Open business frente a la corrupción

by Julen


Nota.- Este artículo se encuentra también publicado en el blog de openbusiness.cc, donde junto a Juan Freire, Francisco Vargas, Oriol LLoret y Ramón Sangüesa, estamos colaborando para desarrollar el modelo open business en nuestro entorno (wiki disponible).

Es evidente que me preocupa la percepción que la sociedad en su conjunto tiene de la empresa. A fin de cuentas paso mucho tiempo en empresas y trabajo para aportar mi grano de arena de cara a mejorar su gestión. Por eso soy de la opinión que si las personas no nos fiamos de las empresas que poblamos algo hay que poner en marcha para recuperar un prestigio que -no lo tengo nada claro- antes tuvieron.

Una inicitiva evidente en este campo es la de la responsabilidad social corporativa (RSC). Antes ya tuvimos el balance social, sobre todo en Francia. Quizá por eso la sesuda explicación del término RSC en la versión francesa de la wikipedia. También el modelo EFQM incorpora un criterio de resultados en la sociedad. Ha habido y habrá intentos por recuperar prestigio. Aunque muchas veces los critico, menos da una piedra. Eso sí, RSC es, entre otras cosas, una herramienta de marketing.

No obstante, creo que hay que entresacar del mundo RSC algunas ideas reutilizables. Por eso no está de más, por ejemplo, echar un vistazo a lo se está publicando últimamente sobre RSC en Industria y Servicios (blog impulsado por Telefónica, ¿oxímoron?). Como siempre, ahí está una simple búsqueda en Google Blog Search, que genera cerca de 2000 resultados en español. Tienes donde elegir.

Pero, como quizá ya adivináis, mis intenciones son mucho más radicales. De nada valen no sé cuantos paños calientes cuando siguen sucediendo hechos incontestables. El jueves pasado un compañero de la facultad me contaba una experiencia impresionante con Euskaltel. A mí esta compañía ya ha tratado de robarme en varias ocasiones. Vodafone, Orange, Telefónica, son compañías que, antes de dedicar dinero a sus acciones de RSC, simplemente deberían marcarse un objetivo estratégico de reclamaciones cero en las oficinas del consumidor.

Y es que los hechos son los que son. Las palabras y los actos de comunicación a veces no son lo que decían ser. Por eso creo que un modelo como Open Business es adecuado para tratar el problema de forma radicalmente diferente. Funcionando bajo un principio básico: la transparencia, la apertura. En estos modelos no hace falta tanta inversión en promoción y en publicidad. No me hace falta vender tanta RSC sino sencillamente que podrás mirarme las tripas y ver hasta qué punto te fías de mí.

Si en Europa las empresas son el tercer sector que la ciudadanía percibe como más corrupto tienes que considerar alternativas más radicales. El mensajero que inicia la comunicación puede matar el mensaje. ¿Cómo quieres que me fíe de ti? Tienes demasiados hechos detrás de ti como para que ahora, sin más, crea que vienes con otras intenciones.

Las personas emprendedoras tienen que enamorarse de sus proyectos. Pero también necesitan crear comunidades donde los clientes se sientan a gusto y desarrollen lazos fuertes. El actual modelo de negocio está mal visto socialmente. Quien no lo quiera ver se engaña a sí mismo. Open Business es un modelo que nace inventando mercados. Y no tanto por la tecnología, como decía ayer, sino por el cambio de paradigma que supone. Un paradigma que mira al sistema social en que la empresa se inscribe.

Pero es que, además de los lazos fuertes, también hace falta comprender el resto de los lazos que nos une a la sociedad. Tal como lo expresa Mark Granovetter en The Impact of Social Structure on Economic Outcomes:

While economic models can be simpler if the interaction of the economy with non-economic aspects of social life remains inside a black box, this strategy abstracts away from many social phenomena that strongly affect costs and available techniques for economic action. Excluding such phenomena is risky if prediction is the goal. When the black box is opened, it is often with the goal of making networks, norms, institutions, history and culture fully endogenous to economic models, implicitly assuming that otherwise no systematic argument can be made.

Sí, Open Business es un cambio de paradigma. Es una forma diferente -social- de hacer negocios.

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5 comentarios

M@k, el Buscaimposibles 16/12/2006 - 10:37

La verdad es que va a ser muy difícil que empecemos a fiarnos de las empresas, sobre todo en este país creador (o usufructuario intensivo) del dicho «hay gato encerrado». Yo no sé si la gente percibe como iguales la corrupción «típica» en los partidos políticos, por ejemplo, y la de las empresas. Seguramente el hecho de que ambas corrupciones vayan de la mano y se retroalimenten mutuamente ayude, pero tal vez la perspectiva tan negativa que tenemos de las empresas provenga también del modo como tratan a sus empleados, y a sus clientes cuando algo no va bien con el producto que fabrican o venden.

Personalmente veo difícil que las empresas actuales adopten sin más el modelo de negocios abiertos, pero no porque le tengan miedo al cliente, sino porque no parece gustarles que sus propios empleados tengan cabal conocimiento de lo que se cuece en y entre las múltiples capas en que están jerarquizadas.

