Siéntete a gusto, siéntate a gusto

Jaizki me descubrió un día Chief Happiness Officer, un blog sobre la felicidad en el trabajo. Ya lo he comentado aquí alguna otra vez. Aunque a veces paso sus posts con una aceleradísima lectura diagonal, reconozco que es aire fresco. No he resistido la tentación de mencionar 12 ways to pimp your office. Y es que el sitio donde trabajamos dice mucho de nosotros, ¿verdad?

Ahora mismo, por aquello de evitar kilómetros innecesarios, estoy en Eskoriatza, en un hotelito «nuevo», Mendigoia. De esos que quieren aparentar modernidad y que me acaban transmitiendo vulgaridad. Estoy sentado escribiendo este post: una mesa funcional, pero impersonal. Una tele con pantalla LCD, una lámpara pretendidamente graciosa. Pero impersonal. El lugar es impersonal. Un hotel que ofrece conectividad wi-fi a precio incomprensible: 10 euros por un día completo. Me entra la risa floja. Perdón.

El sitio desde el que producimos ideas merece un respeto. Merece que hagas química con él, que sintonices, que te entienda, que sea capaz de ponerse en tu lugar. El sitio dice mucho de quien lo habita. Yo particularmente tengo mis manías que proceden de mis proyectos 5S. Pero llevo un tiempo pensando que tengo que darle un giro radical a ese sitio de trabajo. Tengo que hacerlo más mío.

Por eso me ha gustado el artículo de Alexander Kjerulf. Ha seleccionado fotografías de lugares que llaman a generar ideas de otra forma. Échale un vistazo. Es un regalo para tus ojos y una invitación a personalizar tu lugar de trabajo. Claro que cada cual hasta donde pueda.

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