Ocho peligros de la economía de la gratuidad

by Julen

Freeconomics ya está aquí. Es Funky Business a la enésima potencia. Consumo, consumo, consumo. ¿Que me lo das gratis? Pues cual jubilado en busca de su regalo, todos caemos. Es la fatal atracción de saber que no vas a ser timado. Total, no he pagado nada por ello. La felicidad del consumidor: es gratis. Deme más, deme más, por favor.

Sin embargo, las transacciones económicas son necesarias. No vivimos de trueques. Eso quedó atrás. La cacharrería cuesta dinero, las Nike cuestan dinero, el todo terreno negro para reforzar la hombría también. Los alimentos, sean básicos o de morro fino, más de lo mismo: dame dinero. Ahora bien, que la gratuidad se extienda no hace sino ampliar el número de transacciones. Sólo hay que ver las colas ante lo gratis: las sardinas en la fiesta del pueblo, el plato de fabada, las cacerolas del banco, los folletos turísticos en cualquier feria. Las hordas consumidoras del siglo XXI succionan todo lo que sea gratis.

Así pues, a los argumentos que maneja Chris Anderson se me ocurre colocar esta pequeña lista de prevendas que bien pueden representar peligros serios:

  1. Gratis requiere costes de producción mínimos. Solución: salarios ínfimos en países de bajo coste, aunque volvamos a la explotación más vil de seres humanos. Si no, los números no salen.
  2. Gratis impulsa el consumo «porque sí». Difícil de hacer compatible con un desarrollo sostenible de este planeta. Las motivaciones de compra ante lo gratis sacan la parte más irracional del ser humano: el comportamiento compulsivo, sin control.
  3. Gratis hace tender a cero el grado de exigencia respecto a los servicios y productos que se reciben. Si algo falla y hay consecuencias negativas: ¿podemos reclamar ante algo por lo que no hemos pagado? Gratis bordea peligrosamente el producto o servicio de baja calidad. Evidentemente, no siempre y con increíbles excepciones que son las que, de hecho, nos confunden.
  4. Gratis es igual a «capturar el interés de mucha gente». Cuando millones de personas estamos utilizando productos y servicios gratuitos, entonces, hasta cierto punto, estamos en manos de esos proveedores. Es el caso evidente de Google. Se genera excesiva dependencia debido a la gratuidad.
  5. Gratis provoca un desplazamiento sutil de ingresos económicos en el modelo de negocio. No hay que engañarse, ya que las empresas van a seguir ingresando dinero, pero lo van a hacer de otra forma. Así que nadie piense que de repente las empresas se han vuelto ONGs. Lo gratis puede disfrazar sus fechorías. Las empresas pueden envolver de gratuidad su oferta: la más arrasadora campaña de marketing jamás concebida.
  6. Gratis se asocia peligrosamente al acceso universal «sólo» a contenidos digitales. Gratis es un tsunami que se instala sobre lo que uno ¿adquiere? en Internet en tanto que contenido digital. Los productos físicos sólo adquieren el don de la gratuidad cuando actúan de cebo para compras posteriores, pero los contenidos digitales pueden parecer gratuitos «per se».
  7. Gratis puede convertirse en un estándar de explotación de quienes detentan poder y quieren maximizar su beneficio. ¿Por qué pagar cuando lo puedo conseguir gratis? He llegado a escuchar eso de que «cogemos un becario pero si es gratis».
  8. Gratis es sólo una etapa de la compra. Es la cancela que hacía falta abrir para «comprar» la confianza del consumidor. El mejor ejemplo lo dan los ladrones de las telecomunicaciones: las operadoras que utilizan el término «gratis» con cinco o seis líneas de letra en tamaño 5 puntos a pie de página de un anuncio-trampa.

