La semana que viene compartiré reflexión sobre estándares en el wikiST (pdf del programa) que organizan en Madrid los días 18 y 19 de diciembre. Estas jornadas continúan las del año pasado en blogAUT y que entonces centraron su atención en la autoridad. Adolfo Estalella y Antonio Lafuente nos han pedido para esta edición una reflexión sobre «estándares» de acuerdo con el lema de los talleres: Producción ciudadana de estándares. Allá va. La comparto por si queréis incorporar vuestras reflexiones.

Estándar, lo que sirve como tipo, modelo, norma, patrón o referencia, según la RAE. Es de esas palabras que siendo sustantivo adquiere en muchas ocasiones función adjetiva. Así que no sólo puede «ser algo» sino que puede «asignarse como forma de describir algo». Quizá tenga que ver con su doble cara. El estándar es necesario por un lado, pero puede convertirse en un pequeño monstruo si adquiere demasiado poder.

El lenguaje necesita un estándar. Es lo que de forma común nos sirve para comunicarnos. Y parece que es necesario. Difícil contraargumentar. En Inglaterra el lenguaje estándar es el de la BBC. Las personas lo van conformando, pero llega alguien que ha adquirido poder y autoridad. Se lo han conferido los usuarios o se lo ha sabido ganar. También aquí la frontera es complicada de establecer.

Nosotros tenemos aquí el euskera batua, el que Euskaltzaindia se encarga de mantener como punto de conexión lingüística (me refiero a la función comunicativa de todo idioma) entre quienes hablan euskera. Se decía que la comunicación entre valles geográficos podía estar limitada por el uso de diferentes variantes del euskera. No sé si llegaría a tanto, pero cada valle quizá tuvo su peculiaridad y no sé hasta qué punto la quiso mantener. Ahora existe el euskera estándar. Servir a dos amos a la vez, de nuevo asunto complicado.

Si miramos hacia el futuro, siglo XXI, el euskera batua del planeta Tierra es el inglés. No sé si al inglés de la BBC o al inglés del imperio americano. Pero inglés mediante, la comunicación se hace posible. Y qué dolor de globalización.

Si miramos a lo digital, es evidente que necesitamos estándares. El tiempo glacial sigue avanzando y sería una lástima que el futuro no pudiera leer el pasado y, por tanto, no pudiera interpretarlo ni aprender de él. El libro ya fue una tecnología, compleja, como lo demostró aquel famoso video, y parece que necesitó cierto tiempo de aprendizaje. Ahora el libro electrónico se debate entre estándares. Tantos como empresas poderosas conviven en el planeta. Porque el estándar se llenó de dinero, de ambiciones. El estándar encubría negocios suculentos. Y allí estaba la batalla. La batalla por el estándar. Qué guerras tan curiosas las del siglo XXI.

Pero el estándar hace fluir, permite conexiones, permite reutilizaciones y progreso. Y sin embargo requiere que cada cual renuncie a su proyecto por otro común con sus congéneres. Cada cual decide hasta dónde cede. Es pura negociación.

El estándar encierra una o varias paradojas en su seno. Permite el avance, pero hace peligrar las especificades. Permite el progreso, pero sepulta riqueza y diversidad. En las empresas hay toda una ciencia del estándar. Hay sociedades que estandarizan el estándar. Y el estandarizador que estandariza buen estandarizador será. ¿Pero quién estandariza al estandarizador?, ¿debería autoestandarizarse? Nos perdemos en la maraña de la recurrencia.

Las empresas utilizan el estándar como unidad de predicción. Si haces tantas piezas a la hora y tenemos un pedido de tantas piezas, tanto tardarás. Pero, al mismo tiempo, el estándar encierra todos los prejuicios, todas las limitaciones del pasado. Si hacemos las cosas como siempre las hemos hecho, apaga y vámonos. Así que tenemos que romper el estándar. Su destino último es la fagocitosis.

En las cooperativas de MCC por las que me muevo, el estándar más sagrado es el 100% del plan de gestión. Hechas las previsiones, vas bien o vas mal. La sentencia llega del plan de gestión. Si vas al 95% vas mal, si vas al 105% vas bien. ¿Dónde pusimos el 100? Cada cual que consulte con su conciencia. El 95 hace que el esfuerzo se dirija al 100. El 105, por contra, ¿hace que el esfuerzo se dirija al 100? El estándar es lo correcto.

Si volvemos a nuestro idioma, euskera batua, un detalle importante: el estándar surge de los dialectos centrales. El estándar se configura en la medida que los objetos se aproximan a un centro geográfico. Pero, claro, la innovación en buena medida surge de la periferia. Así que, ¿estamos perdiendo capacidad para innovar si magnificamos el estándar?

Es evidente que las personas necesitamos un hilo común que nos permita comunicarnos. Con el uso sancionamos determinadas prácticas y las pasamos al territorio del procomún. Y allí perviven y se reproducen. Pero también necesitamos fuentes divergentes, que impulsen el sistema hacia sus límites porque esto le hará evolucionar. Así que esta parece la paradoja. Al margen de que existan instituciones estandarizadoras o que lo hagamos las personas con nuestro uso, el problema está en cómo hacer evolucionar el sistema, sabiendo que necesitamos los estándares.

Los wikis asemejan plazas públicas donde surge una nueva comunicación estandarizada. Las personas cuentan sus cosas a partir de un estándar tecnológico. ¿Es un mínimo para hacer posible la comunicación?, ¿debemos entenderlo así? Al mismo tiempo, siguiendo con la argumentación de párrafos precedentes, ¿tendríamos que buscar la innovación en los límites del wiki? Pero, ¿dónde está la periferia de un wiki? Quizá tengamos que esperar para ver cómo se va reconfigurando del barrio, cómo va generando nuevos estándares, en una espiral continua. Ni idea del futuro.

Nota.- Buena parte del discurso está construido a partir de una conversación con Boquitas Pintadas. Suerte que tengo.

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3 comentarios

antonio 12/12/2007 - 20:15

Mañana es día 13, Santa Lucía, y si hay algo con lo que no estáis de acuerdo, podéis escribir un psot con un tema de Manolo García.

Salu2

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carmepla.com 12/12/2007 - 20:17

Pues sí que os estáis divirtiendo, eh

Cuando hablo de wikis siempre me gusta repetir que se trata de algo concebido para que sea fácil de corregir, no difícil de equivocarse, que sería un poco lo contrario y más acorde con los estándares que conocemos, no?

En manufactura o fabricación se trabaja de modo muy distinto a los wikis. En procesos de manufactura, a partir de unos requerimientos y unos estándares se crean unos procesos y se replican los productos. Sin embargo, cuando trabajamos con wikis se va construyendo y se van definiendo los puntos en común, los acuerdos básicos, a medida que son necesarios y se acuerdan sólo los necesarios en el momento necesario. En este caso, el conjunto de estándares son una parte del resultado de todo el proceso.

Es decir, con los wikis cuando tienes todos los requerimientos y los estándares ya tienes también la producción hecha. Es lo más rápido. 🙂

y para ventajas, a la hora de introducir cambios… ¡ni te cuento!

Así, que ahí tenemos una espiral y coincido en que el futuro a mí también me tiene de lo más intrigada.

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Julen 16/12/2007 - 08:03

antonio, vaya, se me pasó Santa Lucía. ¿Qué podemos hacer hoy día 16 que es Santa Adelaida?
Carme, una bonita forma la de ver crecer un wiki en espiral. Es una figura inspiradora.

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