Las primeras palabras de Kathy Sierra en Don’t ask employees to be passionate about the company! me encantan:
People ask me, «How can I get our employees to be passionate about the company?» Wrong question. Passion for our employer, manager, current job? Irrelevant. Passion for our profession and the kind of work we do? Crucial.
Más de una vez lo he dicho: las empresas quieren perritos fieles y eso no puede ser. Las personas se comprometen desde su individualidad y no tanto porque la misión, visión o lo que sea de la empresa les enganche. Y mucho menos cuando su definición es tan absolutamente superficial como suele suceder.
Así que la pasión mejor la referencias a tu actividad profesional y no tanto a tu empleador, aunque, por supuesto, tú decides. Kathy plantea cuatro cuestiones para saber hasta qué punto tu pasión lo es por el trabajo y no por la organización:
- When was the last time you read a trade/professional journal or book related to your work? (can substitute «attended an industry conference or took a course»)
- Name at least two of the key people in your field.
- If you had to, would you spend your own money to buy tools or other materials that would improve the quality of your work?
- If you did not do this for work, would you still do it (or something related to it) as a hobby?
El artículo desgrana más argumentos y me parece recomendable de veras. Son cinco minutos de inversión. De lo mejorcito, esta mujer: Kathy Sierra, creating passionate users.
Me ha recordado, por cierto, la entrada Un beso en el ascensor de Ángel Medinilla en el Blog Salmón en la que hablaba de lo insulso de las misiones/visiones que suelen publicitar las empresas. Comentaba la necesidad de que esas declaraciones sean tan sencillas como:
- Un beso. Kiss = keep it simple, stupid…
- En el ascensor. Tiene que darte tiempo a explicarlo en ese pequeño intervalo de tiempo que compartes con otros humanos.
Como Ángel, yo también me preguntaría: ¿Es usted capaz de resumir su visión en tres palabras? Quizás debería.
Puede ser que haya llegado el momento de superar ese concepto prehistórico de compromiso con la empresa. Tuvo su momento, pero los tiempos cambian, me temo. Mejor te comprometes con tu trabajo, lo demás ya vendrá después.
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6 comentarios
¡Qué bueno! Estoy de acuerdo: sentir pasión por tu empresa es cosa de cursis o de nipones. En cambio, el orgullo por la propia profesión, es algo que puede firmar hasta Harry el Sucio.
Me parece interesantísimo, Julen. Precisamente estoy trabajando en torno al concepto de cliente interno y esta entrada me da una nueva dimensión. Ya no se trata sólo de fidelizar empleados a través de employer branding, sino del work branding, es decir, hacer que la empresa cree las condiciones necesarias para que el trabajador pueda disfrutar de ese trabajo que le apasiona.
Mejor aún, te comprometes contigo mismo y con tu familia/entorno, llevas con orgullo tu profesión, aprietas los dientes y pa’lante. A veces funciona 🙂
Como bien dices, lo importante es sentir pasión por tu trabajo, que no es lo mismo que por la empresa. Además, te evita volverte loco.
En el siglo pasado solía decir: soy de la empresa X.
Ahora digo: la empresa para la que trabajo es X
Si no hago el cambio de concepto estaría deprimida y desencantada.
Creo que esta visión converge con la idea de convertir tu trabajo en hobby o viceversa. Las nítidas fronteras entre lo laboral y lo personal se difuminan, se desintegran. En la nueva era será la empleabilidad de cada uno la clave, y esta está ligada a una profesión, un camino, una pasión, no a una empresa concreta. Interesante pregunta la de si tu mismo comprarías lo que necesitas para mejorar tu trabajo (inversión en tu pasión).
alorza, eso, eso, orgullo por se funcionario je je.
juan j., creo que hablas muy bien cuando dices lo de «crear condiciones».
josemanuel, para mí lo de la dignidad y el orgullo por lo que haces es fundamental.
lula, sí, eso de «ser de» es un poco fuerte si luego pones el nombre de una empresa.
nice, desde luego que tiene que ver con considerar que esto del trabajo es algo donde también se disfruta, algo parecido a un hobby, por qué no.