Ya sé que no conviene contemplar la botella tan vacía. Seguramente que puede haber sanas intenciones en la gratuidad, derivadas en buena parte de la idea de procomún. Si Mozilla quiere que dispongamos de un Internet libre y nos entrega su navegador de forma gratuita, es posible que debamos admitir que hay razones de peso que justifican y alientan la economía de la gratuidad. Pero conviene estar alerta porque más de uno se va a querer colar con malsanas intenciones en la economía de la gratuidad.

Muy interesantes, como siempre (te sigo haciendo la ola), las reflexiones de Juan Freire en:

Más enlaces para comprender un poco de qué va todo esto:

La imagen está tomada del blog de Chris Anderson.

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19 comentarios

Alberto de Francisco 19/09/2008 - 08:27

Dos cosas más:
-Gratis a cambio de publicidad significa que los anunciantes son los que pagan los contenidos, y por tanto influyen en los contenidos, deciden los comntenidos.
-Los anunciantes cargan sus productos con los costes de publicidad, de modo que acabamos pagando más por lo que vale menos, y nada por lo que vale algo, distorsionando nuestra percepción del valor de las cosas.

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alvizlo 19/09/2008 - 08:31

Muy bueno el ejemplo del becario, sale gratis… ¿a los padres del becario? ¿al compañero que se tiene que hacer cargo de él? ¿al conjunto de la sociedad que financia su formación vía impuestos?
Es mejor todavía cuando puede hacerlo una «ONG» con voluntarios, en «mi» querido sector del medio ambiente se da mucho.

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Gaviero 19/09/2008 - 09:24

Leyendo «gratis» lo que disertas, estaré más atento a los modelos de negocio que flotan en la gratuidad.;-)

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M@k, el Buscaimposibles 19/09/2008 - 10:37

Hum, interesantes apuntes. Pero hay una cosa que no entiendo, que no pudiéramos vivir en una economía de trueque. Seguro que tal y como vivimos ahora, no, pero también estoy convencido de que aumentar la «componente de trueque» de la economía podría hacer nuestra vida más sostenible. Claro que ya no hablaríamos de cosas totalmente gratis, pero también se solucionarían algunos de los problemas que apuntas.

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Carme 19/09/2008 - 10:41

Completamente de acuerdo con la crítica al consumismo y a la falta de conciencia y de ética. Hay que desarrollar nuestro espíritu crítico o estamos perdidos. Es fundamental y urgente.

Dicho esto, quiero lanzar un voto a favor de lo gratis desde otra óptica:

Pensemos ¿Cuánto suelen gastar las empresas en publicidad al año?
¿Qué diferencia hay entre destinar ese dinero a los anuncios clásicos e inútiles o destinarlo a desarrollar una aplicación útil?

Como usuario y cliente, prefiero algo que me ayude con lo que estoy haciendo antes que un anuncio molesto que entorpece mi trabajo.

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Anonymous 19/09/2008 - 12:58

Curioso artículo desde un espacio web gratuito, que está basado en software que es gratuito que presta un servicio de blogs gratis y cuyos contenidos se ofrecen de forma también gratuita … jummmm … dá que pensar ….

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Anonymous 19/09/2008 - 15:47

gratis es igual a cero y es por algo,te lo puede dar (regalar)o lo puedes urtar ,esta ultima de muchas maneras (recuerda lo de las comisiones de los banco,euskaltel etc)puede ser legal o ilegal( ahora tef cobra por algo que daba gratis )a la crisis si hace que se pase por caja…
es tan amplio lo que dices,recuerda que los paises desarrollados debemos mucho dinero a esos paises de mano de obra baja casi gratis ,los numeros si cuadran claro que si,cuando haces innovacion abierta aqui ¿cuanto te costamos?aunque no creas tu lo tienes todo claro,si te invito yo a algo a ti te sale gratis pero puede que salgo yo ganando.te leo todos los dias.sl2

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Acido 19/09/2008 - 16:07

Rebato casi todos los puntos:

