Jose Mari Larrañaga es un joven recién jubilado. Hace ya bastantes años que le conozco y es de esas personas que tienen algo especial. Además de algo despistado, es un tipo entrañable. Supongo que es de esos cooperativistas que no pueden dejar de serlo. No, por mucho que lo intente, este hombre es cooperativa por todos los poros de su piel. Trabajó en Fagor y también unos cuantos años en Otalora, el centro de formación directiva de MCC. Luego estuvo como profe en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Mondragón y ahora… ahora no sé muy bien, pero seguro que sigue inmerso en un buen número de proyectos. Entre otras cosas, sigue colaborando en nuestros programas de postgrado.

El caso es que Jose Mari publica todos los meses un artículo en TU Lankide, la revista de MCC. Y de vez en cuando uno encuentra joyas como la que recojo aquí (los subrayados son míos).

Los primeros cooperativistas, los pioneros de Rochadale, reconocen en sus memorias que el modo de ver el mundo, la sociedad y la empresa cambió en ellos cuando descubrieron la abismal diferencia entre valor y precio. Aseguran que fue el descubrimiento más importante y el aliciente más rotundo para «inventar el cooperativismo».
Hay organizaciones que desprecian el valor de las personas porque abundan, su precio es barato porque hay muchas. Están sujetas a las leyes del mercado y, por tanto, tratadas como un facor económico más. Así, se justifica la flexibilización de las plantaillas, mientras se rigidiza la organización: la persona subordinada a los intereses económico-productivos.
Se admite el absurdo de pretender fabricar productos de calidad con trabajadores ligados a contratos basura. Es decir, se proclama que el valor humano es inmenso pero su precio es barato y, por tanto, se desprecia como al agua que limpia el sumidero de la vida.

Y en esto que ando pensando si dedicarle una sección mensual a mi amigo Jose Mari, con un extracto de sus artículos. En este útlimo en el que reflexiona sobre el valor de las personas cita a Fernando Pessoa: «No soy de la altura de mi talla. Soy tan alto como la altura de mi visión». Excelente sugerencia.

Y, además, un cuento:

Cabizbajo, el joven se dejó caer junto al anciano, que meditaba, bajo un frondoso roble.
– ¿Puedo hablar con usted, maestro?
El viejo, amablemente, respondió:
– Por supuesto, mis puertas están abiertas para ti siempre. Dime lo que te atormenta porque veo que tu corazón sufre.
– Sufro porque dice mi padre que soy un inútil, porque mi jefe desconfía de mi capaciedad, sufro porque todo lo que hago parece que lo hago mal. Mientras otros, esforzándose menos, son aplaudidos, yo me debato entre las dudas y los miedos que me atenazan, y mis trabajos no sirven, no gusta lo que digo ni lo que pienso.
– En esto no puedo ayudarte. Nadie puede decidir por ti, ni otro puede asumir tus dudas. Pero ya que estás aquí sí puedes ayudarme. Quisiera que fueras al mercadillo del pueblo y vendieras esta sortija por más de 100 monedas. Confío en tus dotes de negociación.
A las dos horas volvió el joven aún más deprimido que antes.
– Maestro, he comprendido que tienen razón los que desconfían de mí. No he podido vender tu sortija, sólo me han ofrecido 20 monedas. Perdóname y adiós.
– ¡Espera! -dijo el sabio-. Necesito urgentemente dinero y sólo tengo mi sortija. Negocia con el joyero Rabí y pídele el precio que estaría dispuesto a pagar e incrementa en 100 monedas más, y no vengas hasta lograr esa cifra, pero no se lo vendas.
– ¿Acaso quieres burlarte de mí? Eso es imposible.
– Tú vete y haz lo mejor que sepas el encargo.
Al poco rato volvió alborozado:
– ¡Maestro, es increíble! Me ha ofrecido 2.000 monedas y al subir yo a 2.100 él ha aceptado sin discutir.
– Joven, los del mercadillo desconocían el verdadero valor de la joya y no han aprovechado la oportunidad de poseerla, pero el joyero hubiera pagado gustoso mucho más que 2.000 monedas. No confíes tu valía a quienes no saben tasar a las personas. Mira en tu interior e intenta poner precio a tu dignidad: ese será el valor que debes negociar en el mercdo de la vida.

