Propiedad intelectual consciente o inconsciente

by Julen


Aunque Alfonso Vázquez nos anime a darle una vuelta de rosca más y llegar a las causas de las causas (agradecemos la insistencia), creo que una de las grandes revoluciones de la gestión empresarial hoy en día tiene que ver con la reconceptualización de la propiedad. Intelectual, emocional, contractual y de muchas formas más. Y en esto las tecnologías nos han dinamitado los cimientos.

La propiedad enorgullece y genera compromiso con lo que uno tiene. Pero quizá mirarse mucho al ombligo produzca graves patologías en una sociedad que camina también con modelos abiertos.

Cuando hablamos de nuestras queridas fábricas, las de la primera transformación económica en palabras de Pedro Luis Uriarte, hemos tratado de utilizar el concepto de «propiedad» para generar compromiso. El «sentimiento de propiedad sobre las instalaciones» ha sido aludido una y otra vez. Si algo es tuyo te vas a ocupar de que esté en las mejores condiciones. Así que el modelo era el de «como si fuera tuyo».

En las empresas las patentes han representado la forma en que «proteger» lo que creían que era suyo: las pócimas secretas. «Proteger» habla bien a las claras del modelo mental imperante: tengo que protegerme porque me vas a hacer daño. Me protejo cuando percibo una amenaza. Así, intelectualmente también, acabo por proteger mi conocimiento, no vaya a ser que quieras hacerme cosas malas con él.

No obstante, a veces, me parece que la protección se activa por pura inercia. Que no hay maldad alguna en el asunto. Puro desconocimiento peligroso. Sin pensarlo demasiado, toma «c» de copyright. ¿Por qué? Porque sí. La típica respuesta producto del sistema. Alguna razón habrá, pero a mí no me preguntes.

Sin embargo, cuando observas a muchas personas empeñadas en difundir su pasión, su convencimiento, sus ideas, sus puntos de vista, lo que han «parido», entonces no entiendes nada. ¿Cómo es posible una «c» de copyright cuando quieres que tu mensaje se divulgue? Estoy leyendo «La estrategia del océano azul» de W.Chan Kim y Renée Mauborgne. ¿Son conscientes estos autores de que su libro publicado por Granica dice lo que dice? O sea, bien claro y alto. Versión simple:

Reservados todos los derechos, incluso el de reproducción en todo o en parte en cualquier forma.

¿Qué hago? No reproduzco ni una coma de lo que dicen. ¿Es eso lo que pretenden? Leyendo Freakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner:

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

¿Y qué decir de Un nuevo estilo de relaciones? Sí, esa forma diferente de Koldo Saratxaga de compartir un proyecto basado en personas. Pues una variante más de la misma barbarie:

Todos los derechos reservados.
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual. (arts. 270 y sgts. Código Penal).

Uno no sabe si es ignorancia, dejadez, lujuria o un acto intencional. La «c» del copyright también alcanza, por supuesto, a sitios web como el de Ángel Arboníes o a presentaciones tan apasionadas como la que nos hizo Rosana Agudo en el Foro Itaca acerca de la empresa consciente. ¿Es porque sí?

Quizá haya que recorrer el primer paso del aprendizaje: hacer consciente la incompetencia. ¿Sabes que hay fórmulas alternativas para compartir tu conocimiento? Prueba a licenciar tu obra de otra forma, por favor.

La foto en Flickr es de Peter Ford.

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11 comentarios

Acido 04/02/2008 - 16:28

Hola, enhorabuena por el blog.

Yo últimamente estoy intentando sacar las tendencias clave, conceptos básicos a ser posible novedosos que definen la sociedad actual.

Y uno de ellos sería la Apertura / Transparencia. Otros serían Prosumo («que lo haga la gente»), colaboración, globalización, inteligencia emocional, Low Cost, meritocracias, Long Tail…

El libro «The naked corporation», de Don Tapscott y D. Ticoll, trata sobre este tema (Apertura / Transparencia … en las empresas). También «Wikinomics» de Don Tapscott y A. Williams trata el tema ya que lo marca como uno de los 4 principios fundamentales de la wikinomía.

Aquí un post:
http://islamanzana.es/tendencias/claves-prosumir-que-lo-haga-la-gente/

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Javier Vizcaíno 04/02/2008 - 19:56

Veamos:
Cinco personas comparten piso de estudiantes. En la nevera siempre hay de casi todo. Cuando algo está a punto de terminarse, hay alguien que repone existencias. Todo es de todos. Hay un compromiso tácito o expreso para que eso ocurra.
Cuatro de los cinco estudiantes lo respetan. El quinto, sin embargo, tiene SUS huevos, SUS batidos, SU loquesea perfectamente marcadito… pero cuando no tiene algo, echa mano de lo de los otros cuatro, argumentando que todo es de todos.
¿Cómo se soluciona esto según la empresa abierta?
Me temo que esa protección es, en muchos casos, la respuesta a haber pasado por el pito de un sereno.
¿Qué harías, Julen, si te enterases de que alguien va dando conferencias a seiscientos euros el cuarto de hora con todo este material que nos regalas… por supuesto, sin citar la fuente o, incluso, escondiéndolo?
Yo soy partidario del intercambio sin barreras… pero últimamente me estoy encontrando con demasiadas personas que sacan ideas de todas partes menos de su cabeza. Y cansa un poquito, qué quieres que te diga…

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Julen 04/02/2008 - 20:44

acido, se ve que manejamos referencias similares, compañero. Nos leemos.