1. «Salarios ínfimos» … «Si no, los números no salen.» : No necesariamente. Por ejemplo, Google tiene «Google Image Labeler» que es una especie de juego con imágenes. Es gratis, pero los números salen, vaya que si salen. Mientras juegas con las imágenes estás etiquetándolas, es decir, mejorando el buscador de imágenes… lo que redunda en mejora del buscador, que es gratuito, pero que en beneficios para google (por publicidad). Otro ejemplo con Google es un teléfono de información (como los 118xx de España) que es gratuito ¿y cómo salen los números? Pues las voces de la gente que llama son usadas para entrenar un sistema automático de voz. Parece ciencia ficción pero es real. La inteligencia de Google transforma al usuario en trabajador y trabaja para Google sin importarle. «gana-gana» uno gana y el otro también ¿donde está el explotado?

2. «Gratis impulsa el consumo ‘porque sí'». No todo son productos físicos que contaminan. ¿Periódicos gratuitos? OK, eso contamina (¿y si fuesen comestibles o al menos biodegradables? Tienen publicidad, ganan dinero, todos ganan) pero la inmensa mayoría de lo que es gratis no contamina demasiado. Por ejemplo, Abrazos Gratis. Otro ejemplo: un Linux colocado en un servidor (el servidor por estar encendido contamina, pero creo que estaría encendido igualmente si no tuviese ese Linux ¿o no?). Lo que más contamina son cosas físicas, no gratuitas, como la calefacción, el aire acondicionado o el coche. Precisamente, tener servicios gratuitos en Internet evita coger el coche para hacerlos físicamente, aparte de usar papel.

3. En parte sí, pero hay mucha competencia: si un buscador gratuito es malo, usas otro y el malo pierde ingresos de publicidad. Además, hay sistemas para votar… Si se escriben 100 comentarios gratis en un blog, puedes quedarte con los buenos, si otra gente los ha votado.

4. OK. Muchas veces es una trampa. Cierto, pero hay muchos casos de gratis sin crear dependencia de nadie. Ej: Wikipedia. ¿qué dependencia puede crear? Puede que haya algo de mala calidad (aunque eso se arregla con los votos de la gente), pero dependencia creo que ninguna. Te puedes ir a otra enciclopedia cuando quieras. Lo único sería si desaparece Wikipedia (todos los enlaces a ella dejarían de funcionar), pero no veo sentido a que desaparezca… en todo caso pueden poner publicidad.

5. No he entendido.

6. No veo el problema. ¿La gente asocia que si algo es digital tiene que ser gratis? Pues les dices que en tu caso no, y punto. Cada uno es libre, y que decida. ¿que se lo puede copiar de otro lado sin darte un duro? Entonces me temo que tienes que repensar tu modelo de negocio: si haces algo para ganar dinero (no por amor al arte) y no puedes ganarlo, lo mismo deberías dejar de hacerlo, o cobrar por publicidad, o que te subvencione el estado. Lo que no se puede decir es «yo estaba ganando dinero con esto y como ahora no puedo, pues que cambien las leyes y a ganar dinero sea bueno o malo» Es parecido a lo de las subvenciones, sólo que esas se supone que se dan a los que decide la administración (la cual vota el pueblo) pero si es algo por ley y de cobrar contínuamente sea bueno o malo (SGAE). Es decir, con el dinero de todos se puede arreglar un museo y la gente decide si eso es un despilfarro o es bueno. Pero si se paga a Ramoncín porque lo dice una ley, creo que quitar una ley se tarda mucho más tiempo.

7. Ya puse el ejemplo de Google, si hace un juego y la gente quiere hacerle el trabajo gratis ¿qué problema hay? Si uno es tonto y su mayor ilusión es ser becario gratis, qué le vamos a hacer (aunque creo que no es legal ¿no?). El concepto de becario es aprender (aunque muchos no aprendan una mierda) ¿y si ese becario gratis en realidad aprende mucho y luego supera en sueldo a otros compañeros? Si el empresario gana y el becario gratis luego se forra (Gana-Gana) ¿dónde está el problema?

