Nativos digitales en empresas inmigrantes digitales

by Julen


Tras la breve reseña de Juan Cueto sobre los nativos digitales, me gustaría hilvanar unas primeras ideas relacionadas con las empresas. No sé si los cerebros de las personas pueden llegar a modificarse de acuerdo con esta nueva forma de ser. Pero si están aterrizando en las actuales empresas, espero que no sufran demasiado.

Por cierto, que me ha gustado, en esta línea de análisis del nativo digital, el pequeño resumen que nos presenta Ismael Peña-López en su artículo Nativos digitales dentro de Educación y Cultura, uno de los blogs de Creamos el futuro. En este artículo Ismael -con un blog muy interesante– repasa cinco características de los nativos digitales, a partir de una conferencia de John Palfrey, el Director Ejecutivo del Berkman Center of Internet and Society. A saber:

  • La identidad digital en la red, tan importante o más que la de la “vida real”.
  • La capacidad de trabajar en paralelo, la multitarea.
  • El dominio de los medios de producción digital.
  • Su visión del mundo como prosumidores, en clara oposición al concepto de consumidor (pasivo).
  • El mundo como terreno de juego, con la eliminación que supone de barreras tanto geográficas como temporales.


¿Cómo se defiende alguien con esas características en las empresas actuales? Me refiero a la empresa inmigrante digital en tanto que todavía organizada sobre criterios que se enseñan en la mayor parte de facultades de empresariales. Empresas inmigrantes porque son montadas por inmigrantes. Así pues, supongamos que un nativo digital aterriza en una empresa inmigrante digital. Repasamos una a una las características que nos mostraba Ismael.

  1. Seguramente que la identidad digital de la persona va a quedar al margen. La empresa va a concederle otra identidad. Será normal que le diga: «Toma, aquí tienes tu buzón, tu dirección de correo electrónico, aquí lo que puedes hacer, aquí lo que no puedes hacer.» Claro que el nativo digital ya trae eso de serie. Llega con una identidad, que se queda fuera de la empresa. Complicado asunto. La gran razón: seguridad, seguridad, seguridad. En una empresa no puedes hacer lo que como persona (ir)responsable harías.
  2. La multitarea te la guardas, que aquí tienes un puesto de trabajo y no un saco donde colar todas tus aficiones. Aquí, a la empresa se accede porque hay un puesto de trabajo vacante. ¿Lo ves? Es un conjunto más o menos amplio, más o menos estrecho, de funciones que debes sacar adelante. Formas parte de un departamento (hoy proceso) junto con otras personas. Un tal Taylor dijo hace un montón de años que el trabajo hay que subdividirlo en pequeños fragmentos para ser competitivos. Aquí no queremos artesanos. Eso es para las ferias locales.
  3. Respecto al dominio de los medios de producción digitales, es lógico pensar que el resultado de tu trabajo sea parte digital y parte analógica. Esto depende mucho del tipo de trabajo, porque si estás de cara al público el asunto es bien diferente que si tu trabajo es generar contenidos para que otras personas los consuman. No obstante, esto sí que representa una ventaja que las empresas pueden aprovechar. Al generar contenido digital vas a dejar huella, lo cual siempre le viene bien a la empresa, lo haga en tu favor o en tu contra.
  4. El hecho de que seas prosumidor quizá descoloque bastante a tu contratante. Porque es un papel difícil de asimilar desde una empresa inmigrante digital. Si rompes el sacrosanto concepto de proveedor-cliente y empiezas a enredar mezclando roles, ten cuidado. Desde el punto de vista empresarial te pueden diagnosticar esquizofrenia. El resultado pudiera ser que «aquí no encajas». No obstante, tu rol prosumidor puede hacer que la empresa se dé cuenta de que las cosas están cambiando y de que el conocimiento ya no está sólo dentro de sus cuatro paredes sino que en buena parte también lo está en clientes y usuarios. En cualquier caso, prosumir te puede llevar a ciertos jaleos dentro de tu empresa. Ten cuidado y no metas en camisas de once varas.
  5. Si como nativa digital eres una persona que ve el mundo global, que sepas que tu empresa probablemente también considere un mundo global. La única diferencia es que quizá tú lo veas como oportunidad y ella lo vea como amenaza. O sea, que si tu empresa pudiera quizá mandaba a la mierda la globalización, que queda bonita para los pouerpoins de marketing pero maldita la gracia que hacen cuando te salen competidores de debajo de las piedras. Por cierto, que tu visión global del mundo puede hacerse tangible y que la empresa vea en ti alguien que viaja sin problema. Estate atenta a tu vida personal, que a veces se deteriora si no la gestionas ante invasiones amables como ésta de los viajecitos.


