Empresas y perros no bailan tangos

by Julen


Me sigue chocando la resistencia numantina de las organizaciones a abrir sus contenidos. Cuando a alguien le explicas en qué consiste la utilización de licencias Creative Commons como vía de conseguir más reconocimiento se produce un hecho curioso: se acepta desde lo racional y se bloquea desde lo emocional, desde el prejuicio, desde «el no por el no».

Si hablamos de innovación y la pregunta es: ¿pero esto ya lo está haciendo alguien como nosotros?, quizá debamos asumir que la liberación de contenidos a través de licencias Creative Commons está chocando contra un elemento básico de la fortaleza empresarial: la protección de lo que sabemos. En aras de la protección se niega la mayor: no acepto los beneficios potenciales de la liberación de contenidos por si acaso hay algún imprevisto en el camino. He dicho que no juego y no.

Las empresas poseen mucho «saber hacer» explicitado por quienes trabajan en ellas (eso quiero pensar). Y buena parte de ese saber hacer está escrito, documentado, explicitado en soportes reutilizables por otras personas y otras organizaciones. Uno de los ejemplos que casi siempre utilizo es el de las documentaciones relacionadas con la prevención de riesgos laborales. ¿Por qué no compartir algo tan importante con la comunidad? ¿No es acaso un objetivo de todas las partes implicadas reducir a cero el número de accidentes en el trabajo? Entonces, ¿por qué no compartir con la comunidad el saber hacer explicitado que una empresa posee en torno a esa cuestión? ¿No es un objetivo suficientemente loable como para que se abran los contenidos?

No, no y no. Por ahí no paso. No juego. ¿Y si pasa tal?, ¿y si pasa cual?, ¿y por qué otros no lo hacen?, ¿y por qué tengo que hacerlo yo? No, no y no. No hay manera. La organización se comporta como señor feudal propietario de no sé qué secretos militares. Eso de abrir para acelerar la generación de nuevo conocimiento está bien para los libros, pero no para las empresas del siglo XXI. Aquí, si sabes algo, por si acaso, te lo callas. Así es como las organizaciones gestionan su tesoro: el conocimiento de las personas.

¿Por qué no vemos extenderse el uso de las licencias Creative Commons o similares en el ámbito de las organizaciones?, ¿por qué lo que yo veo tan evidente otras muchas personas lo perciben como un ataque a sus principios más sagrados? Compartir no es moneda de uso corriente en las organizaciones actuales. Así de simple, así de triste. Las reglas del juego empresarial son: engaño porque me engañan, oculto porque me ocultan, aprieto porque me aprietan, no comparto porque no comparten. Simple, simple. Debe ser naturaleza humana.

Sigo pensando que tenemos que construir nuevos modelos de empresa. Las actuales que hagan lo que puedan y que me dejen el alma en paz. Como dice Gary Hamel: «Lo peor es que los ejecutivos sénior, con sus visiones dogmáticas, sueles ser los que deciden qué ideas se ponen en marcha y cuáles se bloquean. Eso tiene que cambiar». Quizá es un límite en el ADN de gran parte de las organizaciones actuales. Siguiendo con el colega Hamel:

Si ha trabajado alguna vez en organizaciones grandes, sabrá que esperar que sean estratégicamente hábiles, incansablemente innovadoras o altamente atractivas para el empleado (o algo más que simplemente eficaces) es como esperar que un perro baile un tango. Los perros son cuadrúpedos. Bailar no figura en su ADN. Lo mismo ocurre con las empresas.

Así que, parafraseando a Hamel, va a ser que hacer que las empresas utilicen licencias Creative Commons es como esperar que un perro baile un tango. A otra cosa, mariposa. Yo me voy de aquí.