8. «Gratis es sólo una etapa «. Bueno, creo que en esto te doy la razón. Apenas hay nada gratis total: se compra el tiempo, la atención, que hagas un trabajo sin darte cuenta mientras consumes eso gratis, … Incluso uno que dona sangre lo hace por el egoísmo de sus genes, de favorecer a otro humano… seguramente no donaría sangre a una cucaracha o a una bacteria que causa enfermedades.
Quien hace Linux gratis gana mucha reputación.

El tema es: al final, lo gratis es para obtener un beneficio (se quiera o no), OK, pero ¿obtienen el beneficio quienes más lo merecen o lo sabrán gestionar? Por ejemplo, Google ofrece búsquedas gratis, recibe pagos por publicidad y esos que ponen publicidad al final venden productos, que pagamos los que buscamos. ¿merece Google su parte por hacer la publicidad? Yo creo que se la ha ganado mejor que nadie. ¿merece el anunciante de Google las ventas que hace gracias a Google? No lo se, quizá el producto sea peor que muchos otros, pero en todo caso ha pagado su publicidad y ha sabido cómo poner publicidad en un sitio moderno y no molestar anunciando a quien no le interesa. Si con eso consigue vender productos a gente que ha podido informarse con el mismo Google de que ese producto es una mierda… pues ole su mérito. Al final la gente se enterará (de su mal producto) y dejará de comprarle, pero mientras colaboró con una herramienta que nos beneficia a todos ¿no? (Adwords va por subasta así que si aparece es que pagó más que otros: así que por muy buenos que sean los otros productos, no contribuyeron tanto a Google).
Todos ganamos ¿qué problema hay?
Otra cosa es cuando unos bancos, aseguradoras, etc siempre ganan y todos perdemos siempre (pagando de nuestros impuestos sus fechorías).

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Anonymous 19/09/2008 - 19:19

Si buscáis en Google books el libro «Deleuze and the social» de Fuglsang, hay un artículo muy interesante -aparece íntegro, no le afectan los cortes- titulado «I knew there were kisses in tue air», de Thomas Bay, en la página 96.

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mkl 19/09/2008 - 23:34

Creo que es sabio pensar en las dos mitades de la botella: la vacía y la llena, así que bienvenidas todas las precauciones que tan fácilmente se eliminan ante lo gratis ¿Tan fácilmente? Los servicios de la administración son, en su mayoría gratis, y todos andamos muy escarmentados con ellos, desconfiados y precavidos.

Creo que la gratuidad se aplica sobre algunos de los vectores del producto o servicio. En plan muy simple: lo que es gratis para el niño, lo pagan los padres. No es la gratuidad el peligro, sino que acabemos despreocupándonos de quién es el que paga. En definitiva, lo de siempre: Follow the Money!, que gratis no es igual a sin coste.

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Miguel Luis 19/09/2008 - 23:57

Si se le da media vuelta nada es gratis, es pura ilusión, siempre alguien paga o se intenta se haga cargo de la factura, aunque quizá no por lo que se da gratis porque es sólo el envoltorio de la inversión.

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Maite Darceles 21/09/2008 - 21:43

Un post muy interesante. Apuntas muchos temas que podrían dar lugar a interesantes debates y reflexiones. Hay mucho contenido, muchas ideas. A mí me ha sugerido seguir el hilo de alguna de ellas y he llegado a la siguiente reflexión que he colocado en mi blog: Algunas reflexiones sobre el consumismo

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Ismael Peña-López 22/09/2008 - 11:38

Interesante reflexión. Vamos a poner "peros" 😉

Por puntos:

1.- GASTOS DE PRODUCCIÓN

Que sea gratis no quiere decir, necesariamente, que los costes tiendan a cero (porque bajamos los salarios al mínimo), sino que los costes (y el margen) no los soporta el cliente/consumidor.

