Spam en la etiquetación social

En la economía de la atención, el spam duele y carga las armas de quienes ven males diabólicos en Internet. Cierta razón no les falta. Si cada vez más valoramos el que nos llegue aquella información que necesitamos cuando la necesitamos y en las cantidades que necesitamos, el spam impide ese objetivo. Si RSS es la esperanza, el spam es quien se encarga de bajarnos los humos.

Y el asunto me preocupa si cabe más a partir de esta entrada en Micropersuasión: Tag Spam Rising. Parece que el spam comienza a hacer estragos en los sistemas de etiquetación social. ¿Te imaginas que invada los espacios en los que los humanos catalogamos aquellos contenidos que nos resultan interesante? No quiero ni pensar que algún día mis etiquetas en del.icio.us mostraran basura de la peor calaña.

El asunto tiene su gravedad porque una cosa es que el spam navegue vía correo electrónico donde ya hay ciertas baterías antiaéreas funcionando. Pero si se introduce en otros sistemas de los que habitualmente incluimos en nuestro mundillo 2.0, apaga y vámonos. Porque en estos mundos hablamos de participación y generación de valor a medida que el usuario aporta. Y si el spam aporta más, entonces el palo va a ser más duro de soportar. Como dice Steve Rubel (Micropersuasion):

The problem is particularly pronounced on del.icio.us. I used to live in my del.icio.us inbox. The tool, if your not familiar with it, lets you subscribe to certain tags. Nowadays it’s filled with links to porn sites. And no, this sort of content is not normally found in the tags I am subscribed to!

Habrá que ponerle unas velas a San Francisco de Sales, ya que ayer fue su día, para que detenga a estas hordas furibundas de desinformantes.

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