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12 comentarios

Iván 04/11/2008 - 10:01

Julen,gran reflexión.
creo que como en otros ámbitos de la vida,hay un miedo atroz a lo desconocido,en las empresas igual,y con la comptenecia ni te cuento,creo que solamente ven a corto plazo y todo esto lo quieren ver reflejado en $,es decir,dirán si está muy bien,pero que me va a aportar en la cuenta de resultados.

otro tema importante,como dice el colega Hamel,las personas que pueden estar arriba en la toma de decisiones de las organizaciones desconocen todo estas opciones

un saludo
Iván
http://www.ciudadanoenelmundo.com

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alvizlo 04/11/2008 - 10:49

Buenas Julen, buena reflexión, como siempre.

Si esa documentación de prevención de riesgos laborales (y ya puestos, gestión de calidad, medio ambiente…) se distribuyese con licencia Creative Commons a muchos se les acababa un ¿lucrativo? negocio basado en el copia – pega. ¿Cuántos de los clientes que compran esta documentación al peso la quieren para algo distinto de pasar un trámite administrativo (hueco) o conseguir la ISO para que el cliente les siga contratando?

Las empresas no bailan tangos, pero muchas ni siquiera tienen interés en la música.

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Aitor Bediaga 04/11/2008 - 13:17

Al hilo de lo que comenta Alvizlo, el licenciado de contenidos con Creative Commons hace que todos tengan que retratarse y poner boca arriba sus cartas… y eso es muy duro si lo que guardas con tanto ahínco puede no ser de calidad (que sutil soy). Es una manera, entonces, de añadir más valor… añadir valor… (Interesante!)

Julen, es importante seguir siendo insistente y hacer ver a la gente los beneficios que tiene y sus inconvenientes. ¿Qué inconvenientes tiene mostrar tus cartas cuando juegas al mus? Quizás el mayor de los inconvenientes es que si vas de farol, la has cagado!

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ALyCie 04/11/2008 - 14:36

Lo mismo que Alvizlo, y además:
a) El trabajo que no es remunerado, no es trabajos (dogma de fe)
b) Si enseño lo mío, se verán mis deficiencias, inseguridades y equivocaciones, mejor, que no lo vean.
c) Lo peor de todo, es que si lo enseñas, la Administración aprende y exige lo que antes ni soñaba que podía solicitar.
Lo digo por propia experiencia, que yo soy de los que lo enseño.
¡Salud, en tiempos de crisis!

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Yoriento 04/11/2008 - 17:00

Yo creo que, como dice Iván, un factor importante es el desconocimiento de otras alternativas o posibilidades de hacer las cosas, de verdad.

Y por otro lado, si bien el miedo es un elemento a tener en cuenta, la ausencia de motivación positiva también puede estar implicado: ¿para qué innovar o ser flexibles si las cosas no van mal (o no tan mal), en qué nos beneficiaría bailar tangos?

Como dice Aitor, hay que mostrar las cartas no tiene (tantos) inconvenientes, pero sobre todo hay que enseñar las ventajas.

Visibilizar y tangibilizar los beneficios del baile puede ser una vía para mover voluntades, y para animar a «enseñar», como escribe Alycie. 🙂

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Anton 04/11/2008 - 17:11

Eso está cambiando, supongo, de una manera indirecta. Reparten conocimiento, gestió o información; gestión en otras áreas no directamente «notables» y difícilmente apreciables, a no ser que tengas el ojo entrenado para captar los marche mouvment?..

Los «consumidores», que merecen otro nombre con las NNTT, están identificando sus propios intereses en otros contextos, y el mercado no va más rápido que ellos. Si acaso después 😉

También es importante saber dosificar el conocimiento, para transformarlo en energía positiva. ¿No?.

un saludo

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Uxío Malvido 04/11/2008 - 17:37

Es que a veces creemos que porque existe la tecnología existe la mentalidad y además de forma mayoritaria. Como si fuera una verdad revelada. Pues no, claro.

La realidad es que se comparte poca información también dentro de la empresa, como para pensar en colgar en abierto los contenidos internos. El modelo mental dominante es que comparto cuando le veo utilidad. Tanto a nivel personal como organizativo. Eso traduce en que comparto, sobre todo, en redes de confianza: mismo sector u otros.