3 ejemplos:

– El productor soporta los costes, como en la economía del don, porque le sale a cuenta a largo plazo. P.ej. invito a mis amigos a cenar, así refuerzo mis vínculos sociales, que son necesarios para mi vida en comunidad (nota: no se trata de un amigo "interesado", sino de lo que hacemos todos, de forma consciente o inconsciente).

– Un tercero asume los costes, como en un plan de negocio basado en la publicidad (p.ej. la TV), el cliente lo obtiene gratis porque la empresa anunciante paga los costes de forma directa (esponsorizaje) o indirecta (ingresos por publicidad).

– En realidad, no reducimos costes, sino que evitamos cobrar lo mismo por duplicado, por ejemplo los artículos que yo, como académico, cuelgo en mi blog y que los contribuyentes, indirectamente ya han pagado con sus impuestos, que de una forma u otra van a mi sueldo.

2.- INCREMENTO DE CONSUMO

Por norma general, Chris Anderson & Co. hablan de economía del conocimiento, donde se trata con intangibles. Así que la sostenibilidad del planeta sigue intacta.

En cualquier caso, el problema está en la educación del consumidor, no en el modelo "gratis".

3.- EXIGENCIA

Me remito al primer punto: quién sufrague realmente los costes ya se encargará de exigir resultados.

4.- DEPENDENCIA

Me parece un "non sequitur". La indefensión ante las Telecos se parece a Google… y pagamos por ella 😉 Creo que "estar en manos de" se debe más a una estructura de mercado (monopolios o quasimonopolios) que no al modelo de negocio.

Por otra parte, y estrictamente en términos económicos, la ecuación es fácil y es una cuestión de costes marginales: ¿pagarías por tu independencia? Si no quieres pagar, no serás independiente. Forma parte de las características del producto.

5.- DESPLAZAMIENTO DE INGRESOS

Sencillamente, no veo el problema.

Una vez más, no creo que sea problema del "modelo gratis", sino de la transparencia corporativa, el cumplimiento de la legalidad vigente y la educación del consumidor.

6.- GRATIS Y CONTENIDOS DIGITALES

No veo dónde está el problema.

En cualquier caso, la diferencia está totalmente justificada, y radica en la radical diferencia entre los productos físicos y los productos digitales, que acercan a estos últimos al concepto de bien público: la no rivalidad en su consumo y la imposibilidad (en muchos aspectos, aunque no siempre) de excluir a alguien de su consumo.

7.- GRATIS COMO EXPLOTACIÓN

Creo que este argumento es algo tendencioso y, como ya he apuntado en el 1, 4 o 5, no tiene nada que ver con el modelo en sí, sino en el uso fraudulento o sesgado del mismo.

Ante características exactamente iguales, gratis es mejor que pago siempre (eso creo que no hace falta explicarlo). El diablo estará en las diferencias, por sutiles que sean. Y, como decía en 4, cada uno decidirá si paga o no por esas (sutiles) diferencias.

8.- GRATIS COMO ETAPA

Bien utilizado, no veo problema: puedes probar el producto y "devolverlo" si no te convence. Ocurre en muchísimos otros ámbitos de la economía.

Una vez más, creo que el problema no está en el modelo, sino en el uso fraudulento del mismo.

Sinceramente, y resumiendo:

– creo que puede haber (y de hecho la hay, incluso fuera del mundo digital) una economía basada en la gratuidad y, además, desvinculada del ámbito del procomún o la ausencia de ánimo de lucro

– los comportamientos ilegales/criminales deberían segregarse del análisis estricto del modelo, poniendo énfasis, eso sí, en que lo nuevo del modelo (en el ámbito digital) hace que el consumidor menos educado sea más fácil de timar.

Un abrazo y gracias otra vez por invitar a la reflexión 🙂

ismael.

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Julen 23/09/2008 - 07:10

Necesito tiempo para digerir vuestros estupendos comentarios que, desde luego, le dan un nuevo sentido al artículo original. De momento dejo sólo una primera reflexión, pero espero argumentar mejor, porque merece la pena.

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