Concluyendo, creo que tendremos que estar atentos para ver cómo se comportan estos nativos digitales en empresas claramente inmigrantes. De entrada hay que andarse con cuidado porque, sobre todo al principio, quien sea nativo digital puede llevarse un shock considerable al atravesar la puerta de entrada de su empresa. Toma perfil de usuario: ahí están los límites, lo que puedes y lo que no puedes hacer. Ahí están las fronteras de tu identidad. No obstante, lo digital fluirá mucho más allá del imposible ejercicio de control al que te verás sometida/o. Suerte.

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8 comentarios

Ramon 02/07/2007 - 08:35

Has aíslado muy bien el choque con la realidad de los nativos. Solución habitual: adiós muy buenas, nos vamos a otro sitio.

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Ismael Peña-López 02/07/2007 - 12:21

Hola Julen,

Ante todo, gracias por las flores 😉

Algunos comentarios a tus comentarios:

1.- Sobre la identidad digital del nativo en la empresa inmigrante, tu reflexión me recuerda algo que siempre me cuenta un buen amigo que cambió de trabajo hace relativamente poco: «he estado muchos años trabajando para yo@miempresa.com; es hora de trabajar para yo@micorreo.com; siempre cumpliendo con la empresa, claro, pero no anteponiéndola a mis propios objetivos». En este sentido, creo que el modelo de las universidades (ayudar al profesor a que gane reputación, de forma que la reputación de una universidad se mida por la reputación de sus académicos, y no al revés) será adoptado cada vez más por determinado tipo de empresas, especialmente las consultoras. ¿Cuánta gente sabe qué es Nielsen Norman Group y cuánta Jakob Nielsen?

4. Sobre la cuestión del prosumidor, veo mucha más revolución intramuros que no extramuros. Por supuesto, el nativo digital intentará convencer a la empresa de que el cliente tiene algo que decir… pero lo importante, creo, vendrá con las relaciones proveedor interno vs. cliente interno. En el fondo, la gestión por procesos y todo el trabajo de identificar la nube de stakeholders ya apunta maneras hacia ahí.

5. De acuerdo desde el punto de vista de los competidores, pero, ¿qué pasa con la detección de clientes y, sobretodo, proveedores? ¿La sensibilidad del «sin barreras» valdrá su peso en oro?

En cualquier caso estoy contigo que habrá encontronazo. Si la empresa es capaz de ver al nuevo como un innovador (por muy «loco» que esté), bien. Si es un disruptor subversivo, mal asunto.

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los sueños de la razón 02/07/2007 - 22:31

Quizá repito lo que ya te he comentado alguna vez, pero creo que hay una excesiva fe en este individuo nativo que, en definitiva, no es más que una minoría (pero que muy minoría) más o menos consistente.

Sus problemas son los de cualquier otro innovador que en el mundo ha sido. La resistencia de la empresa es la resistencia de la mayoría conservadora, como toda mayoría fue.

Que el tema sea digital en una era especialmente acelerada no estoy seguro de que cambie su papel por otro más «transcendental».

