David me ha explicado más de una vez el tipo de empresa que caracterizó al Alto Urola, aquí en Gipuzkoa. Siderurgia, empresa sucia, ruda, de fuerza, de un tiempo pasado. Al igual que la de mi infancia, situada en la zona minera de Bizkaia, un suburbio de los suburbios de la margen izquierda. Dicho sea con todo el cariño, porque de ahí era mi abuelo.
Pero el Alto Urola y mi margen izquierda del Nervión han mamado de raíces comunes. Raíces de emigración a principios de la segunda mitad del siglo XX. Grandes empresas que necesitaban muchos brazos. Alquilaban horas/hombre, alquilaban horas/brazo. Los cerebros se usaban para otras cosas, más allá del horario laboral. Aquí dejaron la salud nuestros progenitores. Aquí contribuyeron con su ánimo obligado a desarrollar los monstruos industriales que hoy yacen muertos o que están en la UVI.
Y desde aquí en Azkoitia, donde estoy ahora, hay una vía verde que hace recordar las antiguas tecnologías avanzadas del transporte ferroviario. Túneles y más túneles. De la tensión industrial hemos llegado a la tensión arterial. La vía del colesterol dicen que la llaman a la antigua Vía del Urola. La vía por donde transitan viejos ferrocarriles humanos cargados de colesterol del malo. Yo ayer lo recorrí con la bici aprovechando un hueco entre 5S y 5S. Pero debo decir que también vi amatxus con sus niños y jóvenes parejas que aún no han entrado en la vía muerta del colesterol. Al menos eso espero. La vía verde es el espacio que reúne caminantes de diversa condición.
Y es curioso que en el mundo de esta vía verde del Urola me reúna con un cliente. Sí, como lo oís. Él paseando con su pareja y yo dando pedales. Conversación sencilla que retomaremos los próximos días en otro contexto, buscando la mejor manera de poner en marcha equipos autogestionados. ¡Hay que ver qué cosas tan raras hacemos!
Mientras subía despacio desde Azkoitia a Legazpi no dejaba de pensar que el mundo industrial se está yendo a la mierda, cuesta abajo y sin freno. Mi bici tendrá un cuadro fabricado en Taiwan que recorre una vieja vía de tren desmantelada para asueto del ocio del primer mundo. Esta es la realidad. Ahora son vías verdes mientras que antes eran vías de comunicación. El progreso no circula por estos raíles. Ya no lo hace en el Alto Urola como tampoco lo hace en mi zona minera de Bizkaia.
Contradicciones del destino, esos mismos raíles rebrotan firmes en las nuevas ciudades europeas. El tranvía vuelve, envuelto en vagones futuristas. No echan humo, no son tan estridentes. Pero siguen deslizándose sobre raíles, aunque ahora quizá no vengan de Zumárraga ni del Gran Bilbao. Ahora vienen de más lejos.
La vía verde del Urola, la vía Galdames. Mundos paralelos, mundos a-digitales. Hoy arqueología industrial o también vía del colesterol.
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3 comentarios
Espero que disfrutaras del paseo, en otoño podemos completar la vuelta y en lugar de bajar por la misma vía podemos bajar por una zona rural (para saborear los contrastes).
Por cierto, me imagino con que cliente te encontraste, es lo malo (o lo bueno) de los pueblos.
Muy bueno Julen.
Aqui donde estoy, como todos, hemos pasado la rueda de la emigracion, siendo brazos y fuerza en otros sitios, para dar riqueza a una patria que no era «Nuestra, teniendo solo a mano la memoria del olvido para seguir viviendo.
Aunque no sea literal, ni plenamente referente, lo siento, solo queria decirlo y traer refresco, a la vera de la alameda.
Uno de los proximos post, te lo dedico; Promesas Electorales. Ahora que somos los 1ºs. y ya han llovido, 2 semanas o una Luna ,)
Y Aupa¡
david, ya sabía yo que caerías en la cuenta de quién era el famoso cliente ja ja.
admc, gracias por la futura dedicatoria. Un día tengo que contar la historia de mi viaje al fondo de la emigración.