad de empresas que nos son conscientes de todos estos cambios, o que se resisten a abordarlos pensando que son modas o caprichos de un par de modernos…
Una idea para la reflexión: el otro día estuve valorando la opción de no hablar más de «organizaciones» sino de empresas. Me surgió el dilema cuando le oí decir a un amigo que ese término le parecía algo así como el nombre de una secta cuando leía notas internas del estilo «la organización ha decidido… «, «la organización te agradece…», «las personas que formamos parte de la organización…»…. Habida cuenta de tu observación número 7, ¿podría darse por pasada de moda la palabra «organización» por tener un carácter de todo bajo control, organizado, limpio y previsible? «Empresa», con la definición poética del DRAE podría encajarle a cualquier persona que participe activamente de la vida de su «organización».
¿qué os parece??

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Carme 04/03/2009 - 15:01

Me parece muy ilustrativo esto de que alguien se acuerde de las notas internas diciendo: «la organización ha decidido…», «la organización te agradece…»
¿Qué pasará con las personas que se acuerden de notas internas diciendo…
«la empresa ha decidido…», «la empresa te agradece…»
«la corporación ha decidido…», «la corporación te agradece…»
«la cooperativa ha decidido…», «la cooperativa te agradece…» ?

Creo que las personas percibimos la realidad no por las definiciones que hayan más o menos consensuadas, sino por lo que sucede a nuestro alrededor. La percepción que tenemos de empresas, organizaciones y corporaciones no tiene que ver con literaturas y manuales sino con sus actuaciones y nuestras experiencias.

Los hechos siempre prevalecen sobre las palabras y si lo que dices y lo que haces es incoherente, dicen los expertos que las personas sólo concedemos el beneficio de la duda dos veces como máximo. A partir de ahí, que nadie venga a contarnos cuentos.

Y mis disculpas, porque no tengo idea de qué nombre se elegirá finalmente. Pero mi opinión es que se le dará a posteriori.

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Maribel Navascués 04/03/2009 - 22:22

Interesante debate, y esta sólo es la primera pregunta.
Julen, Ana, Manuel, Silvia, Carme, aquí las notas vienen con firma, queremos que haya alguién al otro lado, y comprobamos cada día que hay espacios donde podemos aportar, lo de menos es la zanahoria.
Si nos paramos a conocer lo que hace la otra división, unidad, departamento…comprobamos que las personas nos parecemos, que tienen y tenemos conocimientos que compartir (ahora que queremos etiquetar la información, cuántas etiquetas inútiles tenemos las personas en las organizaciones…) No cambian las organizaciones, estamos cambiando las personas, todos podemos participar, Más innovación social!
Me gusta en especial el punto 3, no solo queremos trabajar, queremos dar sentido a nuestras vidas…

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Jaio la espía 06/03/2009 - 12:27

Yo me he atascado en el primer punto. ¿A quién te refieres y qué significado le das realmente a esto de:

« personas rotas en mil pedazos con identidades complejas invadidas por una sociedad de consumo desbocada e hiperactiva. Ese contexto (nosotros) produce personas con actitudes diferentes a las de las personas que detentan el poder en las organizaciones . Se está produciendo un choque generacional .»?

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Carlos Cesar Alvarez 06/03/2009 - 16:30

Comparto todos los puntos, menos el 11, que me parece más un deseo que una realidad.

Los puntos 2 y 4 son fundamentales para entender algo -un poco- de lo que está pasando: la información fluye libremente y no se pueden poner puertas al campo. Muchas empresas creen que aún pueden manejar información de forma restringida y la realidad es que hoy las personas no sólo están mejor informadas que las organizaciones, sino con más rapidez. Se me ocurre que el resto de los puntos tienen su origen en estos dos.

Esperamos el resto de las 26 preguntas.

Saludos

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Julen 08/03/2009 - 21:11

@Manuel Delgado, las empresas están llenas de cortijos. Son habituales, muy habituales.
@Anna, «fuera» empieza a perder sentido, porque «dentro» y «fuera» se colocan en una dimensión única desde el punto de vista de la persona, que pisa tanto el exterior como el interior. Para ella, es lo mismo, es la misma vida.
@Silvia_ncuentra, Koldo Saratxaga siempre habla de «proyectos» y no de empresas. Odilas también maneja mucho la palabra «proyecto». En mi caso «empresa» me recuerda una forma de organización que quizá empieza a perder sentido tal y como la entendíamos hasta la fecha, sobre todo por la drástica reducción de los costes de transacción de los que hablaba Coase.
@Carme, yo a veces uso también la palabra «sistema». Todo al final semeja un ente superior que marca el destino de forma inexorable. No mola.
@Maribel Navascués, lógico, somos las personas las que hacemos las organizaciones. Por eso no hay que recular sino que hay que coger las riendas y cambiar lo que podamos. Tenemos la responsabilidad de hacerlo, no cabe duda.
@Jaio la espía, me explico. Es una forma de confrontar a las personas jóvenes acostumbradas a una conversación fragmentada, a los retazos de información que llegan vía móvil y otros artefactos. Frente a este gente se encuentran «los directivos»: normalmente gente de más edad que ha armado su forma de pensar con un paradigma muy diferente. Ahí, en la empresa, choca esos mundos.Y salen chispas, lógico. Claro que las chispas de la juventud no son nada con la capacidad de los de arriba.
@Carlos César Alvarez, estupendo discrepar. Pero respecto al punto 11 ten en cuenta que el trabajo del conocimiento no admite «horarios». Es muy difícil poner cerebro y corazón a cero y no pensar en nada que tenga que ver con trabajo cuando teóricamente no estás trabajando. Las ideas fluyen, aunque pongamos diques de contención. En breve entramos con la segunda pregunta.

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Nacho Muñoz 12/03/2009 - 08:55

He hecho una aportación de 5 realidades que influyen en el modo de dirigir organizaciones de personas en el blog, para continuar la «conversación» que propones con las 27 preguntas.
Saludos

Responder
Nacho Muñoz 12/03/2009 - 08:57

Y también 5 realidades que influyen en el modo de dirigir organizaciones de personas en el blog, para continuar la «conversación» que propones con las 27 preguntas.
Saludos de nuevo…

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Ad consultores 16/04/2009 - 21:13

Un articulo que da unas claves muy acertadas.

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5 realidades que influyen en el modo de dirigir organizaciones de personas | conGestión de Personas 12/09/2017 - 18:18

[…] 11 cambios en el mundo laboral de Julen ya podrían ser suficientes. Por lo que estas reflexiones sólo van a ser un complemento […]

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