Además, no hay que subestimar el error. La marginación de una minoría consistente provoca su consolidación y permite que avance tangencialmente al sistema ortodoxo. Si la empresa absorviese a los nativos rápidamente, puede que no se generase la crisis necesaris.

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Julen 03/07/2007 - 05:26

Ramón, ese choque de generaciones siempre se ha dado, sea por motivos digitales, culturales o de consumo de drogas. El tema es cómo se funden actitudes en algo que sea digno para las dos partes, ¿no? Como dice «los sueños de la razón», yo también -como inmigrante digital- tengo mis reservas con esta gente. No todo el monte es orégano.
Ismael, las personas, cuando se incorporan a las empresas, suelen entrar en un lugar donde hasta ahora se han visto con muy poco poder. Quizá eso pueda cambiar en algunos casos. Aquí todavía está instaurada la cultura de que la empresa «puede más» que la persona. Pero eso no tiene por qué ser siempre así, ni mucho menos. Con los nativos digitales puede suceder.
Respecto al enfoque intramuros del prosumidor, las empresas vía procesos suelen colocarte en un lado o en otro de un proceso, pero no en ambos a la vez. Seguimos con procesos lineales, con hemisferio izquierdo desplegado a toda vela.
Las empresas son en gran parte entidades demasiado conservadoras. El choque se seguirá produciendo, me temo.
los sueños de la razón, me parece estupenda tu reflexión. Tengo un post medio preparado sobre la necesaria confrontación entre nativos e inmigrantes. A ver si lo termino en unos días.

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jofegaber 03/07/2007 - 06:56

Estoy de acuerdo sueños de la razon , posiblemente lo que haga la empresa es «transformar» a los nativos en un subproducto. Claro que es una visión catastrofista.
Supongo que todo depende de lo que rapidamente actue un nativo y lo aletargada o espabilada que este la empresa.

Esperemos que la mezcla se una mejora.

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Ismael Peña-López 03/07/2007 - 08:48

Sobre «quién podrá más» o «cuánto tardarán los nativos en entrar en la ortodoxia», me inclino por pensar que, sí o sí, los nativos digitales acabarán desbancando las viejas prácticas.

A diferencia de la discriminación de género, donde el sistema se reproduce y hay que enfocar disruptivamente el tema (a caballo en el Congreso, vamos) con políticas rompedoras de la inercia, la cuestión de los nativos digitales es, para mí, simple: los que nacen en su mayoría lo son, y los que mueren en su mayoría no lo son. Es cuestión de tiempo que la hasta ahora entendida ortodoxia pase a ser heterodoxia por antigualla.

En este sentido, estoy de acuerdo con todos los comentarios que hacéis sobre la resistencia de la empresa y lo difícil de cambiarla, pero va a ser esta una resistencia numantina – tanto por larga y valerosa como por estéril.

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jofegaber 03/07/2007 - 11:15

sigo pensando en que al final se hara un «maquillaje» empresarial y se continuara con la misma estructura.

Tendre a mi presidente en su campo de golf, a mi director en su yate, a mi jefe en su cortijo, yo en mi casa, todos hablaremos ingles y usaremos internet, pero a la hora de mandar…. demasiada fuerza tiene la «droga» del poder

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Ramon 04/07/2007 - 14:05

No todos los nativos son buenos ni malos. Aquí un artículo de Fast Company que se mira a los «nuevos» con gafas más o menos equilibradas:

http://www.fastcompany.com/articles/2007/06/retaining-younger-workers.html

Aunque, por lo que veo, el «consenso por asimilación» rara vez lleva a una mejora sino a más mediocridad. El conflicto y la emigración no los veo como algo terrible.

Ismael: Supongo que te refieres a universidades «de verdad», no a los negociados funcionariales que gastamos por aquí. Esto es, donde el mérito del profesor forma parte de un mercado interuniversitario de talento, no a un ministerio.

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