Pero que algo no cambie inmediatamente, no quiere decir que no haya transformación en marcha.

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neocoach 05/11/2008 - 00:01

Como diría Maturana los seres humanos somos seres emocionales antes que racionales, por lo que querer convencerlos con argunmentos racionales a seres emocionales cimentados en una cultura de empresa implícita o explícitamente tradicional, es cómo creer que vas a convencer a un adicto que no se drogue porque tú sabes que le podría hacer mal.

Claro que, estos argumentos de este comentario, salen fácil,una vez que encuentran natural repaldar tu vasta experiencia

De nuevo, muy buen post!!

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Carme 05/11/2008 - 00:23

Duele, Julen, duele porque es verdad.

La realidad es que nos engañan cuanto quieren y nosotros consentimos. En realidad a las empresas los riesgos laborales les importan un carajo, con perdón, lo único que les preocupa es cómo evitar tener que pagar una baja. Si de verdad les importasen las personas, por poco que fuese verdad, habrían recibido tu propuesta con otros ojos y otra emoción.

El tema del baile (y el tango) lo explicaba hace pocos días Punset en este vídeo: ¿Bailamos? Me quedo con la última cita, de Samuel Becket:
«Baila primero. Piensa después. Es el orden natural.»

Pues eso, qué le vas a explicar a quien sólo entiende de «recursos», unos recursos que sólo a veces, de forma accidental, adquieren el adjetivo de «humanos».

Estoy más que convencida de que tu exposición sobre las licencias fue genial. Sin embargo, algo que se entiende bien racionalmente, pero emocionalmente todavía no, pues sencillamente no se entiende.

Primero baila, piensa después.
Primero, disfruta compartiendo y conversando. Lo que nos aporta, ya lo explicaremos después.

En el vídeo de Punset, según creo entender, el neurocientífico Parsons dice que nuestras habilidades musicales forman parte de una capacidad comunicativa humana innata, pero que tiene que desarrollarse en edad temprana. ¿se podrá aplicar lo mismo a las organizaciones? ¿habrá que desarrollar la capacidad de conversar y compartir desde el momento en que se forma?

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Julen 08/11/2008 - 09:57

@iván, los de arriba ven lo que ven: el poder que atesoran.
@alvizlo, es que la música no es negocio en nuestros días 😉
@aitor, seguro que hay mucho farol, no lo dudes.
@alycie, todos esos inconvenientes y un gran beneficio: aprendemos más y mejor. Otra cosa es que el sistema se alimente de tapaderas para que haya que seguir pagando dinero por ciertas cosas.
@yoriento, será cuestión de mostrar beneficios, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
@anton, «dosficicación» buena palabra has elegido. Por ahí va una de las claves en todo esto, creo.
@uxio malvido, quizá tenemos que tener más paciencia. Los cambios radicales son pocos, son mucho más habituales los que acontecen casi sin que te des cuenta.
@neocoach, quizá de la visión de Maturana respecto al peso de la emocionalidad debamos extraer conclusiones para mejorar nuestras tácticas de cambio. A veces somos muy brutos y el camino más corto entre dos puntos casi nunca es la línea recta.
@carme, quizá las empresas no han desarrollado en sus fases iniciales las habilidades para la música y se han quedado cercenadas para siempre. Pero, bueno, vamos a pensar que hay alternativas.

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Joan Gou i Campamar 08/11/2008 - 17:29

Julen me viene tu articulo como mantequilla a la tostada, acabo de ppresentar mi dimison de un comite ejecutivo en una asociacion porque he sido incapaz de hacerme entender y mucho menos convencer de que se necesitan cambios de orientacion ya no petendia mas, la resistencia, los cerrojazos a informes juridicos muy costosos pero caducados etc..
felicidades, al fin encuentro a alguien que me entiende y entiendo, aunque esto sucede desde ya hace algun tiempo.
Kaixo
desde la costa brava

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Consultoría artesana en red » Sobre las empresas y la propiedad intelectual 27/11/2011 - 09:07

[…] Empresas y perros no bailan tangos […]

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