La motivación la traes de casa

by Julen


Va a ser casualidad, pero lo estoy escuchando con demasiada frecuencia. Entiendo que refleja el fracaso de la empresa para hacer algo digno en torno a la motivación de las personas. Pero también creo que refleja algo simple: nadie mejor que tú para engancharte… a lo quieras. Nadie puede usurpar ese papel, que te corresponde a ti y sólo a ti, sin ninguna duda.

Si tomamos esto como punto de partida y tú eres quien tiene la llave de tu motivación, ¿a qué tanto plan de reconocimiento edulcorado en las empresas?, ¿a qué tanto darle vueltas y vueltas? ¿No sería más sencillo comenzar preguntándote por aquello que te motiva?, ¿no sería más sencillo comenzar preguntándoles por aquello que les motiva? Puede ser el primer paso para ver si somos capaces de construir las condiciones para que «eso», sea lo que sea, suceda.

En el fondo tiene que ver con la confrontación persona/empresa. Hasta ahora la voz cantante la lleva la empresa. Ésta es la que dice: «este el proyecto», «estos son los valores», «estos son los objetivos», «esta es la forma en que queremos que te comportes». Pero, claro, se lo están diciendo a personas que, cada una por separado, es posible que venga con «su proyecto», «sus valores», «sus objetivos», «su conducta». Y mediante un ejercicio de reducción imposible de la complejidad, allá que vamos: aquí en esta empresa tenemos un único proyecto y hay que poner en marcha toda la maquinaria disponible para convencerte de que debes alistarte. Ardua labor.

Pero, ¿hay alguna otra forma?, ¿puede una empresa permitirse no disponer de un proyecto, de unos valores o de unos objetivos que amalgamen conductas? Difícil que no sea así, ¿verdad? O sea, que llegamos a una paradoja que echa sal a la herida: la diversidad humana frente a la empresa homogénea. Y, sin embargo, la empresa comienza a reconocer que la motivación más poderosa es la que trae cada persona bajo el brazo cuando está manos a la obra con su proyecto personal. Y las empresas también dicen que su fuente mayor de competitividad está en esas personas. Pero no, no se dan las condiciones.

Frente a esto, ¿cómo actuaría una empresa abierta? Desde luego que el punto de partida es dar la vuelta a la conversación inicial. La empresa debe explicar los límites y ciertas características básicas del proyecto. Incluso puede explicar sus ilusiones, las que considera que sus personas comparten. Pero a partir de ahí:

  1. Calla y escucha. Escucha el proyecto de la persona que está enfrente.
  2. Y pregunta, pregunta porque quiere conocer cuál es tu proyecto.
  3. Y entonces dialoga sobre posibles puntos de encuentro. Hay que explorarlos.
  4. Y quizá lleguemos a encontrarnos.
  5. Cuando se produce el encuentro, ¡impresionante! Aportas tu motivación y la empresa la suya.


Al igual que el conocimiento, la motivación pertenece a cada persona. Cada cual sabe cuánta trae de casa cuando llega a trabajar por la mañana. La mayor parte de las personas deja grandes cantidades allá fuera para sus proyectos personales, donde encuentra satisfacción intrínseca. Mientras sigamos así, las empresas siguen estando mutiladas. Les falta alma.

La semana pasada, tras una de las conferencias en los parques de aislamiento, me preguntaron por la motivación, por cómo enganchar a la gente para comenzar a trabajar de la forma en que explicamos en nuestro modelo de empresa abierta. Me comentaron que se trataba de una empresa pequeña, de diez personas. ¡Qué suerte tienes! Puedes empezar a preguntar por los proyectos personales. Más complicado lo tienen quienes han reunido a cientos o miles de personas. Así que tú puedes empezar la casa por los cimientos. Si descubres los puntos de encuentro de sus proyectos y los de la empresa, ¡bingo! Pero, eso sí, quizá te des cuenta de que debes girar el rumbo de tu empresa.

Y, claro, también puedes seguir con lo de la cesta de Navidad. Hermoso reconocimiento, sobre todo para mi madre. Complejo el mundo de lo que engancha a los humanos. Qué suerte que así sea.

Technorati tags |

Artículos relacionados

11 comentarios

mpiryko 02/12/2007 - 18:22

De casa, uno lleva la capacitación, que se ha sufragado cada uno, o la familia o un tercero.
La motivación del que sale de casa, son los fréjoles, ahora transformar la motivación de las habichuelas en proyectos, debe de ser tarea de un líder, de un gestor de grupos. Sin promover ideales, sino AUTéNTICOS VALORES y complicidad.
¡Salud!

Responder
Lula Towanda 02/12/2007 - 18:28

Tienes mucha razón, la motivación viene de serie en las personas.
La cantidad de esfuerzo que es capaz de desarrollar una persona cuando está motivada está totalmente desaprovechada por las empresas que creen aún en el palo y la zanahoria.
Pues no, no todo es el dinero de los incentivos, hay personas que ya tienen pagada la hipoteca y que como en la copla de Maria de la O dirían:

mi vía y mi oro
daría yo ahora por ser lo que fui.