Es muy posible que si las empresas, como grupos de humanos que son al fin y al cabo, empezasen a respetar de verdad al individuo (algo que los grupos humanos en general no saben aún hacer demasiado bien), sea éste cliente o empleado, se les fuese autolimpiando la capa de mala fama que les cubre, y seguramente hacerlo mediante vuestro modelo les podría ayudar mucho en eso. De todo modos, ya conoces mi «idea radical» sobre la RSC, que no sé si será tan radical como la tuya, aunque tal vez lo sea en otra dirección, y que no es más que la hipótesis de que además de una RSC local y centrada en el individuo y la comunidad concretos, hay, o debería haber también una RSC de ámbito global que se caracterizaría por que la empresa tuviera también consciencia de su importancia social global y actuase éticamente en consecuencia, sin fijarse sólo en sus resultados y en su cotización en bolsa.

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José A. del Moral 16/12/2006 - 13:13

Interesante esto del OpenBusiness. Creo que es una forma diferente de hacer las cosas y me atrae, así que me apunto 😉

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Julen 17/12/2006 - 08:47

M@k, mucho de lo que pasa desde luego que está enraizado en la desconfianza genética hacia la empresa. Pero quizá es la evolución natural del ser humano y para sobrevivir necesita ese gen 😉
Jose, gracias por apuntarte al proyecto. En breve contactamos.

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Jaizki 17/12/2006 - 15:24

Julen, yo siempre he creído que la auténtica RSC se hace en el negocio de cada uno.

M@k, si realmente queremos empresas diferentes, nuestras decisiones de compra deberían demostrarlo haciéndolas más competitivas que las de toda la vida. Sería un proceso lento, pero implacable.

El problema, es que seguimos demostrando que no queremos otro tipo de empresa.

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Rafael del Barco Carreras 24/03/2008 - 12:00

CURSOS SOBRE CORRUPCIÓN

Rafael del Barco Carreras

Me proponen participar en unos cursos donde una de las asignaturas sería la CORRUPCIÓN. Cursos de DEFENSA CIVIL los titula el ingeniero superior especializado en tecnologías de INTERNET, Luis Toribio. Ver su web http://www.legitimidad.es. Que yo sepa no hay precedentes. A pesar de tan extendida, la corrupción, comparable a la sexualidad durante siglos, es un tabú. ¿Cómo academizar unas tan enraizadas prácticas?. Si sobre estafas o métodos delictivos se ha escrito y sintetizado casi todo en Criminología, sobre el específico mundo “oficial” y “paraoficial” donde tantos se han enriquecido a base de engañar, traicionar, mentalizar, dirigir, explotar, mentir, falsificar, prevaricar y extorsionar a clientes en connivencia con funcionarios públicos convirtiéndose en una gran red explotadora de toda una cadena de rentables delitos, apenas si hay referencias. El catedrático Rafael Jiménez de Parga, según Internet, participa en semanarios sobre la “Denuncia Falsa”, pero no nos explica como se juega con ella por parte del “mundo oficial”, el suyo. O descubrir la falacia en las conferencias del Juez Miguel Moreiras, invitado por Juan Piqué Vidal, sobre la “Personalidad del estafador”, y cerciorarse uno mismo, que completamente convencido de tener el “mejor abogado” de la ciudad, se ha convertido en una mosca a succionar en una tupida tela de araña. Y nunca estuve de acuerdo con el Fiscal Jefe Vitalicio José María Mena sobre el “caso aislado” Luis Pascual Estevill, el “nos temimos una generalización” se halla más cercano a la realidad. Con la particularidad que a todos les encantaba teorizar y escribir densos libros sobre los delitos que con tanta precisión e impunidad explotaban ellos mismos. Su palo.

En resumen, unos cursos de “autodefensa intelectual”. LA CORRUPCIÓN, una asignatura que solo desde la sufrida experiencia se puede impartir. Una labor apasionante, y peligrosa. Un dato, los dos citados poseen en estos momentos bufetes de 50 profesionales cada uno dispuestos a defender su honor, y en casos concretos su “libertad”, a base de denuncias, abusando de su preeminencia en la Judicatura y el mundo del Derecho. El TERROR del “a éste lo empapelo”. En cuanto a Jiménez de Parga, que se lo pregunten al periodista Félix Martínez, y sobre el encarcelado Piqué Vidal y los cientos que prestan o han prestado servicios en su bufete, no solo tiran y han tirado del barato papel oficial (barato o gratuito en su caso) sino de muchísimas más prácticas corruptas. Y ni pensar que sus jueces, secretarios, fiscales, o incluso notarios, “amigos”…siguen en activo, dispuestos a ganar dinero a como de lugar.

Cursos pues, muy peligrosos, pero alguien deberá empezar a explicar el calvario que puede caerle encima a cualquiera, si como a mí, y miles más, un buen día le llaman de un bufete, consulting o gestoría proponiéndole la defensa o su intervención en un caso concreto. O convencido que tiene razón, la pueda conseguir, o cargado de malicia contra cualquiera de los muchos problemas de la vida, acude a un abogado, y no solo “no tendrá” razón alguna sino que le exprimirán, o algo peor. Si un francés escribió que a un hombre le pueden arruinar “el juego, las mujeres y los ingenieros”, yo siempre he añadido… y también el “mejor abogado” de la ciudad.

Sobre eso y más, y por su abundancia en Barcelona, se imponen unos cursos que además de enseñar a captar, y por tanto defenderse de la abundante corrupción y hasta atropellos “oficiales”, porque además te convierten en delincuente y enemigo público, despierte el olfato para huir de refinados y muy “doctores” profesionales.

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