Desde luego que es un concepto sugerente: hiperlocal. De momento lo encontramos aplicado, sobre todo, al terreno del periodismo ciudadando que se asienta en las nuevas capacidades de comunicación digital del humano. Entiendo que suma -quizá mejor «multiplica»- dos términos:

  • la conectividad que nos proporcionan los hiperenlaces basados en la digitalización de los contenidos
  • el poder de la conexión directa, cara a cara, que se experimenta cuando las personas comparten un mismo espacio

Quizá hasta ahora se ha venido mostrando la excelencia de la conectividad digital como forma de superar las limitaciones físicas de la distancia. Pero esa conectividad ha podido relegar la importancia del contacto directo entre personas. Además, lo que te afecta directamente, lo cercano, lo vinculado a tu entorno inmediato es, con diferencia, lo que más te engancha. Si sucede algo en el mundo mundial puede que te sea relevante como concepto, pero si lo que sucede está en tu propio territorio, entonces la conexión es también muchas veces emocional.

Asi, en un mundo donde la atención es un factor crítico, parece que lo cercano, lo local, capta atención. Cuando leí a Charles Handy hablar del federalismo en la gestión empresarial, uno de sus conceptos mejor armados era el de subsidiariedad. A todos nos afecta más lo inmediato y nos sentimos con más capacidad innata de actuación sobre ello. Es lógico. Por eso creo que el tamaño es una limitación para lograr dosis de compromiso altas: a grupos más grandes, menor vinculación. No digo que siempre sea así, por supuesto, sino que es más probable que sea así. Quizá por eso me siento tan a gusto cuando me invitan a compartir ideas en sitios como Escala Mikro.

Las cooperativas, como símbolo de economía social -algún día habrá que releer estos dos palabras cuando van juntas-, son un paradgima de compromiso con la comunidad local. Por contra, desde mi experiencia, no son, para nada, buen ejemplo de uso de las tecnologías para cooperar. Las cooperativas han ensalzado sus mecanismos de democracia interna: asambleas, consejos rectores y demás parafernalia. Mecanismos basados en el contacto directo, en la reunión, en compartir tiempo y espacio. Pero el mundo avanza y las cooperativas necesitan interiorizar que las tecnologías pueden ayudar en su democracia interna y en su sistema participativo.

Lo local lo asocio enseguida con el mundo cooperativo. He oído cientos de veces eso de «generar riqueza para su entorno cercano«. Ahí la cooperativa descubre su auténtico código genético. Ahí, en esas distancias cortas es donde la cooperativa muestra su esplendor. Así que un mundo tecnológico que deslumbra porque rompe distancias geográficas le hace daño. Y las cooperativas siguen sufriendo en sus procesos de internacionalización. Van donde van porque el mercado obliga a que así sea; no como decisión coherente con sus señas de identidad.

Juan Freire ha escrito un artículo estupendo, como otros muchos, en el que apunta la relevancia de lo hiperlocal: Puntos de fuga y nuevas redes hiperlocales: Placeblogger y Peuplade. Claro que en buena parte, como decíamos antes, las alusiones tienen que ver con el periodismo ciudadano activo o la vida de barrio o el concepto de ciudad. Pero, ¿por qué no avanzar en torno a cómo se llevaría a cabo una actividad empresarial comprometida de verdad con su entorno geográfico inmediato? Necesitamos re-conectar a la empresa con el lugar que habita. Cuando una empresa nace todo son parabienes. Las autoridades locales se bajan los pantalones hasta donde haga falta porque es creación de empleo, es prosperidad. Luego, si te he visto no me acuerdo, y cuando el empleo es el mínimo posible y cuando los costes se disparan y hay que reducir mano de obra, entonces comienza las relaciones tormentosas.

Por eso me interesa lo hiperlocal en el mundo cooperativo, en la economía social. Si se es capaz de integrar la potencia del hiperenlace con la comunicación interpersonal cara a cara, estamos dando un paso de gigante. La empresa puede y debe entrar en la vida hiperlocal, reivindicando su papel comprometido con el desarrollo de ese entorno en el que habita. Y si mejora sus competencias digitales va a situarse en mucha mejor disposición de poder llevarlo a cabo.

Juan nos comenta el caso de Placeblogger, de Otuside.in (Steven Johnson) y de Peuplade. Pero su enfoque es claramente de red social clásica: contactos e información compartida sobre aspectos simples de la vida social. ¿Por qué no introducir a la empresa como elemento activo de esa comunidad hiperlocal? Ahora mismo parecería que son las administraciones locales las que en lo digital, vía sus webs escaparate integran la vida del municipio. Allí va, al mismo saco, todo bicho viviente del lugar. Pero no parece que la dinamización hiperlocal de la que hablamos provenga del trabajo del ayuntamiento. Como Alorza, de Administraciones en red, suele decir, es el político quien debería bajar a integrarse en la conversación que ya existe y no tanto iniciarla desde su pedestal (de obligatoria lectura es su ponencia sobre participación ciudadana en Gijón). Quizá lo mismo le suceda a las empresas.

Los barrios son poderosas armas de construcción de social. Sean dentro de las blogosferas o sean en algún lugar de Zaragoza. En esos espacios las personas nos sentimos con poder para actuar en un ámbito concreto. Las empresas han renegado de sentarse en una pequeña lonja de un barrio obrero (¿los hay?) de las ciudades. Por suerte, tienen una segunda oportunidad. Y mejor, si son cooperativas o si provienen de la economía social. Esta idea tiene mucho que ver con redefinir la relación de la empresa con su comunidad. Algo de lo que ya hablé antes: Open Business re-crea la comunidad.

Nota.- La imagen corresponde al símbolo de la Alianza Cooperativa Internacional, asociación centrada en la defensa y promoción de la identidad cooperativa.

Artículos relacionados

4 comentarios

Alorza 02/02/2007 - 10:22

Por ahí, por ahí… Ésa es la pista buena.

Responder
Black Hole 02/02/2007 - 19:27

Sería una interesante forma de fidelizar a todos los empleados y hasta de lograr una cierta fama inicial

Responder
Julen 06/02/2007 - 05:22

alorza, no sé si algún día probar por conductos oficiales de la santa sede cooperativa…
black hole, fidelizar es algo que muchos buscan y pocos consiguen, pero creo que hace falta poner más en el intento, me temo.

Responder
Consultoría artesana en red » ¿MONDRAGON en crisis? 23/11/2011 - 07:26

[…] Cooperativismo hiperlocal Socializa este artículo […]

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.