Yo estudié Psicología

Quizá la edad en la que uno se puso a estudiar Psicología no fuera la mejora para asimilar determinados conceptos. Claro que quizá sí lo fue para metabolizar otro tipo de alimentos que más adelante pueden ser reutilizados. Yo estudié la carrera de 1982 a 1987. Hay que irse muy atrás para recordar cómo era todo aquello, sin ordenadores, a base de apuntes bolibiqueados o mecanografiados. Y venga fotocopias. Y venga fiestas y locuras de la edad. Aprendizaje vital sobre todo.

Si yo fuera universidad, entregaría bonos a mis alumnos para que, después de terminar, re-estudien determinadas asignaturas en el futuro. Porque ahora mismo, por ejemplo, estoy enfrascado en temas de atención. Y yo sé que algo estudié de psicología de la atención. Y claro, me acabo comprando un manual, el típico manual que supongo estarán estudiando ahora mismo en la carrera. Pero, ¿por qué no puedo ir a la universidad y re-estudiar esta asignatura, si es que existe, o alguna otra relacionada con ella?

Cualquier universidad quiere hoy en día mantener fieles a sus alumnas y alumnos. Porque ahora -antes imposible- son clientes. Ah… clientes, el cliente es el rey. Perversión quizá. ¿Por qué no ofrecer una especie de contacto a la carta que permita el re-estudio de determinadas materias a lo largo de los años? En un modelo no tan masificado (espero) como el que yo viví hasta podrían extraerse interesantes lecciones del contacto entre profesionales en activo que van a re-estudiar y quienes se tienen por profesionales de estudiar. Digo de estudiar porque, desgraciadamente, en la universidad tenemos estudiantes y no aprendices. La semántica nos juega una mala pasada con esta acepción de estudiante. Estudia, estudia, estudia y estudia. Pero… mejor aprendes, ¿no?

Ayer Tíscar me pasaba en exclusiva mundial 😉 un texto que va a publicar. Me quedé maravillado por el bombardeo de conceptos que incluía. Estimulante para el cerebro y también para el corazón. Y allí hablaba de un nuevo paradigma -es mi conclusión- de aprendizaje. Basado en fragmentos, en reinterpretaciones, en mestizajes. ¿Cómo sería estudiar psicología de la atención en cualquier facultad hoy en día? A lo mejor me deprimo, pero no lo creo, por muy tradicional que siga siendo el planteamiento de estudio. Hace mucho tiempo que saqué la conclusión que aprender depende mucho más de quien aprende que de quien enseña. Claro que eso lo sé ahora y no cuando estudiaba la carrera. Entonces era otra época. La culpa de todo, por supuesto, estaba en el enemigo.

Así que ya sabéis, yo estudié psicología. Pero quiero volver a estudiar determinadas asignaturas. Porque las cosas han cambiado. Porque ese intercambio resultaría estimulante de verdad. Pero no sé muy bien cómo canalizar este deseo. Sé que me gustaría, pero ¿cómo me presento en la Universidad de Deusto y les explico mi caso? Tampoco lo descarto porque todavía me queda alguna vieja gloria allí en la casa. Gente a la qe no veo desde hace 20 años pero que sé que hicieron su doctorado y hoy soy referencia en determinados campos. Pero es trampa, tirar de enchufes. Ah, no, que ahora son redes sociales.

Sin embargo, qué bien estaría que nuestras universidades nos ofrecieran el re-estudio de ciertas materias para que aprendamos lo que entonces sólo estudiamos. Y es que aprobar es una cosa y aprender otra, como todo el mundo sabe. Quizá con el título de licenciado podrían entregarte un lote de bonos para el re-estudio, canjeables en los próximos 80 años de tu vida… porque esperamos llegar a los cien, por lo menos, ¿no? Y cuando estemos en la jubilación (¿?) mira tú que vamos a ser peligrosos los del baby boom de los 60. Que se vayan preparando las instituciones ante la invasión de las hordas preseniles.