Javier, creo que equivocas el disparo. Pacífico, por supuesto, aunque con esa metralleta de tu blog, no sé, no sé.

¿Hay más aprobetxategis que gente decente? Lo digo porque la conducta la adecúas a la parte chunga de la raza humana. Y la consecuencia será que todos perdemos. En teoría de juegos hay mucho analizado para bucear en las razones de por qué los humanos cooperamos o competimos.

Sin embargo, cuando hablamos de contenidos fácilmente reproducibles (los digitales), la perspectiva cambia de forma radical debido a esa facilidad de intercambio. Las barreras han caído. Si tu interés es el derecho a que te citen, licencia de esa forma tus contenidos pero olvida ese estúpido copyright que a duras penas vas a poder ejercer y que conduciría a que casi nadie dijéramos nada de nadie porque nos saltamos la ley.
Si a un comportamiento fraudulento con la comunidad le sigue una práctica más restrictiva entramos en plena carrera de la rata: a cual más mísero.

Reutilizar conocimiento es fantástico, sobre todo cuando lo devuelves a la comunidad. Y en el camino que se quede la hipocresía y la ruindad de querer colocarle candados a lo que nunca podrás encerrar.

Si me das tu manzana y yo te doy la mía, tú y yo nos quedamos con una manzana. Si me das una idea y yo te doy otra, los dos tenemos no sólo dos ideas cada uno, sino nuevas posibilidades de generar más conocimiento. No lo hagas más difícil, ¿vale?

Por cierto, ten cuidado que en tu último artículo andas con la botella medio llena. Yo que tú me lo hacía mirar 😉

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Acido 04/02/2008 - 20:58

Javier, sobre lo que dices… (y sobre lo que dice Julen de los copyright en los libros) yo creo que la solución está en las licencias y la justicia.

Si eliges una licencia que dice claramente que se puede usar unos contenidos (un blog o lo que sea) siempre que se cite claramente al autor… pues debe citarse (y si no se cita o se hace de manera muy oculta habría que denunciarlo). Hay licencias que obligan no sólo a dejar claro quien es el autor (dándole publicidad, algo es algo) sino la prohibición de ganar dinero con ese trabajo.

De todas formas, sea cual sea la licencia (incluso el copyright más restrictivo) existe lo que se llama derecho de cita. Yo puedo hablar de Julen y su blog, o del libro «Freakonomics»… si sólo nombro ideas y frases sueltas, citando a los autores y el nombre del libro, estoy en mi derecho. De lo contrario sería absurdo: lees algo y desde ese momento estás incapacitado a hablar de esas ideas o citar cualquiera de esas frases. Sería como matar el pensamiento, casi.
Creo que está claro que aparte de una fórmula arcaica, toda esa parafernalia del copyright es simplemente para que no se fotocopie el libro entero o un capítulo entero. Cualquier extracto de menos de una página yo creo que entra dentro del derecho de cita. (y no soy experto legal pero creo que es un límite lógico y que cualquier juez estaría de acuerdo, más si se cita la fuente)

Además, seguro que hay leyes diferentes según el lugar… y el mensaje de copyright lo ponen lo más restrictivo posible (ellos sabrán) y luego en cada sitio se ignora una parte de esas restricciones u otra (o ninguna quizá).

Respecto al ejemplo de la nevera, yo no dejaría que uno nos tocara los huevos a todos… Una vez identificado por todos claramente al culpable, hay varias formas de solucionarlo. Una manera elegante: hacerle el vacío, ya sea largándose a otro piso o echándole por unanimidad… Otra manera: hablar con él, etc.
Lo que yo veo claro es que colaborar y ser abiertos es positivo… y si alguien lo intenta aprovechar en contra de la comunidad se le castiga. Es sencillo.
Tampoco digo que se aplique a todo-todo y siempre-siempre, pero creo que es mejor remar todos en una misma dirección, en el mismo barco, que hacerlo cada uno por su lado o echando carreras y ocultándonos cosas.
Habrá alguno que vaya de listo y se le echa del barco.

