Idea radical: romper las empresas

by Julen


Llevaba mucho tiempo con esta idea rondando el blog. No es que me vuelva a aquel escenario destroy del movimiento punk de finales de los 70 y principios de los 80. Aunque, quién sabe, a lo mejor hay algo de aquello en la propuesta.

Me tengo que explicar, me tengo que explicar. «Romper la empresa» puede querer decir muchas cosas. Pero yo me estoy refiriendo a una en concreto: desmenuzarla, hacerla pedazos, partirla en pequeñas unidades independientes que se constituyen, a su vez, en otras empresas. Además, el tamaño de estas nuevas empresas debe ser reducido. No estoy hablando de una gran empresa multinacional que descentraliza. Cojamos una empresa de 150 personas. ¿Por qué no convertirla en diez empresas de 15 personas?, ¿por qué no?

La organización en red es más difícil cuando una empresa es grande. La necesidad de cooperar en red -en igualdad de condiciones- con otras entidades es menor si cuentas con muchos recursos. Pero si eres pequeño no te queda más remedio que hacer red. Y la necesidad es una gran fuente de éxito. Si necesitas un modelo de funcionamiento, no es cuestión de que busques fuera el consejo. Simplemente, ponte a ello. Y no olvides que la red puedes tejerla apoyándote en las tecnologías. Nunca antes tuviste una oportunidad de tal calibre.

Cada día que pasa estoy convencido que cuanto más pequeña es una empresa más oportunidades tiene de ser competitiva. Y en este modelo incluyo a las empresas industriales tradicionales. Porque la simplicidad que ganas se complementa con la necesidad de colaborar con otras personas y entidades. La red se hace realidad porque «no queda más remedio». Inventa un segmento y «dale duro» hasta que llegue otra empresa.

Además, hay otra variable que me lleva a considerar la pertinencia de romper una empresa en pequeñas miniempresas. El emprendizaje no es una característica que «se tiene» o «no se tiene». Es una cuestión de grados. Nuestra responsabilidad es generar contextos donde sea fácil que se desarrolle. ¿Por qué no incitar a que las empresas generen nuevas pequeñas empresas donde las personas se sientan realmente propietarias de su negocio? Después llegará el modelo federalista, que hace ya mucho tiempo nos propuso Charles Handy. La subsidiariedad requiere que las decisiones, de verdad, se tomen allí donde hay conocimiento para tomarlas. Después llega la necesidad de recurrir a colaboraciones con quienes no están dentro de tu negocio. Así se configura una federación de microempresas, cada una de ellas centrada en lo que sabe hacer bien.

El modelo de desmembración ya ha sido en muchas ocasiones expuesto como referencia para grandes corporaciones, pero mi propuesta tiene que ver con aplicarlo a empresas más pequeñas. A veces las empresas industriales se sienten prisioneras de sus recursos productivos, de sus instalaciones, de sus capacidades. Pero si fragmentas la empresa, entonces surgen nuevas posibilidades, imposibles de plantear en caso de que sigas viendo la empresa como unidad referente. ¿Por qué un área financiera no puede generar un negocio específico especializado en asesoramiento financiero?, ¿por qué un pequeño grupo de personas no puede generar un nuevo negocio dirigido a un segmento concreto de clientes en quienes centra su oferta de valor añadido?, ¿por qué un área de I+D+i no puede independizarse sin perder la conexión con su ubicación original?, ¿por qué una sección de un taller no puede montar una empresa junto con algún centro de formación preocupado por el emprendizaje?

Enganchar a las personas con un proyecto es más difícil si tienes que conseguirlo desde un negocio ya existente. Pero si el negocio lo generan desde el principio ciertas personas, es mucho más probable que el grado de implicación con el proyecto sea mucho mayor. Entonces, ¿por qué no crear las condiciones para romper las empresas en pequeñas unidades que se constituyen, a su vez, como empresas? Como dijo Goldratt, el principial cuello de botella está en nuestras mentes. No tiene nada que ver con aspectos físicos.

Para apoyar estos modelos de fragmentación de empresas, conviene introducir apoyos expresos de emprendizaje. Es cierto. Hay que asignar recursos para pensar en «lo nuevo», «lo diferente». Pegados al día a día es muy difícil dibujar los nuevos escenarios. Sencillamente estás dentro de la escena y coger la distancia para ver un sistema más amplio es casi imposible. Pero necesitamos compromiso y personas que decidan usar sus mentes y sus corazones para generar negocios competitivos. Las empresas tradicionales arrastran demasiada miseria en su relación con quienes trabajan. Hay que crear nuevos escenarios de relación. Por eso tenemos que fragmentar y romper empresas: para que las personas retomen desde el principio los nuevos proyectos.

Claro que esto tiene parte de utopía. Muchas personas no quieren comprometerse. La vida, las empresas, los palos, las han vuelto precavidas respecto a estas promesas. La tierra prometida ha sido anunciada demasiadas veces. Y demasiadas veces no hemos sido capaces de cumplir lo que dijimos. Así que quizá no quede más remedio que fagocitar la empresa actual. Romperla, destrozarla en pedazos, hacer que pierda poder frente a la persona. Recuperar una relación de igualdad puede pasar por tirar y volver a construir.

¿Por qué no rompemos las empresas en otras pequeñas empresas y luego buscamos realmente un modelo federalista?

Si quieres más ideas radicales, pásate por el wiki.

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10 comentarios

tic616 21/04/2007 - 15:22

Hay empresas que ya lo hacen. Segregan algunos departamentos y los convierten en empresas. Los casos más frecuentes, siempre innovando, son los departamentos de IT.

