El dinero es lo que motiva a los demás

by Julen


Dicho con todo el cariño del mundo, de nuevo vuelve a pasar: los demás no son como yo. Hace ya un año en el mismo postgrado en el que ayer martes impartíamos clase Trini y yo, sucedió otra vez. Es curiosa la machacona repetición de arquetipos. En un ejercicio de «los de toda la vida» sobre motivación, tendemos a vernos a nosotros mismos motivados por motivos más dignos que a los demás.

Al margen de que la teoría diga que lo del dinero no es factor motivante, las personas lo siguen citando. Algún día habrá que revisar estas cosas. Porque la insistencia del humano de a pie en contradecir la investigación parece al menos digna de estudio.

Aún así, cuando nos comparamos con los demás a la hora de analizar qué nos motiva, surge constante, la divergencia respecto al dinero. Tendemos a percibir que a los demás les influye más que a nosotros. Así, cuando valoramos qué nos motiva en el trabajo, no llevamos a lo más alto del podium al salario. En cambio, cuando nos preguntan por los demás, tendemos a considerar que a ellos sí, a ellos lo que les motiva es el dinero.

Hace exactamente un año, escribía respecto a esto:

Los tres puntos en común que suelo encontrar cada vez que hacemos el ejercicio:
1- El dinero es más importante para los demás que para mí.
2- A mí me motiva tener un trabajo interesante más que a los demás.
3- A mí me motiva disponer de mayor autonomía; con los demás esto apenas funciona.

Repetido el mismo ejercicio, se confirman los datos. Y el problema surge de la influencia que tiene esta forma de comprender el comportamiento de los demás en el que nosotros mismos llevamos a cabo respecto a ellos. Me refiero a que si tiendo a ver que a ti lo que te hace trabajar más y mejor es el dinero, entonces quizá tienda a ver que no puedo hacer nada para que rindas más y mejor porque no tengo la capacidad de darte más pasta (o la tengo muy limitada).

En el ejercicio de este año, la pauta que se mantiene constante es la que indica que a mí, antes que el dinero, me motiva el trabajo interesante en sí mismo y que tenga autonomía y responsabilidad para llevarlo a cabo. Después viene el salario. Cuando pienso en los demás es exactamente a la inversa.

Cuando reconocemos que a nosotros lo que más nos engancha es un trabajo intrínsecamente interesante y que eso no es así con los demás, ¿por qué sucede? ¿Pensamos acaso que estamos fabricados con otra pasta diferente? En fin, sólo escribo esto porque, de nuevo, el ejercicio insiste en decirnos que, por la razón que sea, los humanos somos predecibles. Y un día de estos también espero escribir otro artículo en la misma línea con un ejercicio sobre cómo las contribuciones personales descienden cuando los demás dejan de hacerlo. Lo tengo realizado en más de 25 ocasiones y también las pautas son constantes.

Technorati tags |

Artículos relacionados

4 comentarios

Telémaco 28/02/2007 - 09:15

¡Que complicados somos!. Así no me extraña que sea tan difícil entenderse.

O sea ¿que lo de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio no sólo es válido para los defectos?.

Con los modelos mentales debe ocurrir algo así como lo que ocurre con la luz al cambiar de medio, ¡Que complicados somos!. Así no me extraña que sea tan difícil entenderse. O sea ¿que lo de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio no sólo es válido para los defectos?.

Debe ser algo así como lo que ocurre con la refracción de la luz al cambiar de medio… ¿refracción de modelos mentales?.

Responder
Germán 28/02/2007 - 09:46

Tal vez debería haber una asignatura en la escuela que se llamara «espejo», para aprender a leernos a nosotros mismos.
Es como lo que escribías hace un par de días sobre los blobs y el psicoanálisis. Los blobs, como los libros o los viajes, son el reflejo de las personas que los escriben.

Responder
Jorge 28/02/2007 - 13:30

No quiero pecar de soberbio ni de vanidoso. Sin hacer ningún ejercicio especial, desde hace ya un tiempo largo que entre todas las conclusiones a las que llego en una autoevaluación, esos tres puntos que señalas están presentes.

Responder
Julen 03/03/2007 - 07:24

telémaco, pues sí, debe ser refracción de modelos mentales. El ejercicio no miente…
germán, no sería mal asunto eso de autoconocimiento. A ver quién suspende.
jorge, ya veo que también ahí las cosas son parecidas.

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.