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M@k, el Buscaimposibles 04/02/2008 - 23:32

Creo que en estos casos los protagonistas se olvidan de que somos amos de nuestras palabras mientras no las expresamos, y a partir de ese momento somos, o deberíamos serlo si algo de caballerosidad aún existiese, sus esclavos. Ojo, los protagonistas no tienen por qué ser los autores, pero sobre el mundo del libro, mejor preguntarle al jedi Txetxu. A «acido»: totalmente de acuerdo en que no haya uno que nos toque los huevos a todos 😉 A Javier: ¿cinco estudiantes en un piso? Se nota que somos del baby boom, apostaría a que ahora no encuentras en Lejona (al menos) ni uno de esos pisos, en el mío somos 4 y no compartimos mujer porque no tenemos 😉 (Vamos, veo a uno empezando a etiquetar sus cosas y…). Uy, me callo antes de seguir diciendo más incorrecciones políticas…

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Javier Vizcaíno 05/02/2008 - 01:33

Julen: Mi forma de hacerlo más fácil es no engañarme en el solitario. Si tienes un cáncer y lo diagnosticas como resfriado sólo porque eres muy optimista, no ayudas nada al enfermo. Ese diagnóstico duro de escuchar le puede salvar la vida. Lo otro le aliviará… durante un rato.
Soy más partidario de la solución de Ácido o de la Mak: al «lima» hay que hacerle el vacío y, si eso falla, atizarle unas collejas… morales por supuesto.
¿Intercambio de ideas? Cuando y donde quieras. Yo hasta las regalo. Lo que me preocupa es que mis bien intencionadas ideas acaben siendo utilizadas para malos fines. O sea, que ya me jodería que si yo descubriera cómo multiplicar panes y peces con la intención de acabar con el hambre, viniera un listo y, tras patentar la idea, se dedicara a vender cada pan a tres euros y cada pez a quince.
Un dato más sobre la maldad: no hay que medirla cuantitativamente sino cualitativamente. 99 personas no utilizarían un arma; una sí lo haría. La bondad gana por abrumadora mayoría, pero no evitaría que el otro se cepillase a unos cuantos. Lo siento, pero no tengo alma de cuáquero…

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Txetxu 05/02/2008 - 06:49

Límites de la propiedad intelectual: aquí

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aitortxu 05/02/2008 - 09:10

Se debate entre los limites de la propiedad intelectual y su derecho de uso, el reconocimiento y los límites del uso de esa intelectualidad por parte de la comunidad. Mas bien, porque es casi inevitable esa «capilaridad»( sorry por el palabro), y ya puestos, ¿por que no tirar de ella para generar nuevo intelecto?..
Recuerdo una conferencia donde escuché a un ponente «apoderarse» de un concepto creado por otro, pero le dió muchos nuevos matices y bastante más profundidad, creo que verdaderamente maduró ese Copyright y consiguió que muchos más disfrutáramos del mismo.
Además tarde o temprano se coge al «mentiroso-aprobetxategui» que al cojo…

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GUILLERMO DIAZ 05/02/2008 - 17:15

No pongamos puertas al campo.

Ciertamente hay una Ley de Propiedad Intelectual que reconoce determinados derechos al autor de una obra intelectual. En base a ella, jurídicamente, habría de respetarse el copyright.

No obstante, ha de hacerse constar que el derecho avanza a un ritmo muchísimo mas lento que las nuevas tecnologías, web 2.0 y sociedad en general.

Por tanto desde el momento que salimos a la sociedad del conocimiento y compartimos nuestras ideas con otros, hemos de asumir que estas ideas van a ser utilizadas por esas otras personas.

Para finalizar, diría que la propiedad intelectual en la sociedad de la información ha de tener dos límites claros:
Uno el etico, y de ahí que sea justo que se cite quien es el autor.
Otro el económico: y por tanto yo no puedo hacer negocio y lucrarme mercantilmente con la obra de otro.

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Alorza 05/02/2008 - 18:54

Bárbaro, Julen. Efectivamente, la c de Copyright se coloca «por defecto». Incluso flickr lo hace. Incluso suele aparecer en los pobrepoints que hacenos en mi oficina (salvo que me dé cuenta y la expurgue).

Javier, creo que lo de la nevera no se parece nada a esto. Y, ya que algunos os ponéis en plan confesión, diré que me jacto de ser un aprobetxategi digital. Mi patrona es Santa Ana Rosa Quintana, mi combinación de teclas favorita es ctrl+c y siempre que puedo hago uso de lo que otros han pensado y parido. Eso sí, procuro citar la autoría, aunque a veces ni puedo seguirle la pista al meme que me ha infectado el pensamiento.

Mi mayor ilusión es que otros hagan uso también de mis ideas y que, de vez en cuando, se acuerden de citarme.

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Consultoría artesana en red » Sobre las empresas y la propiedad intelectual 27/11/2011 - 09:06

[…] Propiedad intelectual consciente o inconsciente […]

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