Cuando desaprender es imposible

by Julen

Es uno de los dos ejemplos que suelo sacar de mi experiencia vital para ilustrar lo complicado -imposible en ocasiones- que resulta desaprender. La idea de escribir este post me ha venido al leer esta entrevista con Diego Soroa, alma del proyecto Cuantics. Él también habla de desaprender. Allá va la historia.

sellosHace ya varios años comenzaron mis problemas con la rodilla izquierda. El primer problema lo tuve en 2005. Estaba haciendo el Camino de Santiago desde Le-Puy-en-Velay en bici. Mi intención no era llegar hasta Compostela sino hacer el tramo desde esa ciudad francesa hasta Bilbao. Es lo que se conoce como la Via Podiensis y es una de las más populares. Pues bien, a los cuatro días de dar pedales, mi rodilla izquierda me dio un serio aviso y tuve que dejarlo en Cahors. Lo recuerdo con cierta desesperación porque esos viajes son una especie de bálsamo en mi vida.
De vuelta en Bilbao comencé con fisioterapia y dejé de andar una temporada. Pero cuando retomé la bici, el problema seguía allí. Vuelta al fisioterapeuta, quien esta vez me recomendó también hacer algunos cambios en la mecánica del pedaleo. Me insistió en que hablara con un amigo común que tiene una tienda de bicis y que sabe mucho de mecánica. Así que allá me fui.
Una vez en la tienda, Pedro, se puso frente a mí a una distancia de unos 8-10 metros. Me dijo: «Camina hacia mí de forma natural y cuando yo te diga, te paras». Así lo hicimos dos o tres veces. Me preguntó si me había fijado en la posición de mis pies. El pie izquierdo se abría algo respecto a la imaginaria línea recta que debería llevar. Había, por tanto, dos soluciones:
1- Corregir la postura en mi forma de andar.
2- Modificar las calas de las zapatillas que usaba con los pedales automáticos para orientarlas mejor de acuerdo con mi forma de andar.
Tras una mirada un tanto socarrona por su parte, acabo sentenciando: «Como ya te habrás dado cuenta, lo primero es imposible. Así que mejor modificamos la orientación de la cala en tu zapatilla izquierda»
¿Qué quería decir Pedro? Bien sencillo: el esfuerzo de aprender a andar con los pies paralelos puede ser asumible. Pero eso supone desaprender otra forma automatizada que llevaba conmigo en aquel momento cerca de 40 años. Para volver a andar bien tendría que hacer consciente mi forma de andar y dedicarle tiempo. Cada vez que mi caminar saliera de mi consciencia, era probable que volviera a hacerlo como lo había hecho toda mi vida. Así que el problema estaba allí: el esfuerzo de desaprender no merecía la pena porque en esta ocasión disponíamos de alternativa. Desaprender parecía un esfuerzo sobrehumano.

Así que adaptamos la tecnología. El problema se acabo solucionando, aunque he vuelto a tener problemas con el paso del tiempo. Quizá es que mis pies en los pedales se emocionan con demasiada facilidad y me hacen cometer algunas imprudencias en forma de esfuerzo excesivo. No sé, son mis pies, que va a su bola cuando van enganchados a los pedales. Y conste, claro, que yo me dejo hacer. Soy así de facilón.

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3 comentarios

Nono 10/01/2009 - 10:52

A veces si es posible, te cuento mi historia:
A mi también me ocurrió algo parecido hace unos años. Recuerdo que fueron las dos rodillas a la vez y eran unos dolores que empezaron un día y casi me dejaban entumecido. Me ocurria cada vez con mas frecuencia, primero una vez cada dos semanas, luego una vez a la semana hasta que era casi cada tres días. Decidí ir al médico y pensé que debería de dejar de hacer step en el gym. El médico de cabecera me preguntó si había tenido un accidente y le comenté que el último fué hacía 5 años, pero que de eso me recuperé; el médico insistió que ese podría ser el problema y mientras escribía la cita para el especialista, hablaba de que me tendrían que hacer unas radiografías, pero que eso «no iba a servir de nada» que después de tanto tiempo, posiblemente tendrían que meterme un aparatito por la rodilla para que me lo vieran mejor, continuó asustándome con un sinfin de problemas posibles y todo un calvario de visitas y pruebas rarísimas.
Salí muy asustado y nada mas llegar a casa rompí las citas que me habia escrito y comencé a pensar que lo que me pasaba tendría que tener otra explicación, así que decidí observar mi comportamiento durante unos días y dí con la solución. Me estuve fijando que cuando me iba a quitar las lentes de contacto me acercaba mucho al espejo, forzando las rodillas y bloqueándolas hacia delante, lo mismo me ocurría cuando me cepillaba los dientes, o cuando hacía step en el gym, así que de la misma manera que mi madre me eseñó a estar atento cuando masticaba y a hacerlo muy despacio, lo mismo empecé a desaprender como andaba o me sostenía en pie, estando siempre mirando donde estaban mis rodillas. A las pocas semanas esos terribles dolores desaparecieron y ya no los he vuelto a tener.

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Julen 10/01/2009 - 12:15

@Nono Me alegro mucho de que tu fuerza de voluntad consiguiera acabar con el problema. Desde luego que la convicción personal en lo que vayas a hacer es fundamental y seguramente tú la tuviste desde el principio. Es un buen ejemplo. Pudiera ser que yo optara por la solución fácil… aunque no del todo efectiva vistos los resultados 😉
Gracias por compartir también tu historia. Un detalle por tu parte. Saludos.

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DIego Soroa 16/01/2009 - 00:10

Verdad que son preciosas la palabra y el significado de desaprender? Pero tambine es cierto que cuesta muchísimo..Las costumbres se convierten en rutinas y al final se hacen automáticas.

Como decía en el artículo el término original es de Joan Miró, aquel que intentaba desaprender las técnicas pictóricas que le había inculcado para volver a pintar como los niños.

Un abrazo…

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