Responder
Alorza 02/12/2007 - 22:26

Me ha gustado mucho este post. Curiosamente, en una mesa redonda, hace un año, pronuncié yo la frasecita de marras, o una muy similar. En aquel momento, sonó un tanto provocadora, pero a continuación dio una charla Josetxo Hernández, de ASLE y él volvió a insistir en que hay que venir a trabajar motivado.

En mi caso, y en el de Josetxo creo que también, lo entendíamos en la misma línea de tu post: «nadie mejor que tú para engancharte a los que quieras». Me parece que has estado muy lúcido sacando las consecuencias de esta sencilla afirmación.

Responder
Ali 03/12/2007 - 15:05

En una asignatura de la carrera en la que enseñaban gestión de equipos una de las primeras cosas que enseñaban es que a los ingenieros le encanta construir. Y generalmente, si un ingeniero no produce no es porque no esté poco motivado sino porque está desmotivado, porque la empresa lo ha desmotivado.

Muy en la línea de las corrientes pedagógicas que dicen que a los niños no hay que despertarles la curiosidad, sino, simplemente, no matársela. Y por supuesto, muy en linea con tu post de hoy. 😉

Responder
Javier Vizcaíno 04/12/2007 - 01:14

Mecachís, que ya estoy discrepando otra vez…
No creo que la empresa tenga que motivar. Otra cosa muy distinta es que tampoco puede, bajo ningún concepto, desmotivar. Ahí está el matiz, que diría Cantinflas.
Obviamente, lo dicho no vale para un curro de a ochocientos euros mensuales con las extras prorrateadas.
Pero que haya que motivar a un mengano o a una mengana que se arrampla tres mil euros cada treinta días -dietas aparte- me parece que es un poco mucho. Y ya, si hablamos de curros como el de un servidor (cuentacosas o periodista) con una altísima componente vocacional… buahhh. Si no traen de casa la motivación esos, es como para hacerles copiar la guía telefónica.
¿No os llevan los demonios cuando veis a un niñato que da patadas a un balón (y cobra por ello lo que no nos gastaremos en diez vidas) diciendo que le falta motivación? Pues que devuelva la pasta, no te joroba…
Desengáñate, Julen… o haz la prueba con tus alumnos/as. El noventa por ciento de las personas a las que les pidas que te digan qué les motiva, se encogerán de hombros. De los restantes, un cinco por ciento te dirá con toda su cara que rascarse los sobacos. A ver qué haces con el otro cinco por ciento.

Responder
aitortxu 04/12/2007 - 11:51

Motivación en la empresa privada? Motivación en la empresa pública?
Motivación entre los funcionarios?
Eso si que tiene bemoles.

Primero liderazgo y luego el resto. Hay tantos desmotivadores que ya no vale solo la motivación propia, tienes que encima motivar a los demás, xk quieras o no vivimos con otras abejitas… y no todas quieren volar a buscar nuevas florecitas…

Responder
aurzelai 05/12/2007 - 22:14

Creo que preguntar a la gente por lo que les motiva y por sus proyectos personales es una iniciativa muy interesante. Y que las respuestas estén alineadas (por lo menos en parte) al proyecto empresa sería lo ideal. Ahora bien, también creo que podemos correr el riesgo de, al preguntar, generar expectativas en la personas que luego no podamos cubrir por los frenos que pueda imponer la propia organización.
Por otra parte, el día que cobremos la nómina, no estaría mal mirar a otras partes del mundo para reirnos (o mejor llorar) de lo motivados que estamos.

Responder
Bengoetxe 09/12/2007 - 20:37

Me ha gustado mucho la frase. Es muy sugerente. Hay que hacer todo lo posible por divertirse en el trabajo. A mí lo que me cuesta es levantarme pronto.

Responder
Carlos 12/12/2007 - 11:00

Soy quien te hizo la pregunta al final de las ponencias, y te doy las gracias por contestarla a través de tu blog.

Efectivamente, intentaré basarme en ejemplos de tareas que hacen normalmente en su trabajo y puedan ser mejoradas gracias a la colaboración. Empezaré por mostarles en una presentación general de qué va la tecnología (sea mapas mentales, wikis o RSS) pero luego sin falta iré a su puesto para buscar con ellos aplicaciones prácticas para su labor diaria. Espero tener suerte 🙂

Responder
Consultoría artesana en red » Yo involucro, tú te involucras 09/03/2011 - 05:57

[…] recurrir a aquello de que la motivación la traes de casa y que la organización en la que trabajas sólo debería tratar de no joderlo todo, con perdón. […]

Responder
La motivación secuestrada | Pensamiento Estratégico 31/05/2016 - 16:43

[…] acuerdo en que la motivación la traes de casa, pero seguro que más de un@ coincidirá conmigo en que, a veces, hay quien la tiene secuestrada y […]

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.