Innovación ciudadana vs innovación empresarial

Este próximo día 13 de noviembre nos vamos David y yo a impartir (¿?) en Valladolid un seminario sobre Open Innovation a la gente de Telefónica I+D. Otro David es el responsable de que esto suceda. Hemos adaptado el programa de 16 horas que hemos estado impartiendo para Spri Enpresa Digitala y lo hemos fundido en una sesión de 4 horas enfocada a sembrar ideas que ayuden a abrir la innovación. Como consecuencia de la remezcla surge, en parte, un nuevo camino. Terminamos de pulir el material en breve. Así que lo compartiremos por aquí un día de estos.

De todas formas, este post lo quería centrar en la idea de la innovación ciudadana frente a la innovación empresarial. Hasta hace poco parecía que la innovación, detrás de la I+D, acontecía en la empresa casi en exclusiva. Pero es una realidad que ahora las personas (del primer mundo) tenemos acceso a información que en calidad y cantidad es tanta o más que la que puede manejar cualquier organización. La ciudadanía se ha montado rápidamente sobre esquemas de trabajo P2P y es capaz de disponer de una materia prima de contrastada valía. Y lo hace, de forma natural, en forma abierta. Cuando no intermedia la organización es más probable que se trabaje con esquemas abiertos.

Las empresas en su mayor parte siguen sin entender el cambio fundamental que se ha producido. El conocimiento como factor crítico de eficiencia y competitividad ya está aquí. Pero «la mayoría de los jefes del siglo XXI parecen considerar la noción de un «empleado» económicamente dependiente y presto a obedecer como una una piedra angular inamovible de la vida empresarial» (Gary Hamel dixit). Y aunque esto en el pasado no siempre haya sido así, ya que la concepción moderna de la «empresa» es relativamente reciente en la historia, el caso es que ahora parece pesar demasiado para innovar.

¿Personas contra empresas? Lo vivimos todos los días. Aquí en la margen izquierda tenemos la movida de la planta de coque que Petronor va a construir. Y si hay que buscar ejemplos de movimientos ciudadanos contra empresas, lee a Naomi Klein y saciarás tu apetito. ¿Empresas contra personas? Es moneda de cambio habitual. ERE es el acrónimo que se ha popularizado. Es la versión políticamente correcta de «despido».

La innovación ciudadana podría competir contra la innovación empresarial. No me cabe duda. Pero también creo que pueden colaborar. Claro que esto supone eliminar la asimetría actual de poder. Las personas tienen el poder constituyente necesario para innovar. Y las empresas, hasta la fecha, tenían el poder constituido. Pero las cosas han cambiado. El sistema ha cambiado porque la relación de fuerzas es diferente. Lo que entre personas es P2P se convierte, en el marco empresarial, en un B2e: BOSS to employee.