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16 comentarios

Josu 04/02/2007 - 11:45

No se si a ti o son los extractos de Jose Mari pero te ha salido un artículo a lo Paulo Coelho. 😉

Hablando del valor de las personas creo que estamos perdiendo como referencia el valor de los mayores, su experiencia vital. Y Jose Mari y gente como él son un ejemplo de lo que nos pueden y deben aportar. No se si nuestro sistema de pensiones debería incluir un apartado de «tareas formativas a la comunidad» de caracter obligatorio solo excusable a aquellos jubilatas que trabajen de «au pair».

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jose 04/02/2007 - 14:06

Como siempre que te leo, estoy completamente de acuerdo contigo, tengo un sentimiento de que no se valora a las personas que no puedo con él, mi jefe cree que son simplemente gente que tenia que estar agradecida a él por tener trabajo, … joder , y tú a ellos porque trabajen para tí…, en fin.. , es la diferencia entre un hombre de negocios y un empresario o cooperativista.
Gracias por acercarnos a Jose Mari, que no se vaya..

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fernando mh 04/02/2007 - 18:25

Ya lo dijo nuestro Pessoa, Antonio Machado: no hay mayor necio que quien confunde valor y precio.

Y claro, si la confusión entre valor y precio es nefasta con las mercancías sujetas a tráfico mercantil, con las personas es todavía más flagrante la confusión y sus efectos. Siempre que consideres -parece obvio, pero no lo es en según qué ambientes empresariales- que las personas no son mercancías sujetas a tráfico mercantil…

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Alorza 04/02/2007 - 19:05

Fernando, ¡me has quitado la cita!

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fernando mh 04/02/2007 - 19:55

Es que me lo había dejado tan a güevo que no me he podido reprimir, Alorza: si no lo suelto reviento.

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comprar 04/02/2007 - 21:19

Ahora me empiezo a dar cuenta de la suerte que tengo, en la empresa que trabajo se lleva otra filosofia de la que corre por el mercado. Se paga a bien a los empleados y se les hace valerlo.
No hay malos alumnos si quieren aprender sino pesimos profesores que no quieren enseñar.

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Telémaco 04/02/2007 - 23:28

¿Y que podemos comentar ante tanto sentido común?.

Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Alguien sabe donde puedo encontrar al joyero Rabí?

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Telémaco 04/02/2007 - 23:31

¿Y que podemos comentar ante tanto sentido común?.

Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Alguien sabe donde puedo encontrar al joyero Rabí?

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Telémaco 04/02/2007 - 23:38

¿Y que podemos comentar ante tanto sentido común?.

Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Alguien sabe donde puedo encontrar al joyero Rabí?

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Telémaco 04/02/2007 - 23:43

¿Y que podemos comentar ante tanto sentido común?.

Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Alguien sabe donde puedo encontrar al joyero Rabí?

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Telémaco 04/02/2007 - 23:51

¿Y que podemos comentar ante tanto sentido común?.

Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Alguien sabe donde puedo encontrar al joyero Rabí?

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Telémaco 05/02/2007 - 09:04

¡Vaya! Se me quedo enganchado el dedo en el botón del ratón…. ¡Lo siento!

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Julen 06/02/2007 - 05:17

josu, cada vez hay más jubilatas de estos, ciertamente.
jose, es que hay mucho jefe que necesita ayuda…
fernando mh, me temo que la confusión hace tiempo que está instaurada en el mundo empresarial: por eso las personas son recursos.
alorza, hay que estar más ágil…
comprar, mejor si compartes tu tesoro, ¿no? No estaría de más que supiéramos los ejemplos positivos. Al menos para llenar el saco del optimismo.
telémaco, gracias por insistir, insistir, insistir, insistir, insistir 😉

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Anonymous 17/02/2007 - 12:59

Valor = precio x cantidad

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Adiós a la parte contratante tal como la conocimos | Consultoría artesana en red 22/10/2012 - 05:32

[…] Hoy cada persona debe reconvertirse en empresaria de sí misma. Debe negociar otro tipo de contrato, que ya no es laboral sino mercantil. La persona se reconvierte en unidad económica y busca a quien pueda pagar por sus servicios. Se alquila, pero de otra forma. No ya con la seguridad -mayor o menor, pero seguridad- de aquel contrato original sino con la ley de la selva: el mercado dirá lo que vales. Lo que vales como mercancía, no como humano. […]

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El valor de las personas – 人間の価値 (ningen no kachi) en Una japonesa en Japón ー ある帰国子女のブログ 03/06/2013 - 07:33

[…]           … Valor, que no precio, de las personas […]

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