Resiliencia

Interesante el artículo divulgativo de la revista Consumer sobre la resiliencia de las personas, una capacidad que se manifiesta:

• Frente a la destrucción, mostrando una gran facultad de proteger la propia integridad bajo presión.

• Frente a la adversidad, estableciendo una actitud vital positiva pese a circunstancias difíciles.

Todos conocemos personas que ante los problemas se vienen abajo y otras que, por contra, son capaces de salir reforzadas de esas experiencias. La resiliencia es esa capacidad que tienen ciertas personas para salir adelante. Por su importancia para nuestra salud mental, creo que deberíamos trabajarla tanto en la educación como en el trabajo. Cuando he leído el artículo de Consumer enseguida me ha venido a la cabeza una persona que trabajó conmigo y que «se ahogaba en un vaso de agua». Mismo trabajo, misma presión, y ves cómo una persona se derrumba, lo pasa mal… y te sientes impotente, sin recursos para ayudarla. A su lado, otra persona se desenvuleve con soltura y acepta retos cada vez mayores.

Nunca es tarde para hacer el correspondiente cambio de las propias actitudes, entrenándose en técnicas de modificación del pensamiento, aprender a interpretar los acontecimientos de otra manera, recuperando la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, trabajándose la valoración de la propia personalidad, adquiriendo habilidades sociales como la asertividad, aprendiendo a hablar positivamente… Para todo ello se puede contar con profesionales de la psicología a los que se debe acudir no sólo cuando se padecen crisis emocionales o psicopatologías, sino cuando alguien quiere entrenarse para vivir adecuadamente cada acontecimiento vital.

Y es que en este mundo bajo presión que hemos fabricado entre todos, puede ser que los psicólogos tengamos un papel diferente al terapeútico. La terapia de conducta parece concebida para cuando la persona ha traspasado la línea de la enfermedad. Pero esa línea se mueve hacia un lado y hacia otro con extrema facilidad hoy en día. Por eso es una posibilidad a considerar la de trabajar con psicólogos para reforzar conductas positivas, para adquirir resiliencia. La idea de Goleman respecto a la inteligencia emocional no deja de ser más de lo mismo: necesitamos adquirir comportamientos útiles de acuerdo con los contextos en que nos movemos.

Las habilidades que contribuyen a un alto grado de resiliencia son: la introspección, la independencia, la iniciativa, el humor, la creatividad, la moralidad y la habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas.

Si os interesa el asunto, podéis echar un vistazo a algunos materiales de consulta (en inglés) desarrollados por la Universidad de Minnesota, donde está el National Resilience Resource Center. En Google también podéis encontrar muchos materiales en castellano; la mayor parte provinientes de Latinomérica.

Por cierto, que quizá esto de la resiliencia les suene más a quienes hayan estudiado ingeniería de materiales, ¿no?