En los más de dos años y medio que escribo en este blog nunca había sacado temas de denuncia relacionados con Urioste (ver ubicación en Tagzania), el barrio donde viví de pequeño. Y no será porque no hay motivos. Allí sigue viviendo mi madre, en San Antón, que es en sí mismo otro barrio dentro de Urioste. Tengo que reconocer que yo no hice demasiada vida de barrio, en parte porque desde 4º de EGB (tiempos aquellos) me llevaron a estudiar a Barakaldo y eso cortó buena parte de mis lazos con Urioste. Pero allí están mis recuerdos y fue mi primer barrio, además de este otro que aquí hemos construido.
El caso es que casi todos los domingos suelo ir a comer a casa de mi madre, tupperwares a tutiplén. Ya veis, hermosas tradiciones. Así que allí me entero de lo que se cuece en Urioste o en San Antón. Mi madre es algo así como la portavoz oficial del barrio. Creo que es la más famosa de la familia. Al menos si tenemos en cuenta sus intervenciones en televisiones locales. En su momento ya cortamos la carretera a cuenta de la velocidad de los coches que pasaban por el barrio y ahora creo que se puede cocer otra similar.
San Antón es un barrio humilde. A ambos lados de lo que antes era una carretera que sólo veía pasar los coches que iban y venían hacia la General Eléctrica, hay casas construidas en la primera mitad del siglo pasado. Casas sencillas, de gente trabajadora. Antes muchas familias tenían sus animales para completar una economía familiar que también se mantenía del trabajo en las grandes fábricas de la zona: la General, la Balco (Babcock Wilcox), los astilleros, los Altos Hornos, etc. Hoy apenas si hay animales. Ahora hay, sobre todo, camiones.
Pues bien, aquel tranquilo barrio ha sigo engullido por un progreso desbocado. Digo progreso pero dudo mucho que lo sea. La carreterita tranquila ha pasado a ser la carretera de los camiones. Hace unos años hubo que luchar para que pusieran pasos de cebra y límites de velocidad a 30 km/hora. Ahora el problema, el gran problema, es el paso incesante de grandes camiones.
Tras mucho pelearlo, los vecinos por fin lo consiguieron. Desde el 1 de octubre pasado, el Ayuntamiento prohibió el paso de camiones de más de 10 toneladas. Instalaron las señales. Gozo y alegría. Se acabó el paso de los camiones. Pues no. Hoy es 2 de diciembre. Los camiones siguen pasando.
En plan comprensión absoluta, el Ayuntamiento «amenaza con multar»a los camioneros. El pasado 14 de noviembre ETB2 se hizo eco del problema, al igual que lo hizo el periódico Deia. Con el ruido llegaron los municipales. Avisaron a los camioneros y a algunos les hicieron dar la vuelta. Nada de multas, según parecía. Avisos, sólo avisos. Pues bien, se van los municipales, vuelven los camiones. En esta última semana, los municipales prácticamente desaparecidos. Los camiones siguen pasando. Según estadística de mi madre, en una sola tarde más de 40.
Las señales están puestas. Los camiones siguen pasando. ¿Qué podemos hacer los vecinos? Una alternativa es esperar y no hacer nada. Dejar que la carretera se termine de estropear (ver grietas) y esperar a que haya algún accidente. Esto suele funcionar. Aquí en Bilbao tuvimos el caso de un semáforo en Basurto. Un par de niños muertos y asunto arreglado. Puede ser una alternativa allí en San Antón. De esta forma Ortuella seguirá en el recuerdo por las tragedias con sus niños.
A día de hoy Transdeco, una de las empresas de transporte cuyos camiones pasan por el barrio, sigue diciendo en su web que el camino para llegar a su parque de contenedores es atravesando la prohibición (pinchar en «desde Santander»). Así, sin más. Hay señales de prohibición para camiones de más de 10 toneladas. Pues a ellos les da igual. Y al Ayuntamiento más aún, según parece. Dos meses es mucho tiempo para reírse de los vecinos, que ven cómo hay señales pero los camiones siguen pasando, para mayor frustración de quienes viven allí.
Esta es la Administración local, inepta y lenta. Conceden permisos para instalar parques de contenedores y generar el tráfico de camiones pesados por barrios de sus municipios. Así de simple. Provocan problemas donde no los había. No es que solucionen, no. Al contrario, crean los problemas.
Supongo que a través de la Asociación Vecinal se tomarán medidas. ¿Qué puedes hacer cuando llevas dos meses viendo cómo este Ayuntamiento de Ortuella (por cierto, web en construcción a fecha de hoy, 2 de diciembre de 2007) es incapaz de hacer respetar las señales que ha puesto? Eso sí, son capaces de cobrar 40.000 euros de más por un «error de cálculo» que llevó a subir en un 80% el IBI. Ver para creer.
De momento estos son los hechos. Seguiré contando por aquí lo que hace este impresentable Ayuntamiento.
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5 comentarios
¡A las barricadas, a las baricadas! Me apunto a cortar la carretera y a toda forma de protesta pacífica.
Julen, leo tu post y lo encuentro asombrosamente parecido al problema que tenemos aquí en mi barrio de Santiago. Resulta que desde hace ya muchos años se prohibió el transito pesado, pero muchos no respetan las ordenanzas, hacen la cortada entre dos accesos a la ciudad para evitar dar una vuelta mayor. Así ya llevamos varios muertos, el último un jovencito de 17 años que regresaba de la escuela en su moto vehículo, un tranporte de materiales con más de 35 toneladas de áridos lo arrolló al mandarse por una calle de menos de 6 mts de ancho que no está preparada para ese tipo de tránsito.
Las autoridades están y no están. Los vecinos nos sentimos abandonados. ¿Que más se puede agregar?
Saludos Santiagueños.
En el barrio de San Adrián de Bilbao pasa algo parecido. Aparte de las hormigoneras de la cementera, ahora, con las obras de la Supersur, grandes camiones pasan por donde los alumnos y alumnas de primaria de Pagasarribide Eskola hacen cuatro recorridos al día.
Hasta que pase una desgracia.
Enuncias, pronuncias y luego denuncias. Una sana costumbre.
¡Salud!
Gracias a todas/os. Seguiré informando de la evolución de todo este asunto.