Arqueología de la diversión

Aquí en el Gran Bilbao sabemos lo nuestro de arqueología industrial. Y no sólo por la espía, aunque también.

Decimos en la wikipedia que la arqueología es «una ciencia social autónoma, que estudia a los seres humanos a través de su cultura material y psicológica». Si sales de Bilbao por cualquiera de las dos márgenes de la ría en dirección al mar, es fácil encontrar cultura material oxidada que esconde proyectos de una sociedad que lo fue. Hasta aquí todo normal. Hasta aquí todo anormal.

Pero no es tan fácil encontrar arqueología del sector servicios. Esta parte del sur de Islandia se ha ido forjando con la metalurgia. Y en esa cultura de hombretones y sus carajillos, y de mujeres que sacaban la muda a sus maridos, no había demasiado tiempo para diversiones típicas de sociedades más avanzadas. La diversión para los hombres era el fútbol visceral, el de álbitrojoputa, instinto básico y ancestral. Para las mujeres no tengo muy claro cuál era la diversión.

Y fue ya hace un montón de años cuando alguna mente avanzada a su tiempo decidió montar un parque de atracciones en Artxanda. Desde lo alto, cerca del monte Ganguren los visitantes podrían disfrutar del ocio de la sociedad postmetalúrgica. Y así fue durante cierto tiempo.

Pero el viento, el frío o vete tú a saber qué extraños comportamientos del mercado de los humanos condujo el proyecto hacia la ruina. Y allí quedó. Construcción material sujeta a navegar rumbo a la arqueología.

Saioa del Olmo y la productora de arte Consonni lo debieron ver claro. Bueno, en realidad, creo que su idea estaba conectada con la de tantas personas que pasamos por allí en nuestra mocedad. Ese parque desvencijado, fallecido oficialmente en 1990 a la joven edad de 16 años, pero nunca enterrado, en un estado de increíble decrepitud controlada, estaba gritando que alguien lo fuera a visitar. Salvando las distancias, un Bodie californiano traducido a Parque de Atracciones de Artxanda.

En la web que han generado, alimento de la arqueología digital del futuro, hay bastante documentación sobre fenómenos parecidos. Incluso hay un grupo de enlaces a otros parques de atracciones abandonados. Lugares donde vagan recuerdos infantiles junto a miedos profundos. Porque debe ser tremendo vagar por los amasijos de alguna que otra montaña rusa que conviva para siempre con la tragedia infantil.

No sé muy bien por qué, pero no acudí a ninguna de las visitas organizadas. Pereza y algunas otras extrañas capacidades humanas para la inactividad me dejaron pegado a mis rancias costumbres. Por eso ahora, cuando he estado mirando los videos, comprendo que me perdí algo emocionalmente digno.

El sector servicios ya dispone de su ración arqueológica en el Gran Bilbao. ¿Cómo visitaran los humanos del futuro la arqueología del Guggenheim o la del Palacio Euskalduna?, ¿cómo observarán la decrepitud humana y material?, ¿cómo observarán la arqueología digital? Apretaos los cinturones emocionales y echad un vistazo al video de la visita a las instalaciones. Acongoja. Os dejo también enlaces a otros videos. Gracias, Saioa, toda una idea.

Fotos de vuelvenlasatracciones en Flickr.
Video de la preparación del proyecto.
Video de los fuegos artificiales.