Hay un artículo en Infoworld muy interesante sobre el que quiero escribir próximamente.

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Anonymous 21/04/2007 - 19:14

julen,me apunto a esta empresa,con una condicion,llevarla hasta sus ultimas consecuencias seguro que metemos muchos goles.saludos.

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Telémaco 21/04/2007 - 20:24

La empresa para la que trabajo ya está haciendo eso hace unos años. Yo personalmente no le veo las ventajas y si muchos inconvenientes.

El caso es que ahora para hacer cualquier cosa hay que atravesar muchas más barreras que antes, muchos más jefes y todo va mucho más lento, lo cual es paradójico cuando la principal ventaja que se esperaba era la de ganar agilidad.

La suboptimización crece sin parar, porque el cáncer de los objetivos locales que ya sufríamos antes se ha agravado brutalmente.

Además las relaciones cliente-proveedor entre las empresas creadas son absolutamente ineficientes. Los proveedores de la «red de empresas» atienden a cualquier cliente antes que a uno de la red pero sin embargo son «obligatorios».

Al dividir una empresa en trozos lo que se está haciendo es segmentando los recursos lo cual si que es causa directa de que disminuya la productividad.

La posición de las personas en la organización ha empeorado ostensiblemente porque la fuerza de las personas reside en su unión y ahora al ser grupos pequeños el equilibrio de poder se ha roto y el ambiente laboral … en fin no voy a dar ejemplos de las cosas que pasan porque no las creerías 🙁

Siento estar está vez en tan profundo desacuerdo. Quizás mi experiencia no es significativa, quizás no se ha dividido por el sitio adecuado o quizás los objetivos del «despedazamiento» en este caso no hayan sido exactamente los que apuntas.

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Julen 22/04/2007 - 20:12

tic616, interesante la referencia, aunque en el caso de los departamentos de IT quizá es un tanto atípico. Yo me refiero más a las empresas industriales, donde tradicionalmente hemos educado a la gente a «verlas venir».
anónimo, sí, habría que llegar hasta el final. No creo que valgan medias tintas.
telémaco, lo que tu comentas es el «divide y vencerás», me temo. Yo creo que la base de un proceso de ruptura en pedazos de la empresa actual tiene que pasar por fortalecer a las personas, proporcionarles las capacidades para emprender, para tomar decisiones, para salir de lo anodino de muchos trabajos. De todas formas, seguro que hay un montón de malos ejemplos. Y, claro, si tienes cerca uno, no hay sermón que convenza a nadie.
Y el desacuerdo no deja de ser una oportunidad para repensar y pulir argumentos. Mejor así, ¿no?

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edu william 22/04/2007 - 21:00

totalmente de acuerdo. de hecho, enfocado en el turismo, esa desmembración de las empresas en unidades mínimas de servicios, nos lleva no sólo a una eficiencia y competitividad mayor de las empresas, sino a una mejora de la sostenibilidad de los destinos. los los hoteles deberian estructurar sus servicios como empresas y orientarlos al destino.

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fernando mh 23/04/2007 - 19:12

Me ha encantado lo de «…luego buscamos un modelo realmente federalista».

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cebolla 25/04/2007 - 14:52

Excelente. Estoy de acuerdo con la fragmentación. Así lo vemos en la naturaleza, que los cuerpos más grandes se desagregan en partículas más pequeñas y no pierden entidad. Sun Tzu habla de dividir al ejército en unidades menores para su mejor conducción. Los que conocen el mundo de los sistemas saben que uno pequeño no funciona igual que uno grande. No se pueden aplicar los mismos criterios cuando se cambia de escala. De hecho, la historia nos demuestra que los sistemas que han crecido mucho terminan colapsando (imperios y demás). La excesiva concentración y centralidad no es aconsejable. La mala experiencia de Telémaco tiene que ver con que todavía no tenemos suficiente madurez como para operar en red sencillamente porque hemos sido educados para funcionar dentro de un sistema vertical y jerarquizado. Sostengo que el funcionamiento a partir de pequeños grupos y células es el futuro. Los colosos y los mounstros ya no correrán más. El ser humano aspira a tratar con iguales.

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Anonymous 15/02/2008 - 13:08

Como se realiza el proceso de separar la empresa en trozos¿?
Cuales son los pasos a seguir?

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Ilusionada 16/06/2010 - 13:40

El caso de SEMCO en Brasil (y actualmente a nivel internacional) es un claro ejemplo a seguir.

Artículo: http://revista.libertaddigital.com/las-ensenanzas-de-semco-1275767691.html

«Lo más interesante es el sistema de organización interna: cada uno puede fijar su salario y sus horas de trabajo; supervisores y los trabajadores se contratan y despiden mediante una decisión democrática; las asambleas se pronuncian sobre cualquier tema, y cada unidad y división cuenta con gran autonomía. Todas las normas están recogidas en un Manual de Supervivencia de apenas 20 páginas con forma de cómic.

En general la empresa es receptiva a las propuestas de crear nuevas divisiones autogestionadas regidas por las normas generales de la empresa, lo que hace de Semco una empresa muy flexible y adaptable. No están obligadas a utilizar los servicios de las demás divisiones de la empresa, y si encuentran algo mejor o más barato en el mercado pueden acudir a él. De esta forma se introduce un estímulo competitivo en la propia organización. La empresa se convierte en efecto en un invento para mejorar la solución del mercado, y se retira de aquellas funciones para las que dicho objetivo no se alcanza»

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Consultoría artesana en red » 12 fuentes de competitividad en el siglo XXI 27/11/2011 - 10:53

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