Personas, seres humanos y otras especies

by Julen


Estamos aquí en Arrasate, Polo Garaia. Con mi habitual cascarrabiez quejosa de infraestructuras, no puedo sino citar una vez más que esto clama al cielo. No hay enchufes, hay una wifi abierta pero para la que hace falta usuario y contraseña (luego pregunto por ella) y la ergonomía del conjunto silla-mesita está desarrollada por el enemigo. Pero como esto va de personas, mejor nos quedamos con que coincidimos por aquí con Borja y Saioa, mugalaris de BFA, y también Alorza, al que oigo teclear por allá atrás, pero al que no podido saludar todavía.

El taller promete en la medida en que está pensado para que las 115 personas que estamos en esta sala podamos contribuir y generar algunas respuestas para las preguntas que irán surgiendo. José Ignacio Zudaire nos ha presentado el perfil de la competitividad de 2008 en el primer mundo que habitamos: por ahí andan las personas. El punto de partida es la famosa segunda transformación que Pedro Luis Uriarte ha estado explicando: dejamos atrás con cierto éxito un reto que apareció hace 15 ó 20 años y ahora estamos de lleno en el reto de la sociedad del conocimiento. Y ahí llegamos a las personas. Es la lógica, no sé si la realidad.

La competitividad habla un nuevo lenguaje: los cambios demográficos definen un escenario diferente donde hay que considerar los valores y, por tanto a las personas, que son quienes los hacen realidad o se olvidan de ellos. Respecto al cambio demográfico, una cifra: la tasa de sustitución aquí al sur de Islandia es de 0,62. De cada 100 personas que salen del mercado laboral sólo entran 62. Menos gente, la competitividad no viene de la cantidad, sino de la calidad, la innovación, la creatividad, la aportación de quienes estamos dentro del sistema. Queda claro.

En un supuesto triángulo de la competitividad Zudaire define los vértices:

  • nuevos valores y personas
  • innovación en la empresa y la sociedad
  • dimensión, grupos

Con esto último he creído entender que hace falta ser grande. La dimensión genera competitividad. Malos tiempos para los artesanos. O quizá se equivocan y no son capaces de comprender que la dimensión hoy se reconvierte en red y en conexión. Yo lo redefiniría. Pero claro yo no soy quién para estas cosas.

Por último, nos ha asaeteado Zudaire con el asunto de los indicadores. Medidos por abajo, medidos por arriba, por la izquierda y la derecha. Y luego tiene su gracia que cuando Koldo ha contado lo de siempre, insista tanto en que no debemos clasificar a las personas. Pues será que debe ser así, pero por aquí andamos en 0,58 cuando Europa está en 0,26. Qué bien. ¿Respecto a qué? Pues no me digáis, que no me acuerdo muy bien. Disculpas.

Luego seguimos blogueando si en los talleres reinventamos el fuego y hay enchufes, que todo puede ser.

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3 comentarios

Roberto Carballo 05/03/2008 - 14:35

Cuando sea mayor (sic) me gustaría ser consultor artesano, por ahora no paso de investigador. Ya sabéis que os sigo. Roberto Carballo (www.robertocarballo.com)

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Iñaki Ortiz 05/03/2008 - 18:30

Espero que nos contéis más cosas sobre el taller. La desconexión de mucha gente con las ya menos nuevas tecnologías es llamativa. Sobre todo, cuando se trata de la élite del management y de las instituciones públicas. Pero en esas estamos. Supongo que recién comienza la transición. Y a algunos ya les ha pillado pelín tarde.

Con respecto a la dimensión, parece ser que en esto el tamaño sí importa. Me quedo con el modelo de artesanía en red.

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Julen 08/03/2008 - 11:18

roberto, compartimos interés, no cabe duda.
iñaki, seguiremos escribiendo sobre este asunto de la jornada del miércoles. Da para mucho.

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