Borregos y/o humanos

Una sencilla entrada, Power Laws Revisited, de Jeff Nolan, me ha recordado el simple hecho de cómo las personas tendemos a seguir a la masa, a la multitud:

• Donde fueres, haz lo que vieres.
• ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.

Jeff parte de un artículo de Duncan J. Watts en el New York Times: Is Justin Timberlake a Product of Cumulative Advantage?. Este hombre es uno de esos al que hay que seguir la pista si te interesan las cuestiones referidas a la inteligencia colectiva, la influencia social de los grupos y cosas por el estilo. Puedes echar un vistazo a:

• Collective Dynamics Group, un proyecto que dirige desde la Facultad de Sociología de la Universidad de Columbia.
• Six Degrees: The Science of a Connected Age, uno de esos libros que han tenido un gran impacto en todo el asunto de las redes sociales (si quieres mira en Amazon sus otros libros).
• Small Worl Project, el famoso proyecto para contrastar la verosimilitud de la teoría de los seis grados de separación.
• Su perfil profesional, trayectoria y publicaciones.

El artículo de Duncan en el New York Times aborda la forma en que los humanos nso comportamos de acuerdo con la influencia social que recibimos. Hace ya más de un año llevó a acabo un experimento para ello, junto a Matthew Salganik y Peter Dodds. Hicieron que una serie de personas eligieran música para descargar y valoraran su calidad, manipulando la variable de mostrar o no el número de veces que se estaba descargando.

Os recomiendo la lectura completa del artículo completo porque en él va interpretando los resultados y extrayendo conclusiones… de las que hacen pensar. En resumen, parece que la calidad percibida de la música (sin influencia social de otras personas) correlaciona con el ranking de descargas (que recibe la influencia social de los demás, al ver el número de descargas). Pero, además, el caso es que parecen generarse círculos viciosos y virtuosos. Lo que se descarga más tiende a descargarse más, mientras que lo que se descarga menos recibe, cada vez, menor atención.

Esto parece bien simple, pero si le das un par de vueltas, puedes también hacerte algunas preguntas delicadas:

• ¿interesa fomentar la diversidad?
• ¿la innovación surge de hacer lo mismo que los demás?
• ¿la inercia conduce al riesgo?
• ¿se pierde sentido crítico siguiendo a la multitud?

Si las respuestas respectivas son sí, no, sí y sí, entonces quizá debamos probar nuevos territorios. ¿Por qué no una lista en la barra lateral de un blog que muestre los «artículos menos leídos«? O, si no, que al menos muestre aleatoriamente artículos poco leídos. Porque si usamos la multitud sólo como estadística para reclamar atención concentrada sobre aquello que ya la ha recibido, sencillamente, estamos en más de lo mismo. ¿No será un poco aburrido?

The common-sense view, however, makes a big assumption: that when people make decisions about what they like, they do so independently of one another. But people almost never make decisions independently — in part because the world abounds with so many choices that we have little hope of ever finding what we want on our own; in part because we are never really sure what we want anyway; and in part because what we often want is not so much to experience the “best” of everything as it is to experience the same things as other people and thereby also experience the benefits of sharing.

Entiendo la razón social que se esgrime. Quizá lo heredemos en nuestros genes. Pero no debemos perder la referencia de que nuestros cerebros y corazones también aprecian la originalidad. Y salirse de la norma capta la atención, sobre todo cuando la sobrecarga informativa es tan ingente como en nuestros días.

What our results suggest, however, is that because what people like depends on what they think other people like, what the market “wants” at any point in time can depend very sensitively on its own history: there is no sense in which it simply “reveals” what people wanted all along. In such a world, in fact, the question “Why did X succeed?” may not have any better answer than the one given by the publisher of Lynne Truss’s surprise best seller, “Eats, Shoots & Leaves,” who, when asked to explain its success, replied that “it sold well because lots of people bought it.”

¿Por qué leemos a quienes están arriba en el ranking de blogs? Porque otras personas los leen. Así de simple. Así de útil. Así de fácil. Así de peligroso.