Long tail, consumo desbocado

by Julen

He estado releyendo el archifamoso libro de Chris Anderson en torno a la economía de la larga cola. Por muy best seller que sea a mí me ha traído muchas ideas y creo que cualquier persona metida en analizar comportamientos de mercado y que trate de comprender cómo deben comportarse las empresas, debería leerlo.

Cierto que todo el libro está enfocado hacia las empresas de contenidos y que ahí es donde la economía long tail cobra su auténtica dimensión. Cuando Anderson compara al minorista físico (la tienda de discos de toda la vida) con el minorista digital (la que sólo tiene los soportes digitales) no hace sino poner encima de la mesa la locura que supone un espacio de almacenamiento que tiende a infinito.

En este nuevo espacio digital, no hay camiones que salen cargados de fábrica. Las autopistas de la información suponen otro tipo de tránsito donde el ancho de banda es lo que cuenta. Esta forma de entender un negocio nada tiene que ver con quien deba cargar un camión que esperan en el muelle de expedición.

Pero dicho lo anterior y vistas las enormes posibilidades de los mercados digitales, no está de más una reflexión anterior: estamos enloqueciendo con el consumo. Funky Business desbocado, Funky Business For Ever. Los suecos Nordström y Riddestrale nos invitan a aprovecharnos del capitalismo. Antes había catedrales y hoy grandes centros comerciales. No pasa nada, estamos en la economía de la abundancia. Y si es digital, ni te cuento.

Sé que otra vez no hago más que de cascarrabias, pero después de repasar lo mucho e interesante que cuenta Chris Anderson y pasar una semana en la isla de El Hierro, te das cuenta de que el consumo desbocado guía nuestras vidas. Aunque seguro que yo no doy buen ejemplo, prefiero decirlo alto y claro: quizá debiéramos replantearnos toda esta bacanal de consumo que parecemos aceptar sin rechistar. Claro que si formáramos parte de esos 2.000 millones de personas sin electricidad quizá no estábamos hablando de ello.

Por eso quizá deberíamos reivindicar un valor poco escuchado: la austeridad.

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8 comentarios

Javier Vizcaíno 17/02/2008 - 19:24

Recuerdo que propugnaste la austeridad en MQP y yo me sumé a la idea… como se suma alguien a algo que sabe que, en el fondo, es algo frente a lo que no se va a tener que poner a prueba en un plazo corto.
La auténtica austeridad nos vendría dada por una situación de vacas flaquísimas. Mientras tanto, seguiremos consumiendo y autojustificándonos o, simplemente, comparándonos con quien despilfarra a manos llenas.
Los que tenemos un curro decente y un sueldo razonable solemos ser austeros de boquilla. «No, yo sólo me compro dos o tres libros al mes…» Ya, pero cauda uno de esos libros cuesta veinte euros. Una teleoperadora, que cobra ochocientos al mes, no puede permitirse ni siquiera esa austeridad ni, desde luego, pasar una semana en Las Landas…
(Ya ves que puedo ser más cascarrabias que tú… 😉

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Carme 17/02/2008 - 19:39

Plas, plas, plas

La verdad que espero que nos demos cuenta de que unas tecnologías que suponen cambios tan importantes, tan profundos, deberían hacernos plantear (como mínimo plantearlo!) la posibilidad de crear sistemas alternativos al actual y no continuar con «más de lo mismo».

El mes pasado, TV3 emitió un documental del que me apunté unas frases:

Si mantenemos el modelo consumista no es tanto para satisfacer nuestras necesidades sino para mantener el sistema que nos pone el plato en la mesa. Porque si consumes menos, paras la maquinaria económica, y se genera desempleo. Esto es ir en contra de todos, porque tendremos menos trabajo y nos costará más tener el plato en la mesa… Pero necesitamos desesperadamente encontrar otra forma de poner el plato en la mesa.

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Josu Orbe 17/02/2008 - 20:48

Has tocado un tema que últimamente es recurrente en la máquina del café y hasta en las comidas familiares.

Hace unos días recogía en un post las reflexiones de Jose Mari Ormaetxea veterano de MCC que, entre otras cosas hablaba de este tema de la austeridad y planteaba que estamos llegando a un punto de descreimiento donde el tener más cosas no aporta mayor felicidad. Creo que vivimos en un limbo
donde hemos cambiado la misa dominical por el sabbath en el Hiper.
No sé si será un tema cultural o educativo, pero cuando sales fuera y visitas Francia, Holanda, … ves que las cosas parecen más sencillas, están bien organizadas y quizás no hacen falta tantas cosas para vivir.
De hecho, ¿creeís que el anuncio de Caja Laboral en que sale Andoni Agirregomezkorta (un tipo de aquí, jugando con la palabra tipo con su doble significado de persona e interés bancario) tendría sentido en cualquier otro país de Europa?

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M@k, el Buscaimposibles 18/02/2008 - 00:12

Ánimo Julen, también yo estoy contigo, e incluso un gurú más antiguo que esos tuyos. ¿No era Séneca un estoico, y un valor de éstos la austeridad?

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Aitor Bediaga 18/02/2008 - 10:52

Yo también soy de la opinión que la austeridad es un valor que deberíamos volver a retomar en la sociedad actual. Pero seamos realistas (que no de la Real ;-)). Como decía Carme, debemos mantener girando la rueda para que este sistema se sostenga y «tengamos el plato encima de la mesa». Creo que es muy difícil salir de esta espiral. Más que austeridad, lo que debemos promulgar es raciocinio a la hora de consumir. Un poco de sentido común y ver si podemos (en base a nuestros ingresos) permitirnos ese consumo.

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Willy Uribe 18/02/2008 - 17:29

¿Consumir menos para que otros consuman un poco más? Desplazar el consumo ¿Sería eso posible?
Un centro comercial occidental es como una catedral, y también un almacén sin fondo.
Una vez, de viaje por un país con grandes problemas de pobreza, enseñé unas fotos de mi casa a una familia que me invitó a cenar. Lo que más les sorprendió fue la cantidad de cosas que había en las paredes; baldas, cuadros, libros, fotos, adornos, recuerdos…
¿De veras usáis todas esas cosas? Me preguntaron.

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aitortxu 18/02/2008 - 17:35

Austeridad 2.0 ó Open Austerity:

Austeridad a la que contribuimos todos, mediante la reflexión y la puesta en marcha de acciones que contribuyen al beneficio del conjunto. Creo que mas que Séneca e incluso antes, los Cínicos, como Diógenes de Sínope, daban un «pelín» exagerado ejemplo de austeridad. ¿Se puede pasar de una de doble suspensión a una rígida? yo no …

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Germán 18/02/2008 - 23:45

Esto me recuerda las declaraciones del presidente del parlamento cubano ante una pregunta de un alumno: Si todos viajáramos, la «trabazón» en el aire de los aviones sería inaguantable.
No soy muy optimista, pedir que renunciemos a lo que está a nuestra disposición no me parece un camino, porque los que van a renunciar van a ser solo una minoría.

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