Ayer lo pude comprobar de nuevo. Necesitaba cerrar un trato con uno de las empresas-ladrón que nos dan servicios de comunicaciones. Necesitaba hacerlo para que mi portátil con lector de tarjetas cardexpress (no PCMCIA) se conectase a Internet mediante conexión inalámbrica. Ladrón Euskaltel dice que lo tiene pero creo que me en mi tienda me han engañado. Ayer me enteré de que aún no las tienen disponibles para comercializar, al menos en la tienda de Alda. San Mamés (aquí en Bilbao)… y de que nunca las han tenido hasta la fecha. Supongo que sí dispondrán de ellas, pero ayer en la tienda me dijeron que ellos nunca las habían tenido. La persona que me atendió fue una diferente a la que me había estado diciendo, por activa y por pasiva días atrás que no me preocupara, que en cuanto tuviera la portabilidad podría contratar mi conexión inalámbrica vía cardexpress. Mentira cochina.
Así que pensé acercarme a Ladrón Vodafone porque tienen una oferta de «pruebe 15 días sin compromiso» su maravilloso modem USB. Os animaría a intentarlo y devolver luego masivamente a los 15 días el invento. Al menos 15 días que has podido conectarte. Claro que luego habrá que leer la letra pequeña.
El caso es que en una tienda que Ladrón Vodafone tiene en Alda. San Mamés me machacaron para que ¡¡no lo comprara!! Que era una porquería, que había muchas quejas, que era muy caro. Yo, por supuesto, alucinando. En la publicidad no he sido capaz de leer que para contratarlo tienes que tener ya un teléfono con Vodafone, pero parece que para acceder a su extraordinaria oferta de ¡¡49 euros/mes!! esa es la condición. Aluciné en la tienda y me marché como había llegado. Al final me dijeron que no tenían esos modems, que si quería podían pedirlos (¿¿??), pero que tardarían. Pasará a mi colección de historietas para los nietos.
Decidí entonces irme a otra tienda de Vodafone, para contrastar información y ver por dónde tiraba. Tengo dos portátiles (bueno, no, porque el anterior lo tiene ahora mi pareja) y ya soy cliente de Vodafone porque tengo su tarjeta PCMCIA de conexión inalámbrica. Lo que quiero es poder utilizar esa conectividad inalámbrica en mi portátil con lector cardexpress y no PCMCIA. Pues bien, llego a la tienda que está en la confluencia de Ercilla y Licenciado Poza y…
Y sucedió lo de siempre. Hay personas y hay empresas. Me atendió una chica amable, que me explicó las alternativas, me hizo comprender algunas cosas sobre las que tenía mis dudas, me miró mis consumos, me preguntó por el uso que hacía… y ¡ya está! A la mierda Ladrón Vodafone como empresa, ¡¡¡estoy comprando una conexión inalámbrica a esta persona!!! Me tiro de cabeza. A la mierda Ladrón Vodafone. Mi sensación en todo este proceso de mirar aquí y allá y buscar alternativas para conectar mi portátil a Internet por vía inalámbrica es que estas compañías deberían ser encarceladas. Sí, encarceladas. ¿No hay derecho penal que condene a un empresa como entidad? No sé dónde está la responsabilidad. Pero mi experiencia ha sido lamentable.
Al final, ¿qué es lo que tengo? Una conexión que he comprado a una persona. Así de simple. Mi única esperanza es que no la despidan o que no se vaya por la mierda de contrato basura que seguramente tendrá. Pero cuando se dice que una compañía pierde valor en el mercado porque un alto cargo se pira a otro lado, yo tengo otra versión. Cuando esa chica se marche de esa tienda, para mí Ladrón Vodafone será un cadáver.
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5 comentarios
Estoy de acuerdo contigo. Al final es importante conocer a las personas que están en primera línea de batalla, qué te conozcan, qué te atiendan en condiciones.
La percepción de una empresa varía según conozcas a personas de carne o hueso en ella o no.
Lo que te comentaba de Yoigo otra vez, es barato y parece que va bien, tienes un Phone House en San Mamés. Lo que no sé es si te darán un trato personalizado.
¡La has clavado, Julen! En un comentario aquí, no hace mucho, dejé por escrito la impresión/certeza de que a las grandes empresas sólo las mueven los números: tanto quiero facturar, estos son mis costes y estos beneficios debo conseguir.
Con el tema facturación hacen una estimación en base a la demanda y los indices de crecimiento que los «cerebritos» obtienen de vetetúasaberdónde. Los beneficios que quieren es lo que tienen más claro. El factor por el que más se preocupan es controlar costes. De ahí viene el obtener mano de obra a tan bajo precio que en cuánto a esas personas les dan una mínima oportunidad, se piran. Resultado: con la complejidad que acarrea formar un trabajador cualificado en todos los productos que pretenden comercializar para cubrir nichos de mercado y adelantarse a la competencia, no retienen a casi nadie. Tú demandas un producto y te atiende alguien que lleva escasamente dos meses en la empresa.
Muchas veces ni saben de que narices les hablas. Lo único que tienen muy claro -ya se encargan de recordárselo todos los días- es que han de lograr x facturación «cómo sea» si quieren conservar su puesto. Con la presión que soportan, la mierd* que cobran y lo mal que se encuentran en un lugar que nunca fué motivo de sus sueños, agur en cuánto pueden.
En el caso que relatas, supongo que has tenido la cada vez más escasa suerte de dar con alguien que, o bien necesitó en su día ese trabajo al precio que fuera o bien tiene o ha tenido unas espaldas de aúpa. Eso la puede haber permitido formarse en condiciones y convertirse en una profesional de verdad. El proceso algún día tal vez te lo cuente ella. Lo mío no es más que una elucubración estúpida en lo que a esa persona en concreto se refiere. Pero te aseguro que el resto no anda muy desencaminado.
Disculpa por el «tocho», pero si no lo suelto, reviento. :p
Yo tengo el mismo problema que tú Julen, pero con Orange. Ellos dicen que no sabían que había dos tipos de tarjetas… y la míano es PCMCIA…
galder, lo peor es que no veo el final del camino. Siempre tengo la sensación de que unos y otros se parecen demasiado.
josemanuel, nada, nada, desahógate, que esto del blog sirve en buena parte para eso, ¿no?
jose, a mí en Orange me dijeron directamente que ellos sólo tenían tarjetas PCMCIA. Aluciné en colores.
Mi versión de las dos últimas frases del post: tú hablas del valor de la empresa, ellos hablan del valor del negocio.