Educación 2.0 vía 1.0 en blogak

Dejo volar un poco la imaginación. Blogak 2.0. Lo 2.0 necesita que las personas conversemos mirándonos a los ojos. Parece que no hay mejor tecnología 2.0. La participación cercana genera energía positiva. No sé si eleva el karma o sube tu reputación en la red. Sólo sé que genera colesterol del bueno. Pruébalo como antídoto natural de tus males. Júntate con la gente y habla mirándoles a los ojos de aquello que te guste.

Porque es así de simple. Ni tecnología ni herramientas de creatividad e innovación. Ni elaboradas técnicas para captar la atención. Tan sólo tienes que ponerte a hablar. Y cuando hablas los brazos te acompañan, las manos dibujan tus palabras y la mirada despliega interés. Así de simples somos los humanos.

Cuando te has sentado en una butaca, formando parte de un panel sobre educación 2.0, sabes que allí faltan los estudiantes. A toro pasado, sencillo descubrirlo, ¿verdad? Pero es que la construcción colectiva no podemos llevarla a cabo levantando sólo las paredes del ala oeste. Necesitamos el resto de alas, estudiantes diversos. Unos buenos cimientos, el sistema educativo (sea lo que sea). Un buen tejado que nos cubra y nos dé tranquilidad, las tecnologías de información. Dentro de la casa desplegamos la pedagogía que podemos. Allá es donde sucede todo. Bueno, donde sucedía todo. Porque cada vez más las paredes de nuestra casa son más transparentes. Y da miedo. Sobre todo, con 15 años.

La participación es el gran reto. El derecho a callar es la gran incógnita. Mientras tanto, seguimos sentándonos en torno a nosotros mismos. Revoloteamos, con la mejor de nuestras intenciones, sobre nuestras posibles soluciones. Aunque sabemos que hacernos las preguntas adecuadas es el 90% de la solución. Pero allí estamos, con los argumentos tambaleándose porque no tenemos frente a nosotros la simetría del estudiante.

Sigo pensando que deberíamos enseñar judo a tantas y tantos profes que un día eligieron pasar una buena parte de su vida con la chavalería. Aunque sólo sea por descubrir que cuando éramos chavales el mundo era diferente de como lo vemos ahora. Porque ahora, en gran parte, lo hacemos los mayores. Y cuando eres mayor, cuesta mucho verlo con los ojos del chaval. Por eso te necesitamos, chaval, allá en el escenario 2.0. Para charlar contigo como toda la vida lo deberíamos hacer: de igual a igual.

Dice ya la leyenda que Jigoro Kano concibió este arte marcial en una mañana de invierno en la que salió a ver la copiosa nevada de la noche anterior al jardín trasero de su casa. Y allí vio que un fuerte cerezo con la copa llena de nieve se partió por el peso de esta. Allí vio también un sauce a punto de partirse por causa de la nieve que intentaba partirlo como al cerezo, pero el peso de la nieve flexionó sus ramas y cayó al suelo del jardín sin romperlo. Jigoro Kano viendo esto y como el sauce fue a su manera más fuerte que el cerezo y consiguió vencer a la nieve, empezó a crear el Judo, que básicamente consiste en eso, en aprovechar la fuerza del contrario. (Tomado de la wikipedia)

Actualización.- Podéis encontrar una crónica estupenda del desencadenante de esta reflexión en Administraciones en red: Educación 2 – Blogak 0

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