Primera ley de la simplicidad aplicada al management

by Julen

Ya comenté hace un tiempo que quería escribir sobre la forma en que creo que podemos aplicar las leyes de la simplicidad al management. John Maeda define como primera ley de la simplicidad la que tiene que ver con eliminar funcionalidades.

On the one hand, you want a product or service to be easy to use; on the other hand you want it to do everything that a person might want it to do.
The process of reaching an ideal state of simplicity can be truly complex, so allow me to simplify it for you. The simplest way to achieve simplicity is through thoughtful reduction. When in doubt, just remove. But be careful of what you remove.

El primer asunto que me viene a la cabeza son las competencias nucleares, de las que hablaron en su día Hamel y Prahalad en su libro Compitiendo por el futuro. Centrarse en ellas y no desviar la mirada a izquierda o derecha. Sin embargo, el rabillo del ojo es un sentido que debemos desarrollar en la gestión empresarial. Por si acaso, ¿no?

Más simple me parece aplicar radicalmente la primera de las 5S: suprimir todos aquellos elementos innecesarios. No cabe duda de que la polución informativa es densa y opresiva. Somos asaltados por nuevas posibilidades a cada instante. El mundo es un saco sin fondo. Millones de estímulos a cada instante. Algunos, una muy pequeña parte, útiles. La gran mayoría, inútiles.

Creo que en la gestión deberíamos aplicar ciertos criterios minimalistas. En su día alguien me dijo que este blog era «barroco». Recargado con tanta información. Me dejo huella su comentario. Porque pienso que gran parte de nuestra ineficiencia está escondida en la dispersión y en la persecución de objetivos radicalmente inútiles. En las empresas de cierto tamaño esto tiene que ver con personas a las que les han provocado comportamientos necrófagos. Generan cierto trabajo basura -inducido por el sistema- que luego les sirve de alimento para justificar su actividad. Se mueven en círculos volviendo al punto de partida. Existen porque el sistema dijo que debían existir. Una vez que perdieron su razón de ser, el sistema no fue capaz de generar alternativas. Así que siguen haciendo lo que creen que tienen que hacer, sirva o no para algo.

Si una empresa elimina funcionalidades, tiene que afrontar el delicado proceso de romperse en pedazos. Porque el servicio que ofreces siempre quieres complementarlo. Quieres generar más valor añadido con un producto/servicio global, que satisfaga un amplio abanico de necesidades del cliente. Si sólo te centras en una funcionalidad, sabes que estás en riesgo. Pero, ¿por qué no flexibilizar los servicios para hacerlos modulares? Esta me parece la clave en torno a la primera ley de la simplicidad.

La respuesta es la modularidad. Es la forma en que algo puede ser escalable, paso a paso. Pero no necesariamente debiera presentarse como un servicio completo. Puede serlo o puede no serlo. Simplificar querría decir ser capaz de satisfacer al cliente básico. Partir de lo esencial y ser capaz de entregar ese producto esencial. A mí me pasa con mis servicios de consultoría. ¿En qué creo que puedo ser bueno? En pocas, muy pocas cosas. Quizá cada vez menos . Si soy exigente conmigo mismo, ¿cuántas actividades sé desarrollar bien, realmente bien? Esas deberían ser mis funcionalidades básicas. Cuando te haces artesano, es más fácil, claro está. Porque sabes que la red es el complemento necesario de tu evidente incompetencia. No sabes tantas cosas. Así que te aplicas la primera ley de la simplicidad. Quizá eliminar funcionalidades forme parte de la esencia de la artesanía. Integras lo básico en un producto/servicio. Y son otras y otros profesionales quienes saben hacer las cosas mucho mejor que tú. Qué suerte.

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6 comentarios

Tochismochis 27/05/2007 - 17:41

Vale, te hago una propuesta: ¿empezamos a trabajar juntos en el rediseño de tu blog para convertirlo en un blog más «simple» (que no sencillo)?

Te echo una mano, si quieres!

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abrelatas 27/05/2007 - 19:01

Caos y Orden…1+1= X

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Julen 28/05/2007 - 03:58

tochismochis, me encantaría simplificarlo. Dalo por hecho. Y acepto ideas y colaboraciones. Eso sí, luego da derecho a salir en los créditos 😉
abrelatas, caos y orden al mismo tiempo. Esa es la realidad, ¿verdad?

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Rafael 28/05/2007 - 05:55

Saludos Julen. ¿Guardan estas ideas alguna relación con las que plantea Edward De Bono en su libro «Simplicidad»? Me uno a los colaboradores para un posible rediseño. Muy interesante tu blog.

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abrelatas 29/05/2007 - 00:44

Hola Julen, caos y orden, concentración y dispersión, centralidad y periferia…la pequeña empresa a la que pertenezco se enfrenta ahora mismo a un proceso de cambio cuyas principales características son esas y la verdad es que sí, es LA REALIDAD. un abrazo

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Julen 31/05/2007 - 17:29

rafael, yo creo que las ideas circulan por territorios muy similares. No obstante quizá son enfoques complementarios, uno más desde las personas y el otro más desde las organizaciones.
abrelatas, así son las cosas la mayor parte de las veces… un jaleo.

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