Trabajo en equipo 2.0

by Julen


Hace un par de semanas estuvimos en el Foro Itaca participando en una sesión sobre trabajo en equipo. La denominamos Equipos que Aprenden. Escuchamos experiencias de diversas empresas con las que había estado colaborando la gente de INCRESS. Trabajo en equipo: algo en torno a lo cual ha habido, hay y habrá páginas y páginas de literatura. Uno de esos asuntos que parece siempre el santo grial de la gestión avanzada. En este mismo blog ya he mostrado en otra ocasión mi precaución con este asunto: Eficiencia de personas y de equipos. Por darle una vuelta de rosca más, me pregunto si el arsenal de herramientas de la web social está modificando qué cosa es y cómo se lleva a cabo esto de trabajar en equipo.

Porque la primera cuestión cuando un equipo parece que tiene que ser «equipo» es lo de reunirse. Y la palabra «reunión» mira que está sobrevalorada. Desde luego que en ciertos modelos empresariales es evidente. Me refiero, claro está, al cooperativo. Reunirse es sinónimo de intensidad en la comunicación, de decirse las verdades a la cara, de generar consensos, de debatir y discutir hasta que las cosas son digeribles. Todo esto conforma, por supuesto, el lado positivo de la cuestión. Pero, claro, hay un lado más oscuro.

Reunión supone ralentizar el ritmo de decisión, supone tiempo y dinero, supone poner sobre la mesa las, demasiadas veces, escasas habilidades de relación interpersonal, supone mal humor, supone desesperación. Sí, la reunión también puede considerarse un mal de nuestro sistema empresarial.

Lo gracioso del asunto es que esta sacrosanta herramienta del trabajo en equipo se «sobrelleva» de la mejor manera posible en el entorno de la web social. La multitarea ha llegado en forma de ordenadores portátiles a las mesas de reunión. Y allí suceden varias cosas al mismo tiempo: reunión presencial y conexiones digitales comparten escena. Quien más, quien menos, se dedica en cierto momento de la reunión a escapar de la prisión para volar hacia otros territorios. Puede hacerse de forma más disimulada o a la vista de todas las personas, es cuestión de la confianza del momento. Para el ala tradicional convocante de la reunión, «deberíamos prohibir los ordenadores portátiles». Pues vale.

Pero me temo que el herramental 2.0 está haciendo evidentes dos hechos incuestionables:

  1. Nadie centra al 100% sus recursos emocionales e intelectuales en una reunión durante el 100% del tiempo que dura (en otra versión podríamos decir que la gente coloca en la reunión un escaso 50% de sus recursos).
  2. La fragmentación de la actividad profesional de hoy en día obliga a picotear de diversas tareas cada vez más a menudo (se están acabando las tres comidas para pasar a un ¿peligroso? picoteo constante).


Yo tengo claro que mi eficiencia personal pasa por tener acceso al grifo de la comunicación digital de forma casi constante. Otra cosa es que abra o cierre el grifo. Esto es muy importante. No hay por qué tener el grifo abierto el 100% del tiempo. Sería una locura y acabaría por hacernos daño. Pero sí es importante saber que tienes acceso a abrirlo cuando lo creas conveniente. En definitiva, no deja de ser un ejercicio de responsabilidad personal.

El trabajo en equipo está modificando sus propias formas. El contacto y la relación entre las personas es fundamental. Lo ha sido, lo es y o será. Pero ahora hay múltiples formas que cabalgan sobre tiempo y espacio. La reunión constreñía el contacto al mismo tiempo y mismo espacio. Pero eso era antes; ahora hay alternativas. Aunque la mayor parte de las veces me temo que no se usen bien porque simplemente se deja que invadan agendas y nuestra vida en general. Sin embargo, no por ello debemos apartarlas como un mal en sí mismo. Las reuniones pierden consistencia, poca gente aguanta más de una hora enchufada a un tema con la concentración mínima requerida. La gente tiene cada vez más puertas que puede abrir. Y vaya si las abre.

