A veces creemos que todo el monte es orégano, pero conviene aterrizar en la cruda realidad. Web 2.0, web 3.0 o lo que quieras, pero ¿y si tuvieras prohibido acceder a Internet en tu empresa? Entonces hay que empezar, desde luego que sí, por la casilla cero del juego de la oca. Y no convendría comenzar a hablar de la tecnología. No, habría que empezar por la confianza y por el modelo de relaciones que existe dentro de nuestras organizaciones.
Sé de buena tinta que, por ejemplo, en los juzgados de instrucción de Bilbao el acceso a Internet es privilegio de determinadas castas. ¿Cómo les explicamos toda esta monserga de la wikinomia y el poder de las redes a quienes no tienen acceso a Internet en sus puestos de trabajo? ¿Cómo se lo explicamos a quienes ven que otras personas de la organización, por alguna extraña razón, sí pueden acceder a Internet mientras que ellas muerden el polvo? Internet como forma de profundizar en la brecha de confianza. ¿O es más bien surrealismo?
Se aprende con el uso. No se usa, menos se aprende. ¿Cómo es posible que en 2009 las organizaciones tengan cortado el grifo de Internet para una buena parte de sus personas? Es pura realidad; no es ciencia ficción. Es un drama de gestión en pleno siglo XXI. Me temo que son mayoría las organizaciones que ven en Internet una amenaza y no una oportunidad. Así de simple. Tenemos que bajar muchos peldaños y empezar otra vez por el principio: ¿tecnología básica? No, personas, confianza, colaboración. Así de simple y así de triste.
La foto la cogí en su día de http://www.carteleonline.com/ (a día de hoy en cocina todavía)
8 comentarios
Hay sitios en los que a cada persona se le da acceso a los recursos que necesita según su función, sólo lo que necesita para poder realizar sus tareas, la parte de trabajo que se le ha asignado. Cuando hablamos de información suele ser bastante habitual.
Entonces puede ser útil pasar a un enfoque más amplio, ver lo que estamos haciendo entre todos, darnos cuenta de las oportunidades que tenemos a nuestro alcance y las dejamos pasar.
Durante un tiempo me ganaba la vida haciendo visitas comerciales con una base de datos de legislación a cuestas… en una ocasión me abrieron la puerta en una de esas empresas en las que uno piensa que querría desarrollar carrera profesional, es más, ha sido objetivo comercial para la mayoría de las empresas en las que he currado.
Allí no es que no hubiese acceso a internet, es que no tenían posibilidad de utilizar una unidad de CD sin autorización previa, lo que quisiesen imprimir lo tenía que llevar a un servicio centralizado de impresora… una mañana perdida, un arañazo en la chapa del BX… y un mito por los suelos.
Tal vez llegue el momento en que los ciudadanos 2.0 no quieran vivir «desconectados» durante toda la jornada laboral, mientras tanto… lo cierto es que aquella empresa sigue manteniendo su lugar estratégico 1.0.
En cuanto al uso discriminativo de internet, lo tengo claro «o blogueamos todos o capamos la conexión a internet». Me parece fatal que una casta esté chupando taladrina en el taller para que otros puedan dedicarse al «social not – working» en la oficina.
¿internet o confianza en el equipo?
Nosotros no tenemos acceso a la impresora, ni a los folios, y para mover una silla hay que pedir permiso.
Muchos solo vemos la luz al otro lado de la ventana.
por cierto, voy a abrila un poco…
Saludos,
¿Cómo congeniar la productividad con la navegación despistada por la red?
Quizás, ¿con más teletrabajo?
Creo que el problema radica en la enorme diferencia de «apertura mental» entre las personas. Y será difícil abrir al mundo a muchas de ellas. ¿Qué tipo de empresario ofrece a sus empleados/as la posibilidad de dedicar unos minútos de la jornada laboral a «conectarse al mundo» , compartir experiencias y conocimientos?, ¿Qué tipo de empresario cree que de esta forma sus empleados/as pueden mejorar su productividad?. Haberlos, haylos, ….(Alvizlo, es cuestión de querer) .Y en al ámbito de la Administración, no digamos. El caso de Justicia de Bilbao no es único. La cuestión, como bien dices Julen, es de CONFIANZA. ¿Como se puede en la actualidad, «era digital» , negar la relación, uso y contacto con las NTICs?
Sólo puede ser el no querer ver la realidad, negar algo que ya forma parte de nuestras vidas cotidianas, de no «abrir la mente y la visión» al futuro y las enormes posibilidades de crecimiento que nos ofrecen. Aún hay quien piensa que esto representa una amenaza, y así es porque internet elimina las barreras jerárquicas, de estatus, y ofrece la información y el conocimiento en «igualdad». AHHH PELIGRO.
Fco. Javier: soy plenamente consciente de la existencia modelos de organización distintos al que he traído en el comentario anterior, con organizaciones que toleran o fomentan esa «conexión al mundo», también conozco alguno.
En cuanto a lo que propone Josu, no creo que el teletrabajo sea la solución en todos los casos. Me parece que lo de hacer compatible la navegación despistada por la red pasa más por una cuestión de trasladar el «social not working» 1.0 al «social not working» 2.0.
La pega es que si se consulta la prensa en el ordenador de la oficina queda registrado, mientras que si llevamos el diario deportivo en papel, lo mismo nos lo pide el jefe para echarle un vistazo y que, de paso, nos pregunte cómo le fue al chaval en el partido del domingo.
Me recuerda a la escena de la uvas del Lararillo de Tormes. Las castas privilegiadas no les dejan a «los otros» acceder a Internet no sea que «pierdan el tiempo» como ellos lo hacen. Mientras que no se considere el acceso a Internet como útil, no hay nada que hacer.
Como el ciego, ellos pueden comer las uvas de tres en tres pero le dan un sopapo a los «otros» por comerlas de dos en dos.
La vida es así no la inventado yo (Sandro Giacobbe)
@Carme, son las orejeras, un triste artefacto que suele usarse en las organizaciones.
@alvizlo, la taladrina mancha las redes sociales me temo. Triste.
@maria, abre la ventana, abre, que corra el aire, buffff
@Josu O., la «navegación despistada» tiene muchas formas. No hace falta un ordenador y una conexión a Internet.
@Fco. Javier Bárez Cambronero, eso es: Internet = Peligro. ¿Oportunidad? Nada de nada.
@Lula, va a resultar que Sandro Giacobe es nuestra explicación a todo este absurdo planteamiento respecto a Internet 😉