BBB, Balmasedano Blogger Boy

by Julen


Ayer viernes 20 de abril, nos juntamos unas cuantas personas, autoproclamadas bloggers todas ellas, para hablar de un montón de cosas que no entiendo en una nueva edición del BBB. M@k, como siempre eyaculador precoz, ya ha escrito una reseña completa. Así que a los demás nos tocan las migajas de desvariar con lo que podamos.

42 – 16 = 26. Es mi única reflexión. Todavía sigo dándole vueltas. 42 es mi edad. 16 es la edad de Balmasedano. 26 son los años de diferencia. Claro: tú, como yo, te habrías quedado pegado a la silla, con una íntima conversación autista sobre los porqués de la vida y si tiene sentido seguir escribiendo un blog. Todo porque alguien con 16 años te deja atontao pa toa la tardenoche. Asín de sinple.

Esta mañana he seguido dándole vueltas al fenómeno. Bueno, lo reconozco también he conversado con David, que allá en la Michigan School of Information, todavía no se había ido a la cama dale que te dale con sus comunidades virtuales. Pero a lo que vamos. Que el caso es que he estado enredando por el blog de Balmasedano. Y échate para atrás en la silla, respira hondo. Es Iñigo Sastre y de pequeño ya sé cómo voy a ser. Cuando descrezca voy a ver si me parezco un poco. Eso sí, espero que lo que dice de que le gusta la bici no sea cosmética de producto.

Yo cuando tenía 16 años seguramente que andaba con granos cabrones. Creo que mi horizonte era el fútbol y estudiar por estudiar, no sé muy bien por qué otras razones, lo reconozco. Seguro que estábamos en la época de Starsky y Hutch o, como mucho, en la de empezar a pensar que Londres era la meca donde pasar los veranos con la pasta que ahorraba a lo largo del año. Pero las tecnologías de información eran un absoluto conjunto vacío, el cero absoluto, la nada, un desconocido agujero negro.

Ahora que tengo 26+16 sé que puedo volver a tener 16. Es todo tan simple como concentrar el pensamiento previo al sueño nocturno en esa franja de edad. Luego el cerebro cabalgará atrás en el tiempo y, al menos, en esa otra dimensión, volveré a tener 16 años. Es mi única alternativa para entrar en el universo de Iñigo: Gorliz Irratia y su programa Descuélgate. Lo que no sé es qué puñetas voy a tener en común con este chico cuando vuelva a tener 16 años.

Me voy a hacer mirar todo esto porque quizá sea malo para mi salud seguir acudiendo a estos encuentros con bloggers del lugar, si viene gente de esta calaña. Luego llego a casa y me reencuentro con mis limitaciones. Quizá se me pase con el tiempo y al ir descreciendo resulta que un día este chaval me pase en edad. Cosas del chocheo típico que acompaña a la cuarentena.

Por lo demás, lo siento por Lorena, Sergio, Christian, Juanjo, M@k y las otras dos chicas (mil perdones por ni cruzar palabra, cosas de la distribución física en torno a la mesa). Encantado de conocer en vivo y en directo a más gente de la blogosfera. Pero todo quedó subsumido por el impacto de la piedra adolescente. Prometo acudir a algún balneario para purificar mi alma y recuperar la pausada respiración que un dia aprendí con mi logopeda. Ya os digo que necesito un tiempo para todo esto. 26 años de nada.

Nota.- Agradecimiento a Boquitas Pintadas por «Balmasedano Blogger Boy». Ella ya lo entiende.

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3 comentarios

M@k, el Buscaimposibles 21/04/2007 - 09:33

Hombre Julen, dejémoslo en escribidor precoz, ¿vale? Que ya lo que me faltaba para no ligar 😉

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Noemí Pastor 21/04/2007 - 12:09

Je vous en prie, Monsieur.

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balmasedano 23/04/2007 - 17:58

Por lo menos intentaré limpiar la mala fama que tenemos los adolescentes entre tanto botellón, fiesta y ligoteos xD.

Fuera bromas, veo que al final todo ha girado en torno a este asunto. La cuestión es que yo por dentro no me identifico como uno más de los que me rodean en el instituto. Me muevo por ambientes bastante alejados de lo que gusta a toda persona de mi edad, y en la Blogosfera hemos encontrado refugio gente como Shock, con 16 años también, o yo mismo.
Lo mejor de todo es que en el mundillo de Internet se te trata por igual tengas la edad que tengas, y no como un mocoso, que más de una vez lo he tenido que sufrir en mis carnes ;-). No importa ni la edad, ni el sexo, ni la religión ni nada de nada, en un mundo libre se debería tratar a las personas por igual, por lo que piensen y por lo que tengan en común contigo. Creo yo, vamos ;-).

Saludos :-D.

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