Pone los pelos de punta: la tensión laboral, la exigencia, la presión por ser más y más eficientes. Que todo eso, traducido en el lanzamiento de 6 módelos por año en Renault como objetivo, conduzca a tres suicidios consecutivos es de pararse y querer bajarse del carro. Y dicho esto con todas las reservas que este tipo de cuestiones mereces, por supuesto.
He escuchado una frase impresionante: Renault no tiene derecho al fracaso, pero sus trabajadores sí. Esa teoría, un tanto peligrosa, debe hacernos reflexionar. Más y más, mejor y mejor, en menos tiempo, en menos tiempo. Y la gente casca, se rompe. Las máquinas también lo hacen. Pero no es lo mismo.
Hay que ser precavidos porque es bien cierto que las personas llevamos encima niveles de complejidad considerables. Y las razones por las cuales alguien decide poner fin a su paso por este mundo son también complejas. Pero, sólo con pensar que un factor que contribuya al desastre es el trabajo, me pongo nervioso, muy nervioso. Porque otra vez vuelvo a poner encima de la mesa la inmensa mentira en que vivimos. Sí, ésa que dice que las personas somos lo más importante que hay dentro de un empresa. Mentira, mentira ignominiosa, mentira monstruosa.
Parece que en Francia hay, como no podía ser de otra manera, un cierto movimiento en la blogosfera y en medios digitales en torno a la cuestión. Podéis encontrar un pequeño resumen (en francés, claro está) a través de esta entrada: Suicides : Renault face à ses démons. Por cierto, que siguiendo a este blogger francés, Didier Toussaint, son cuatro y no tres los suicidios: Renault : vitrine sociale ou miroir ?
Dentro de este marco suena un poco inquietante lo que puedes leer en el artículo de Tendencias 21: Carlos Ghosn, la mano dura de Renault, de noviembre de 2005.
Carlos Ghosn, apodado cost killer (asesino de costes), asumió la dirección de la marca francesa el pasado mes de abril. Este brasileño ha dejado claro que no le tiembla la mano a la hora de aplicar duros planes de contención de gastos.
Comento este texto porque es el primer resultado que me proporciona Google España cuando busco «Carlos Ghosn Renault». Inquieta ahora que ha pasado todo esto.
Y de momento no voy más allá. Sólo que conviene que pensemos dónde cojones estamos metidos.
Si queréis leer alguna cosa más, os recomiendo este artículo de La Vanguardia, que aporta los datos básicos: La fiscalía de Versalles abre una investigación después de tres suicidios consecutivos en Renault.
Technorati tags | Renault suicidio mobbing estrés laboral
3 comentarios
Son sacrificios exigidos por los nuevos dioses de la nueva religión global.
La competitividad llevada al extremo a la que se está llevando es terrible.
Se ponen los pelos de punta.
Conozco muy bien lo que pasa cuando llega una nueva persona a la dirección con demasiada ambición y con demasiada presión. Es parte del sistema que tenemos montado, donde se le da una importancia exagerada al líder, al superejecutivo, al salvapatrias.
Con cada nombramiento hay un riesgo claro de crear un infierno laboral, en las empresas y, aunque no os lo creáis, en la administración. El riesgo es máximo cuando se trata de un fichaje del exterior. A los paracaidistas no les importa romper personas con tal de tomar la plaza. No han establecido compromisos, ni lazos emocionales con los compañeros. Tienen licencia para matar, y para trepar.
¿A dónde vamos con esta carrera de hormigas?
No será parte del problema que nos veamos como seres pasivos en manos de la empresa.