Por último, un detalle importante: las tecnologías pueden ayudarnos a reducir costes en los contactos. Las reuniones presenciales pueden sustituirse por un uso progresivo de Skype u otras herramientas de chat, con video o sin él. Además, estas herramientas permitirán la grabación del audio o del video de forma cada vez más simple, de tal forma que los contenidos sean reutilizados por quienes no hayan podido engancharse en tiempo real. Hay que tener en cuenta que las nuevas generaciones que llegan al mercado de trabajo traen unos estándares de comunicación diferentes. Lo simple y fácil es denostarlos, pero lo inteligente es aprovecharlos. Y tienen sus ventajas, ya lo creo. Aunque para los viejos del lugar el trabajo en equipo esté muriendo.

Por cierto, que la gente de INCRESS han editado y dejado accesibles estos materiales que puedes usar sin problema citando la fuente:

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4 comentarios

Carme 25/11/2008 - 07:19

Creo que comenté en otra ocasión que mi hijo estuvo lesionado más tiempo del que hubiese deseado y como él sólo piensa en el fútbol se subía por las paredes.

Aunque su pasión es jugar en el campo, no le quedó más remedio que conformarse con jugar a fútbol online. Abrió un foro gratuito bajo la categoría de fútbol, indicó el juego en cuestión, la versión, las reglas básicas. Estuvo poniendo noticias sobre el juego y a las pocas semanas ya tenía apuntadas las personas necesarias para crear su propio torneo. Grabó un vídeo mientras hacía el sorteo de nicks-equipos, para que todos pudiesen verlo y que fuese de lo más transparente. ¡Y a jugar el torneo!

Evidentemente, a la hora de jugar el partido no hay como sudar la camiseta, supongo. Pero en cuanto a organización previa se refiere, la verdad es que a mí me sorprendió mucho lo rápido y eficiente que fue.

El tema de las reuniones, ellos lo tienen resuelto. Cuando mi hijo está jugando en la consola, puede ver si sus amigos también están en línea, si están jugando o no y en qué están. Si alguien quiere «reunirse» sólo tiene que pasarle el mensaje «conéctate al messenger». Entonces mi hijo deja la consola, se pasa al ordenador y mediante el messenger aclaran todo lo que tengan que aclarar.

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cesargon 25/11/2008 - 12:51

Julen, me he bajado el documento de 40 páginas «Equipos que Aprenden», que amablemente habéis puesto a disposición de todos, y tengo una cuestión. Las primeras secciones muestran una serie de formularios para diagnosticar la situación de un equipo de trabajo. Pero no encuentro nada en el documento que explique cómo se puede utilizar la información que uno recoja con esos formularios. ¿Cómo se interpreta esa información? ¿Qué puedo hacer con ella?
Quizá tú tengas respuesta a estas cuestiones. ¡Gracias mil!

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los sueños de la razón / El semanal de anotaciones (otoño 2008, 11º domingo) 30/11/2008 - 13:28

[…] o sobre el directivo obsoleto. Desde una perspectiva más general, Julen reflexiona sobre el trabajo en equipo, las reuniones, en esta época 2.0. En fin, la cosa es no caer en el estrés y no […]

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equiliqua » coo-… 24/01/2009 - 01:05

[…] Todos de alguna forma somos “expertos” en algo, al menos dominamos ciertas materias pero desde luego no somos supergurús. Las empresas cada vez más se organizan por equipos de trabajo, multidiscipinares, donde el principal motor de un buen resultado no es sólo el conocimiento explícito de cada uno sino sobre todo las actitudes a la hora de llegar a la mejor solución posible entre todos, las más eficaz, la más relevante. Ése puede ser la primera acepción del coo–… cooperar, colaborar, coparticipar. Pero esta claro que a nivel interno. […]

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